Cada uno de nosotros está hecho de dos materiales: singularidad y vulgaridad. En el interior de cada ser humano hay una parte genuina y otra que es común a la especie. Para que una persona alcance su máximo potencial y la mejor versión de sí misma, es necesario cultivar su identidad en un equilibrio entre lo propio y lo compartido. Para lograrlo necesitamos un nuevo enfoque y una nueva agenda educativa.
Detrás de cada niño hay un ser auténtico, un talento reconocible y diferente, un genio creador y un artista en potencia que podría materializarse si la educación cumpliera la función de alcanzar el máximo desarrollo de cada persona.
La educación es la llave de la vida. Fundamentos para una nueva agenda educativa global.
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron las preguntas”.
Mario Benedetti
El cambio radical que ha experimentado el mundo nos deja anticuadas las viejas preguntas de la educación. Por eso necesitamos dotar de nuevas preguntas a todas las personas que participan en la tarea de la educación (profesores, madres, mentores, entrenadoras, guías…).
Las preguntas para conducir el proceso formativo y conseguir el máximo desempeño y mejor versión de cada persona.
Las preguntas para descubrir la vocación y orientar el aprendizaje desde donde lograr el máximo potencial.
¿Qué te apasiona? ¿En qué destacas? ¿Cuál es tu talento? ¿Cuál es tu hobby? ¿Cuál es tu vocación?
Las preguntas para fortalecer y trabajar el compromiso social con los demás.
¿Quién eres? ¿En quién quieres convertirte? ¿Qué puedes ofrecer a los demás?
Las preguntas para fortalecer y trabajar la responsabilidad y el compromiso con el todo.
¿Qué legado vas a dejar en el mundo? ¿Qué contribución vas a hacer a los demás? ¿Cómo vas a comprometerte con los grandes desafíos de la humanidad, como el cambio climático, el hambre, la pobreza o la desigualdad?
Las preguntas para dar respuesta a las nuevas funciones de la educación.
Las respuestas a las preguntas se van articulando en torno al desarrollo de nuevas funciones que ha de cubrir la educación del siglo XXI.
Preguntas para desarrollar la sensibilidad (cultivar la sensibilidad).
¿Qué te preocupa? ¿Qué te motiva? ¿Qué puedes hacer para implicarte?
Preguntas para aprender a descubrir posibilidades.
¿Qué posibilidades ves para ti en lo que acontece? ¿Qué está ocurriendo en la ciencia y la tecnología? ¿Qué escenarios plausibles de futuro se abren en el horizonte? ¿Cuál es el futuro de la economía, la producción y el trabajo? ¿Qué cosas vas a hacer para aprovechar las posibilidades?
Preguntas para aprender a ejercitar la voluntad y el permiso (cultivar el automandato).
¿Qué te impide hacer lo que te importa? ¿Por qué no te atreves a hacerlo?
Preguntas para hacerte responsable (hacerte cargo de inventar tu forma de vivir).
¿Cuál es tu proyecto vital? ¿Qué acciones vas a llevar a cabo para ponerlo en marcha?
Preguntas para aprender a trabajar con otros (cultivar el trabajo en equipo).
¿Qué personas te pueden ayudar? ¿Con quiénes lo vas a hacer?
Aprender a escuchar (cultivar la competencia de la escucha).
¿Qué preocupa a los demás? ¿Cómo puedes ayudar?
Aprender a hacer promesas valiosas (cultivar la capacidad de hacer promesas y cumplirlas)
¿Qué compromisos vas a forjar con los demás? ¿Qué promesas valiosas vas a hacer?
Aprender a pedir (cultivar la capacidad de pedir cosas a cambio de una transacción justa).
¿Qué cosas vas a pedir a los demás a cambio de lo que ofreces?
Aprender a afirmar verazmente y a fundar juicios para conducir tus acciones.
¿Cómo vas a elaborar juicios fundados? ¿Cómo vas a tomar tus decisiones?
Aprender a dirigir tu vida desde el análisis y la reflexión como auxiliares de la acción y la innovación.
¿Cómo vas a dirigir tu vida y tus acciones?
Aprender a ser impecable y producir calidad.
¿Cómo vas a generar satisfacción en los demás?
Aprender a gestionar tus emociones y construir fortaleza emocional.
¿Cómo vas a manejar tus emociones? ¿Cómo te vas a preparar para gestionar los reveses de la vida? ¿Cómo vas a gestionar el éxito?
Aprender a planificar y planear de manera flexible en un mundo incierto.
¿Cómo vas planificar tus acciones? ¿Cómo vas a revisar tus planes para adaptarlos al cambio del entorno?
Aprender a evaluar y variar el rumbo.
¿Cómo vas a analizar y evaluar lo que haces? ¿Cómo lo vas a hacer de manera sistemática?
En el mundo de hoy que es incertidumbre total, el conocimiento ya no es el objeto principal de la educación, pues se ha convertido en un bien accesible, ubicuo y barato. El mundo del futuro es acción e innovación, una cuestión que nos convoca a aprender otras cosas, de otra manera y con otro propósito. Una realidad que cambia por completo las preguntas que sustentan la educación.
Los ámbitos y nuevas preguntas que te he expuesto con anterioridad, no son más que un botón de muestra de la agenda educativa del futuro y que estamos organizando en torno al Modelo 6-9.
Las nuevas preguntas refuerzan los cuatro pilares básicos de la educación (aprender a ser, a hacer, a conocer y a convivir), para ayudar a las personas a conocer su mundo desde la interculturalidad y el respeto, a construir su proyecto profesional y su trabajo, el compromiso con los demás, con la comunidad y la preservación del planeta y sus recursos para las futuras generaciones.
