Archivo de la categoría: Crisis

Machismo, racismo, xenofobia, abuso de poder e injusticia. Señas de nuestra identidad cultural.

Nos guste o no, cosificar a la mujer, insultar y denigrar de personas de otro color o llamar maricón a alguien es la normalidad de una sociedad enferma y las señas de identidad de una cultura que necesita una revisión a fondo. Y nos rasgamos las vestiduras cuando saltan a la escena mediática actitudes machistas, racistas o misóginas, casi siempre en el fútbol, porque es lo que más ve la gente, sin ser capaces de reconocer que esos comportamientos son la norma de nuestra vida diaria, una expresión indeseable de nuestra cultura que está socialmente normalizada en el día a día y solo nos escandaliza cuando sale en televisión y lo ven centenares de millones de personas en todo el mundo.

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Información, malas noticias y desmoralización social.

Hay muchas formas de desmoralizar a una sociedad, aunque la más fácil y efectiva es a partir de la producción de malas noticias para bombardear diariamente a la población e influir en su estado de ánimo. Hay que ser muy fuerte para exponerse cada día a la información que nos suministran los medios de comunicación y no sucumbir a la desesperanza, el odio o la depresión.

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La envidia. Nuestro pecado capital.

Cuentan que un príncipe para conocer las debilidades de su reino pidió a un sabio que le trajera ante sí a personas con el mal de la desconfianza, la resignación, la codicia, el resentimiento o el miedo. Pasado el tiempo, el sabio se presentó en la corte en compañía de un hombre. El príncipe le reprochó que no había cumplido su encargo, a lo que el sabio respondió: majestad estáis ante un envidioso, y la envidia, es la enfermedad más extendida de vuestro reino en la que se encarnan todos los males que invocasteis.

Imagen generada por Inteligencia Artificial (DALL-E).
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7 prácticas para reeducar nuestras emociones, superar el desánimo colectivo y esquivar la depresión.

¿Por qué la sociedad está en depresión? 

El cambio permanente al que nos vemos sometidos nos está trayendo muchos problemas mentales y emocionales (miedo, zozobra, desazón, ira, resignación, resentimiento, paralización, desconcierto…), como reacción a las situaciones nuevas e imprevistas que tenemos que enfrentar cada día. La educación de las emociones que recibimos estaba diseñada para una vida más previsible y estable, pero cuando el tiempo se aceleró y las circunstancias comenzaron a cambiar rápidamente, se desordenó nuestro equilibrio y empezamos a sufrir tensiones emocionales que afectan gravemente a nuestra salud (solo hay que mirar el agravamiento de la salud mental de la población en los últimos años). Los cambios son tan grandes que la mente humana no está diseñada para  encajarlos con tanta celeridad.

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La sociedad quemada.

Una sociedad excitada por la fantasía de la seguridad.

Vivimos más años, tenemos más bienes, pero somos más infelices. La búsqueda de la seguridad ha creado sociedades donde la mayoría de ciudadanos aspiran a ser funcionarios. Hasta tal punto es así, que el sistema está diseñado para estudiar por largos años, vivir la tortura de años de oposiciones y, por fin, aquellos que lo consiguen, lograr un empleo de por vida del que nadie podrá separarle salvo flagrante delito (y muchas veces ni así).

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