Desde que era pequeño siempre busqué conferir sentido y criterio a mis acciones, me llevó muchos años definir el rumbo y encontrar un porqué a mi existencia. Miraba la vida de mis padres y las personas de su generación y, aunque humilde y esforzada, no tenía esa presión existencial. Ahora observo la vida de mis hijas y las generaciones más jóvenes y veo que la tarea de significar la vida se ha convertido en uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.
