Los procesos de adopción de la Inteligencia Artificial y las emociones que nos provoca

RESUMEN DEL ARTÍCULO 

La Inteligencia Artificial no es solo una tecnología: es una revolución emocional, cultural y cognitiva. Su irrupción ha sumido a las personas y organizaciones en una bruma de incertidumbre que despierta miedo, curiosidad y asombro a partes iguales.
En este viaje, atravesamos siete estados de ánimo que marcan nuestra relación con la IA. La IA-FOBIA surge del miedo a perder el control; la IA-PARÁLISIS ADAPTATIVA, de la resistencia a lo nuevo. Cuando llega la IA-SERENIDAD, aparece la aceptación racional que abre paso a la IA-CURIOSIDAD, motor del aprendizaje y la creatividad. De ella brota la IA-CONFIANZA, cuando empezamos a dominar la herramienta, y más tarde la IA-INSPIRACIÓN, que enciende el entusiasmo creador. Finalmente, alcanzamos la IA-ARMONÍA, cuando la tecnología se integra de forma natural en nuestra vida y trabajo.
Este proceso refleja el modelo de aprendizaje de Piaget: aceptación, asimilación y acomodación surgen tras un conflicto cognitivo que nos impulsa a reorganizar nuestras ideas y crecer. Así ocurre también con la IA: primero nos desconcierta, luego nos reta, y finalmente nos transforma.
El momento ¡wow! llega cuando, sin miedo, experimentamos con la IA y comprendemos su potencial. En ese instante, el aprendizaje se convierte en emoción y la tecnología en aliada.
La verdadera transición no es digital, sino humana: aprender a convivir con la IA sin perder lo que nos hace únicos. Ahí reside el desafío. Y también, la promesa del futuro.
Adelante!!!

ARTÍCULO COMPLETO 

Nuestra experiencia profesional en la creación de grupos motores para el desarrollo de la Inteligencia Artificial, la elaboración de legislación y marcos normativos en esta materia, el diseño y puesta en marcha de estrategias de IA para administraciones públicas y organizaciones, el desarrollo de automatizaciones, herramientas y aplicaciones de IA, así como la puesta en marcha de programas de capacitación, mentoría y formación masiva, nos ha proporcionado una atalaya privilegiada desde la cual observar las reacciones humanas y el impacto emocional que la IA está produciendo en personas y organizaciones.

La penetración de la Inteligencia Artificial no se limita al dominio de una tecnología. Supone, sobre todo, un cambio cultural quetransforma nuestras prácticas laborales, nuestra manera de pensar y, en última instancia, nuestra forma de ser y estar en el mundo. Es un proceso que genera fascinación, pero también desconcierto. Porque, como todo cambio profundo, puede someternos a un estrés emocional que debemos aprender a gestionar.

Del tiempo nublado a la bruma profunda

Hasta la irrupción de la IA generativa, vivíamos en un paisaje nublado, pero reconocible. Todavía podíamos otear el horizonte y anticipar algunos cambios. Sin embargo, con su llegada hemos entrado de lleno en una bruma profunda, un territorio donde la incertidumbre se impone y los mapas dejan de servir.

Los seres humanos tendemos a ponernos en guardia ante el cambio, percibiéndolo primero como una AMENAZA. Y frente a la amenaza, respondemos con RESISTENCIA, sin darnos cuenta de que al hacerlo perdemos oportunidades.

Cuando lo nuevo se impone y la evidencia se vuelve innegable, pasamos gradualmente a la fase de ACEPTACIÓN y, con ella, a una APERTURA hacia la exploración. Desde ese punto, surge la predisposición al aprendizaje y la ASIMILACIÓN de la tecnología. Al experimentar sus ventajas, nace el ENTUSIASMO, y con él, el crecimiento personal y profesional. Finalmente, alcanzamos la ACOMODACIÓN, ese estadio en el que la tecnología se funde con nosotros y pasa a formar parte natural de nuestras vidas.

El problema surge cuando permanecemos demasiado tiempo en la resistencia. Porque la fuerza que dedicamos a oponernos al cambio es energía que dejamos de invertir en avanzar.

Los 7 estados de ánimo que provoca la IA

El primer trabajo de los consultores que acompañamos procesos de implantación de la IA en las administraciones y en las organizaciones es diagnosticar los estados emocionales ante la innovación. Ese mapa de emociones es esencial para conducir el proceso con inteligencia, enfoque y sensibilidad.

IA-FOBIA. Estado de ánimo marcado por el miedo a perder la posición, el estatus o el empleo. Surge del sentimiento de AMENAZA y se asienta en el miedo adaptativo o la ansiedad anticipatoria, mecanismos de defensa naturales ante el cambio.

IA-PARÁLISIS ADAPTATIVA. Estado de oposición o bloqueo emocional frente al avance tecnológico, motivado por el sentimiento de RESISTENCIA. Se relaciona con la reactancia psicológica: la reacción instintiva cuando percibimos que perdemos control o autonomía.

