Todo está por hacer, todo está por inventar, en tu decisión está convertir tu vida una obra de arte o en una copia barata. En un mundo que ha cambiado y ha roto sus reglas, necesitamos encontrar un nuevo sentido común para poder conducirnos.
Si no persigues tus sueños, deberás aceptar la condena de trabajar para hacer realidad los sueños de otros.
Putin y la estrategia ganadora del “hombre loco”(madman theory).
Las principales batallas de las guerras no se libran en el frente pegando tiros, sino en la gestión y la manipulación de las emociones. En toda contienda hay una guerra de relatos y propaganda desde donde se crean los estados de ánimo que acaban decantando las victorias o las derrotas.
La emoción más poderosa es el miedo, quien mejor lo administra es el que lleva la iniciativa. ¡Vamos a verlo!
Miedo a perder el poder, miedo a perder la posición, miedo a perder la reputación, miedo a perder el trabajo, miedo a perder el patrimonio, miedo a perder la pareja, miedo a perder los hijos, miedo a perder la salud, miedo a perder la vida, miedo a la muerte… ¡Miedo! ¡Miedo en todas partes! ¡Miedo a todas horas! ¡Miedo en los pensamientos! ¡Miedo en los discursos! ¡Miedo en las conversaciones! ¡Miedo en las intenciones! ¡Miedo en las decisiones! ¡Miedo en las acciones!… ¡Miedo!
Si analizas cómo actúas, tus reacciones, las decisiones y cursos de acción que tomas en tu vida, observarás que en casi todas ellas está la raíz el miedo. El miedo es capaz de crear una cosa y su contraria, tesis y antítesis, fuente de rupturas y alianzas, de fidelidades y traiciones. Miedo, demiurgo universal donde emanan y se nuclean los elementos constitutivos del ser y la especie. Nos unimos en comunidad, vivimos en pareja, estudiamos, trabajamos… porque tenemos miedo, miedo a la agresión, a la incertidumbre, a la escasez, a la soledad, a la pobreza, a la indiferencia, a la irrelevancia… miedo al qué dirán, miedo al error, miedo al vacío, miedo a la oscuridad, miedo al silencio.
De momento hemos descubierto nuestra levedad y la vulnerabilidad insultante del ser humano. Con una bofetada nos ha golpeado la intrascendencia y desarmado por completo la frágil armadura con la que creíamos estar protegidos de los envites de la vida.
Y de pronto, la existencia se nos revela como es, una aventura, devenir, contingencia, fluidez y volatilidad. Un sentimiento que desmonta las bases emocionales que habíamos edificado desde la arrogancia, el egoísmo, el sectarismo o la supremacía. A medida que la fantasía de la seguridad se diluye como un azucarillo en el café caliente,y de sus vapores comienzan a surgir amenazas y monstruos.
El recuerdo que tenemos de cada persona, de cada familia, de cada ciudad, de cada país, lo guarda nuestra memoria como un conjunto de emociones. Los recuerdos que nos trae la mente y evocamos, nos llegan en forma de emociones antes que en datos, información o imágenes.
Nuestra mente registra a las personas de manera automática en función de las emociones que nos transmiten, creando una etiqueta que se genera en segundos. El archivo (recuerdo) que tenemos de los demás y los acontecimientos es más emocional que racional, en función del cual tomamos decisiones, nos enamorarnos, compramos o establecemos relaciones.