La historia de los últimos siglos ha sido una lucha entre tres grandes modelos económicos, sociales y políticos: liberal, socialista y fascista. La derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial y el fracaso del modelo comunista después, dejó la supremacía del orden mundial en manos del liberalismo.
Esto no ha supuesto la desaparición del comunismo, de hecho 1/4 de la humanidad vive en este régimen que se dirige inexorablemente (si no está ya) a la economía de mercado. Un pragmatismo que quedó reflejado en la célebre frase de Deng Xiaoping: “Gato blanco o gato negro, da igual; lo importante es que cace ratones”.
El fascismo tampoco se esfumó de la escena, ya que en el mundo hay países que viven en un régimen híbrido liberal/fascista, e incluso en la ideología de muchos partidos que amenazan nuestras democracias.