La coordinación humana y el trabajo en equipo, una asignatura pendiente desde hace 2,5 millones de años.
El ser humano no es el único animal que trabaja en equipo, basta con echar un vistazo a hormigas, abejas, orcas, chimpancés o leones en plena la caza, para entender que muchas especies son más eficientes que los humanos en la coordinación de sus acciones, habiendo desarrollado complejos lenguajes para su desempeño.
Aprender a ofrecernos a los demás y a hacer ofertas valiosas será la manera más importante para ganarnos la vida en el futuro.
Me preguntaron en una ocasión qué cosas nuevas deberían aprender los niños del siglo XXI, a lo que respondí que hay una serie de saberes que a mi entender van a ser determinantes, como que cada persona aprenda a ofrecerse a los demás, como base para su desarrollo personal y profesional.
El mundo está cambiando muy rápido, dejando obsoletos muchos conocimientos y haciendo desaparecer muchos oficios y profesiones. Sin embargo, hay quien aprende a inventar ofertas para los demás y convertirse en una “oferta permanente” se adapta rápido a los cambios y saca ventaja de ellos, poniendo su foco en lo que los demás necesitan, ideando formas de satisfacer sus necesidades y ganándose con ello el sustento.
La promesa, el invento que nos ha hecho especiales.
Cuando estudiaba Historia en la universidad, mientras muchos de mis compañeros se afanaban por memorizar datos y anécdotas del pasado, yo me preguntaba por qué la especie humana había evolucionado a una sociedad compleja, si en esencia éramos un animal más. Qué demonios habrían hecho diferente aquellos grupos de Australopithecus y sus parientes deambulando por la sabana y alimentándose de carroña, que no hicieron otras especies. Pese a indagar y profundizar en las teorías de la hominización y el desarrollo de la inteligencia y el lenguaje, había algunas cuestiones que no me encajaban para componer el puzzle que intentaba armar. Una luz que comencé a ver cuando conocí a Fernando Flores y su equipo en 1998.
El ser humano es el único animal que promete. Y al prometer, anticipamos e inventamos el futuro.
Si observas a perros, gatos o chimpancés, te darás cuenta que no hacen promesas. El hecho de prometer nos abre a posibilidades y nos da poder, por eso es tan importante aprender a prometer cosas valiosas a los demás. Prometer es una de las competencias clave para el siglo XXI, si de mí dependiera, se enseñaría en las escuelas, universidades y escuelas de negocio como base para producir personas creativas, innovadoras, emprendedoras y líderes.
El lenguaje tiene una parte visible y una parte oculta de la que no somos conscientes y en la que no sabemos manejarnos, actúa como un programa (software) del que no tenemos control. Lo que ocurre en la conversación es mucho más rico y poderoso que lo que vemos y observamos. En este post vamos a acercarnos a esa zona oscura para apropiarnos de ella y convertirnos en personas más eficaces e influyentes.