Para alcanzar nuestro máximo desempeño, las personas y organizaciones necesitamos convertirnos en relevantes e influyentes para otras, al menos en el campo o actividad que amamos y en el que pretendemos desarrollarnos (agricultura, medicina, literatura, música, cultura, deporte, puesto de trabajo, empresa…). La dificultad radica en que en nuestro ámbito, también hay millones de personas y organizaciones que quieren ocupar ese nicho, para lo cual necesitamos cultivar y poner en práctica un conjunto de sensibilidades, competencias y habilidades.
Miedo a perder el poder, miedo a perder la posición, miedo a perder la reputación, miedo a perder el trabajo, miedo a perder el patrimonio, miedo a perder la pareja, miedo a perder los hijos, miedo a perder la salud, miedo a perder la vida, miedo a la muerte… ¡Miedo! ¡Miedo en todas partes! ¡Miedo a todas horas! ¡Miedo en los pensamientos! ¡Miedo en los discursos! ¡Miedo en las conversaciones! ¡Miedo en las intenciones! ¡Miedo en las decisiones! ¡Miedo en las acciones!… ¡Miedo!
Si analizas cómo actúas, tus reacciones, las decisiones y cursos de acción que tomas en tu vida, observarás que en casi todas ellas está la raíz el miedo. El miedo es capaz de crear una cosa y su contraria, tesis y antítesis, fuente de rupturas y alianzas, de fidelidades y traiciones. Miedo, demiurgo universal donde emanan y se nuclean los elementos constitutivos del ser y la especie. Nos unimos en comunidad, vivimos en pareja, estudiamos, trabajamos… porque tenemos miedo, miedo a la agresión, a la incertidumbre, a la escasez, a la soledad, a la pobreza, a la indiferencia, a la irrelevancia… miedo al qué dirán, miedo al error, miedo al vacío, miedo a la oscuridad, miedo al silencio.
Por duros que sean los tiempos, por encontradas las situaciones. No te detengas. Cada vez que se rompan tus planes, aparecerá ante ti un nuevo horizonte, solo tienes que afinar la mirada para verlo.
Los problemas que crecen ahora a tu alrededor, son enanos con apariencia de gigantes, posibilidades vestidas de mendigo. Y también impagables lecciones para crecer y desplegar tus alas.
Cuando Ulises parte a la guerra, lo primero que hizo fue encomendar a su amigo Méntor la educación de Telémaco, su hijo. La lección que nos ofrece la Odisea (siglo VIII a.c) para un tiempo lleno de turbulencias como el actual es impagable porque nos ofrece las claves más modernas para la educación de nuestros hijos, estudiantes, equipos y trabajadores.
Méntor se revela como la figura y el rol clave que deberíamos adoptar como padres, madres, profesoras o entrenadores. Su papel contiene aspectos emocionales relacionados con el amor y el compromiso para propiciar un sustrato de confianza desde donde ejercer la labor de tutor, orientador y guía.
Hace años cuando mi padre araba el olivar con su yunta de mulas, me dijo que su abuelo había plantado aquellos olivos para que sus nietos y bisnietos tuvieran aceitunas. Yo era pequeño y no lo entendía. ¡Ufff! Le dije a mi padre, qué pérdida de tiempo, sembrar y trabajar tan duro durante años para que otros recojan los frutos. Mi padre me replicó: la vida tendrá sentido para ti cuando hagas cosas con un propósito superior, cuando seas mayor lo entenderás.