Una nueva forma de trabajar, producir resultados y crear riqueza revolucionaria.
Para enfrentar los grandes desafíos del futuro vamos a tener que poner en práctica nuevos métodos de colaboración y trabajo en equipo, nuevas formas de organización para crear valor.
1. Piensa en grande (en lugar de pensar en ti). 2. Reúne a los mejores (en lugar de a dóciles y sumisos). 3. Invítales a grandes aventuras (en lugar de infundir temor). 4. Dótales de una reputación que sostener (en lugar de darte autobombo). 5. Crea grupos motores enfocados en la acción (en lugar de la obsesión por el control). 6. Equípales (en lugar de cortarles las alas). 7. Crea espíritu marinero (en lugar de ir a lo seguro para no exponer tu posición). 8. Construye alianzas sólidas (en lugar de fidelidades perrunas). 9. Planea cada día el rumbo (en lugar de seguir inercias). 10. Adelante, mira siempre Adelante (en lugar de titubear permanentemente y no arriesgar nunca).
La organización humana está nucleada y se mueve por la dinámica del poder. Su lógica es muy simple, unos cuantos mandan y la inmensa mayoría obedece. Unos tienen autoridad para hacer a su antojo (poder de la violencia, poder económico) y otros solo pueden actuar pidiendo permiso. El problema para llevar a cabo nuestras iniciativas y hacer cosas valiosas radica en que necesitamos poder, y el poder está difícil de conseguir porque quien lo tiene no quiere soltarlo. Ante esta situación, lo más práctico es aprender a desarrollar poder personal si no queremos convertirnos en seres serviles e irrelevantes.
El capital emocional es el motor de la nueva economía.
El capital, para Adam Smith, eran los recursos financieros, humanos y materiales (fábricas, máquinas) con los que contaba una sociedad para crear valor (La Riqueza de las Naciones). Con la llegada de la Sociedad del conocimiento (Peter Drucker), aparecen otras formas críticas de capital (capital intelectual, capital relacional, capital cliente, capital reputacional…). Pero ninguno de ellos fue capaz de ver el capital más importante con el que cuenta un país, región, ciudad, organización o una persona para crear valor y riqueza, se trata del CAPITAL EMOCIONAL, entendido como el estado de ánimo que tienen las personas que viven en un lugar para movilizar el conjunto de los recursos y activos que tienen a su alcance.
Cambio histórico, estados de ánimo y liderazgo. Un nuevo estilo de hacer política.
La primera destreza que tiene que desarrollar una persona que aspira a liderar en cualquier ámbito (política, cultura, religión, empresa… ) es aprender a observar los cambios históricos, lo nuevo que emerge de ellos, los sentimientos y emociones de definen cada época, así como el estado de ánimo resultante, al objeto de hacerse cargo de él, transformarlo y expandirlo. Y todo esto necesita una disciplina que se puede aprender.