A través de las nuevas preguntas lanzamos a las personas al aprendizaje y a la pasión por el saber, a la exploración, al análisis y la investigación, al conocimiento del pensamiento (filosofía), de la naturaleza, del pasado (la historia), lo que acontece en el mundo y sus tendencias, las fronteras del conocimiento en la ciencia y la tecnología… desde ellas cultivamos la escucha y la empatía, el respeto por los demás y el reconocimiento de las otras personas como valiosas, legítimas y respetables en su diferencia.
La actualizacion de las preguntas kantianas para los educadores del siglo XXI.
La educación es la llave de la vida, por ese motivo, los educadores del futuro han de ser fuente de esperanza, articuladores de sentido y criterio para que las personas confieran sentido a sus vidas en un entorno cambiante. Una tarea para la que tenemos que rescatar las grandes preguntas de Kant, actualizadas para enfrentar desde la educación, la nueva realidad del siglo XXI.
¿Qué es el hombre? (El ser humano). Nos abre a una apertura filosófica de la naturaleza humana, poniendo en crisis la tradición metafísica iniciada por los presocráticos con Parménides y continuada por Sócrates, Platón, Aristóteles y la Escolástica hasta nuestros días. Una concepción del ser como ente acabado y definido desde el nacimiento, una realidad fija, inmutable y eterna, la cual nos cierra al aprendizaje, el crecimiento y el emprendimiento. Enfrentar la nueva realidad desde la educación, nos exige una nueva mirada del ser humano como realidad inacabada y en permanente construcción, que se edifica desde el aprendizaje. Una visión más acorde con Heráclito y posteriormente con Nietzsche, Marx y la Filosofía del Lenguaje (Austin, Flores, Echeverría).
¿Qué debo hacer? ¿Cómo debo comportarme? Cómo establecer mi comportamiento desde un cuestionamiento de las morales, que no dejan de ser costumbres de una determinada comunidad elevadas a normas y leyes. Abriéndonos a nuevas éticas sustentadas en principios morales universales presentes en las diferentes civilizaciones y pueblos del mundo (igualdad, solidaridad, justicia, libertad). Esto implica aprender a conducirse de manera autónoma (sentido crítico, toma de decisiones, análisis, reflexión), siguiendo mi propio criterio frente a lo que me dictan los demás (desarrollo del sentido y el criterio). Desde el conocimiento de las costumbres de los diferentes pueblos del mundo y el respeto a sus normas morales, la nueva educación ha de abrirnos a nuevas éticas, para ayudar a alcanzar la “mayoría de edad del ser humano”, en un mundo globalizado donde los valores son maleables y la desorientación es generalizada desde la desinformación, la calumnia y la mentira, que se han apropiado de nuestras vidas a través de Internet.
¿Qué puedo conocer? No podemos abordar el conocimiento universal, tenemos que aprender con otros (aprendizaje social), desde el reconocimiento de lo limitados que somos como seres individuales. Como seres humanos, lo que podemos llegar a saber es muy poco, por eso tenemos que completar nuestros “mapas del conocimiento” con otros, desarrollando mecanismos y procesos para conectar nuestras mentes con la de otros, creando equipos e integrándonos en otros equipos, para juntos poder componer los planos para la acción, para poder actuar juntos desde la inteligencia colectiva. Son tiempos para conocer y actuar como especie
¿Qué puedo esperar? Es una pregunta que nos conecta con las creencias religiosas y espiritualespara dar sentido a nuestras vidas. Una pregunta a la que debe dar respuesta cada ser humano ejerciendo su libertad y respetando a los demás, en una deriva civilizatoria que traerá nuevas preguntas, crisis de las viejas religiones y aparición de otras nuevas (transhumanismo). En definitiva, un conjunto de preguntas y respuestas que cada persona deberá elaborar para conferir sentido a su existencia. Las nuevas preguntas y la búsqueda de respuestas en torno a ellas van a definir la nueva educación. Para desde aquí generar la necesidad y el deseo de aprender a lo largo de la vida, cuestión que se convertirá en una norma. Un impulso para “atreverse a aprender y aprender a atreverse”. (Mayor Zaragoza).
La inteligencia de un Sapiens de hace 200.000 años que fabricaba hachas de piedra, puntas de flecha y otros sencillos artefactos, era similar a la nuestra. Entonces, ¿dónde radica la diferencia? ¿Qué ha permitido el grado de desarrollo que hemos logrado como especie? Fundamentalmente, la creación de interconexiones personales, la inteligencia interpersonal, el desarrollo de relaciones sociales complejas, la capacidad para crear alianzas, el trabajo en equipo y la colaboración a gran escala.
Por qué es tan importante alcanzar el Tercer Contrato Social de la educación para la paz, la democracia, la justicia y el progreso global.
La falta de perspectivas económicas y laborales de gran parte de la sociedad, está generando un gran descontento y desafecto con las instituciones y los órganos de representación política, una situación que de no ser encauzada correctamente nos puede llevar a la emergencia del fascismo y el populismo, y finalmente, si no ponemos remedio, a un estallido social.
Toda época histórica se basa en un contrato social desde el que se establecen un conjunto de derechos y deberes de los ciudadanos, un statu quo en el que, si los ciudadanos y el estado cumplen su parte, se crean las condiciones para la paz social y la prosperidad.
Desarrollar tus propias ideas, trazar tu camino y construir tu destino.
Procurar que cada persona desarrolle sus propias ideas, trace su camino y construya su destino para dejar un legado, debería ser la base del nuevo contrato social global (New Deal). Un ideario que rompa un statu quo actual que se empeña en justo lo contrario: producir individuos sumisos que obedecen órdenes, siguen el camino marcado por el stablishment y trabajan para construir los sueños de otros. Necesitamos una nueva educación sobre la que edificar un nuevo orden que convierta a las personas en creadoras de riqueza revolucionaria.