Cuando la preocupación en este momento es que los estudiantes retornen a las aulas para restaurar la normalidad, es decir, la vuelta al pasado. Tenemos una oportunidad histórica y única para sacar la educación del aula y llevarla a otros espacios donde debería estar produciéndose el aprendizaje. El desafío actual no es cómo “meter” a los estudiantes en el aula, sino cómo sacarlos sin que el aula pierda su función de nexo y espacio de encuentro para conducir el proceso educativo.
