La mente humana se lleva muy mal con la incertidumbre. Por eso las personas tenemos la inclinación natural a blindarnos contra los cambios y refugiarnos en espacios de confort, sin ser conscientes de que al perseguir la seguridad acabamos encerrados en una jaula que impide nuestro crecimiento. En los próximos años, el cambio nos va a retar permanentemente y nuestra vida dependerá por completo de la actitud que adoptemos ante él.
En 2018, en el libro Extremadura 2050, realizamos una mirada a largo plazo sobre la región. Sin apartamos de las coordenadas que fijamos en ese trabajo, en este artículo vamos a tomar como referencia el horizonte del 2030, analizando las grandes tendencias demográficas, sociales, económicas y tecnológicas que nos aporten pistas para trazar la hoja hoja de ruta al futuro. Porque si hacemos bien este ejercicio, aunque somos pequeños, podemos ser relevantes.
La emergencia de la Inteligencia Artificial y la Cuarta Revolución Industrial nos obliga a repensar, rediseñar y resignificar nuestras organizaciones tradicionales y, por consiguiente, nuestros estilos de dirección y liderazgo. Quien piense que nuestras instituciones, empresas y organizaciones van a seguir operando sin hacer cambios en sus modelos de gobernanza, está abocado al fracaso.
Conocer la Historia es muy útil porque si aprendemos a leer sus procesos podemos interpretar por dónde apuntará el futuro que se avecina en la era de la Inteligencia Artificial y la Cuarta Revolución Industrial. Entender los patrones del cambio histórico y anticipar algunos de sus rasgos nos puede dar una gran ventaja para ser más exitosos en nuestras actividades, trabajos y profesiones. Y para todo esto te voy a mostrar una forma nueva de ver la Historia, más allá de los datos y las fechas, las vidas de héroes y santos, los reyes godos, la cultura achelense o las guerras púnicas. Lo más importante en estos momentos es tener una interpretación sobre el fluir de los acontecimientos, la obsolescencia y la emergencia de las disrupciones para conocer su inercia y poder avizorar tendencias y plantear escenarios de futuro.