Tenemos que tomarnos en serio la tarea de desarrollar personas emprendedoras.
Un proverbio africano dice que los europeos plantan un árbol y quieren recoger los frutos a la semana siguiente. ¡Qué bien conocen nuestra impaciencia y caricaturizan nuestra soberbia!
Y con esto no estoy haciendo un canto a la lentitud ni a la procrastinación, tampoco una concesión a pusilánimes, místicos y contemplativos. Lo único que tenemos que entender de una puñetera vez es que ciertas cosas en la vida requieren una inversión de tiempo y dedicación, cuya consecución implica paciencia activa, tesón, acompañamiento y entrega.
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