IA-SERENIDAD. Estado de aceptación racional y calma interior ante el proceso de transformación, fruto del sentimiento de ACEPTACIÓN. Favorece la regulación emocional positiva y el pensamiento adaptativo.

IA-CURIOSIDAD. Estado de apertura mental y deseo de explorar las posibilidades que ofrece la IA, asociado al sentimiento de APERTURA. Se vincula con la motivación exploratoria o curiosidad epistémica, motor del aprendizaje y la creatividad.

IA-CONFIANZA. Estado de seguridad interior y dominio progresivo del uso de la IA, originado por el sentimiento de ASIMILACIÓN. Basado en la autoeficacia percibida (Bandura), refuerza la sensación de control y competencia.

IA-INSPIRACIÓN. Estado de excitación creativa y energía positiva ante las oportunidades que abre la IA, impulsado por el sentimiento de ENTUSIASMO. Relacionado con el afecto positivo elevado o la emoción de elevación (Fredrickson), motor de innovación y cooperación.

IA-ARMONÍA. Estado de equilibrio y coherencia interior tras integrar la IA como parte natural del entorno y del desempeño. Proviene del sentimiento de ACOMODACIÓN y se asocia al bienestar eudaimónico (Ryan & Deci), resultado de la alineación entre propósito, competencia y autonomía.

Este esquema emocional que hemos desarrollado para la adopción de la IA,

toma como referencia el modelo de aprendizaje de Piaget, según el cual: aceptación, asimilación y acomodación surgen tras un conflicto cognitivo que impulsa al individuo a reorganizar sus esquemas mentales, generando auténtico aprendizaje y adaptación creativa al cambio tecnológico.

Trabajo a realizar con las personas de la organización

Una vez identificadas las emociones predominantes y elaborado el mapa de estados de ánimo de la organización, es momento de pasar a la reingeniería emocional y cultural. Ello implica diseñar procesos de sensibilización, formación, acompañamiento y mentoría que faciliten la asimilación del uso correcto de la IA.

Un paso crucial consiste en conectar a personas de distintos estados emocionales: quienes sienten AMENAZA con quienes ya están en ACOMODACIÓN, quienes muestran RESISTENCIA con quienes se hallan en ASIMILACIÓN, y quienes están en ACEPTACIÓN con quienes viven el ENTUSIASMO.

Estos espacios de encuentro —reuniones, demostraciones, sesiones prácticas— permiten que la confianza y la experiencia se contagien, y que la cultura organizativa avance por resonancia y contagio emocional.

El momento ¡wow!

El objetivo de quienes trabajamos en el desarrollo e implantación de la IA en las organizaciones es acelerar la transición emocional, ayudando a las personas a superar el miedo y abrirse a la experimentación.

Los seres humanos aprendemos cuando hacemos y nos emocionamos. Para provocar ese salto —de la resistencia al entusiasmo— no basta con explicar: hay que vivir la experiencia.

El momento ¡wow! ocurre cuando las personas de la organización, tras probar una herramienta de IA en su propio contexto profesional, descubren su potencial y lo somatizan. Ese instante de sorpresa y asombro es el punto de inflexión. Es ahí donde surge la chispa de la creatividad, la curiosidad y la voluntad de aprender.

Para extraer todo el valor que la IA nos ofrece, debemos acercarnos an ella sin prejuicios, con la mirada limpia y desinhibida de un niño, dispuestos a experimentar, probar y equivocarnos. Solo así nace la verdadera apropiación.

Reinvención de la organización con la IA

La IA no es simplemente una herramienta: es una palanca de reinvención organizativa. Su adopción implica una resignificación del propósito y puede conducir a una refundación organizacional, transformando el know how, revolucionando las formas de aprendizaje y redefiniendo las funciones de los equipos en torno a nuevas prácticas:

  • Impulso político y compromiso desde la dirección.
  • Diseño estratégico de la transformación.
  • Asistencia y acompañamiento especializado.
  • Creación de grupos motores dentro de la organización.
  • Desarrollo de proyectos tractores y proyectos piloto.
  • Prácticas basadas en la inteligencia colectiva.
  • Nuevas formas de aprender: aprendizaje cooperativo, entre pares y comunidades de aprendizaje orientadas a la adopción de la IA.

La Inteligencia Artificial está provocando un impacto emocional profundo que oscila entre el miedo y la excitación. Aprovechar su potencial exige mucho más que conocimientos técnicos. Las claves no son tecnológicas, sino culturales y humanas.

La curva de aprendizaje tecnológica no es larga; lo verdaderamente complejo es el cambio cultural, el desarrollo de metacompetencias —las llamadas competencias blandas adaptadas al contexto de la IA — que nos permiten convivir con la tecnología sin perder nuestra esencia.

Ese es el verdadero desafío. Y también, la mayor oportunidad de nuestra era.
Pronto, un nuevo libro —Sistema 13+12— ofrecerá un marco completo para desarrollar estas competencias y guiar a las organizaciones hacia una convivencia armónica, creativa y humanista con la Inteligencia Artificial.

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