Las 12+1 competencias clave para el siglo XXI que no te habían contado

Por Urbano García y Juan Carlos Casco

RESUMEN DEL ARTÍCULO 

En un mundo en constante transformación, no basta con las competencias clásicas. Necesitamos desarrollar nuevas habilidades que nos ayuden a comprender el futuro y adaptarnos a él. La primera de estas competencias es Verlas Venir (VV), la capacidad de detectar cambios antes de que sucedan. A partir de ahí surge Descubrir lo Emergente (DE), es decir, mantenerse al tanto de las novedades para anticipar el porvenir. También es necesario Crear Relatos (CR)inspiradores, que brinden sentido y dirección, y Mirar por el Parabrisas (MP) para enfocarnos en el futuro sin aferrarnos al pasado.

Con esta mirada hacia adelante, debemos Conducirnos con las Luces Largas (LL) para iluminar el camino a otros y ayudarlos a concentrarse en lo relevante. En este contexto, la adaptación es clave: Aprender a lo largo del Día (AD) nos permite ser aprendices constantes. La capacidad de Pensar en Grande (PG) nos inspira a trascender metas pequeñas y apostar por objetivos ambiciosos. Además, Ofrecerse a los Demás (OD) y Surfear el Cambio (SC) son competencias indispensables para construir entornos colaborativos y flexibles.

Esta colaboración se fortalece al Crear Comunidad (CC), uniendo esfuerzos y propósitos, mientras que Invitar a vivir Aventuras (IA) nos conecta con experiencias que motiven a las personas. Finalmente, Orquestar Personas (OP) asegura la armonización de todos estos talentos, haciendo posible un futuro más humano e innovador.

Adelante!!!

ARTÍCULO COMPLETO 

Sin estar en desacuerdo con las competencias clave que recomiendan expertos y organismos internacionales, como el pensamiento analítico, la innovación, el aprendizaje activo, la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la creatividad, la originalidad, la iniciativa, el liderazgo, la influencia social, el uso, seguimiento y control de la tecnología, la resiliencia, la tolerancia al estrés, la flexibilidad, el razonamiento, la resolución de problemas, la ideación, etc.,
ni tampoco con las enunciadas en las leyes educativas de muchos países, como la LOMLOE: comunicación lingüística (CCL), plurilingüe (CP), matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM), digital (CD), personal, social y de aprender a aprender (CPSAA), ciudadana (CC), emprendedora (CE), y en conciencia y expresión culturales (CCEC).

No basta con remitirse a la tradicional división entre competencias duras (hard) y blandas (soft). En un entorno cambiante, de transversalidad y complejidad, algunas de ellas pasarán de la primera categoría a la segunda. Ej.: creación de prompts para interactuar con la inteligencia artificial. Surgirán otras nuevas y algunas decaerán del “top ten”. Lo que ayer eran cualidades añadidas, hoy son requerimientos que exigen mayor flexibilidad en las clasificaciones.

Más allá de esa rigidez de un catálogo desfasado, tenemos que evidenciar varias competencias que se escapan a la esfera convencional (quizás porque se presuponen, como el valor del soldado) y tienen que formar parte de nuestro saber hacer para poder recurrir a ellas a la hora de abordar los desafíos que enfrentamos cada día.

Vamos a ver esas 12 competencias:

  1. Verlas Venir (VV)
  2. Descubrir lo Emergente (DE)
  3. Crear Relatos (CR)
  4. Mirar por el Parabrisas (MP)
  5. Conducirnos con las Luces Largas (LL)
  6. Aprender a lo largo del Día (AD)
  7. Pensar en Grande (PG)
  8. Ofrecerse a los Demás (OD)
  9. Surfear el Cambio (SC)
  10. Crear Comunidad (CC)
  11. Invitar a vivir Aventuras (IA)
  12. Orquestar Personas (OP)

La capacidad de Verlas Venir (VV) en un mundo en cambio permanente es determinante, ya que suma la curiosidad del explorador, la clarividencia de quien ve el futuro no como una mera prolongación del pasado, sino como un panorama cambiante, la proactividad del pensamiento crítico y positivo, y la capacidad de sacar conclusiones determinantes donde otros solo ven meros síntomas. Desde esta atalaya obtenemos las claves para la flexibilidad (aprender a cambiar), la adaptación al cambio, el compromiso, la colaboración, el liderazgo, la creatividad, la gestión emocional, la planificación y la orientación a resultados. Verlas venir implica clarividencia para distinguir entre una moda, una tendencia —ya sea micro o macro— y un cambio histórico, e identificar si son disparadores de cambios, intentos fallidos o indicios de provocación, inspiración, innovación y nuevo pensamiento. Éstas últimas son las que interesan.

A partir de aquí, podemos aprender a Descubrir lo Emergente (DE), procurando estar al tanto de lo que sucede para poder anticiparnos e innovar. Es un querer saber sobre el futuro, en base a las novedades, como motor de aprendizaje, pensamiento crítico, absorción de conocimientos, hablar con los demás, pedir opiniones. Sin curiosidad no hay descubrimiento.

Obteniendo las claves para Crear Relatos (CR) inspiradores que den sentido al futuro y a la vida de la gente. Que no asuste la palabra “storytelling”. Es el relato, de toda la vida, adornado de terminología moderna. Pero dominar el relato también implica controlar sus vías de difusión y ser consecuentes. Nuestro trabajo no termina cuando acaba el relato. Ahí comienza.

Quitar la vista del espejo retrovisor y aprender a Mirar por el Parabrisas (MP) nos proporciona el hábito de enfocarnos en el futuro sin olvidar que tenemos el volante en nuestras manos y que estamos en el presente. A menudo vivimos en organizaciones especializadas en mirar hacia atrás, sin propósito, plan ni visión más allá del cortoplacismo.

Si sabemos mirar por el parabrisas, tendremos más facilidad para Conducirnos con las Luces Largas (LL). No hay que deslumbrar, sino iluminar el trayecto, para ayudar a otros/as a alcanzar un lugar al que nunca irían solos/as. Y ayudarles a focalizar su atención, en unos tiempos donde nos la ha robado el algoritmo.

La velocidad a la que nos desplazamos deja obsoleto el principio de aprender a lo largo de la vida, obligándonos a un esfuerzo añadido para Aprender a lo largo del Día (AD). Hagamos un esfuerzo por abrir en nuestras apretadas agendas los espacios que nos permitan ser aprendices vitalicios en beta permanente. Deleguemos tareas ejecutivas, pero no las que tienen que ver con anticiparse al futuro, fomentar el talento y adaptar las culturas individuales y corporativas a la innovación, que ha de ser el nuevo sistema operativo de los cambios del futuro.

El poder que tenemos a nuestro alcance, y que nos proporcionan tecnologías como la inteligencia artificial, nos invita a Pensar en Grande (PG) y convertirnos en agentes del cambio. No se trata de salir de nuestra zona de confort. Se trata de ampliarla. Pero disparando a la luna, nada de intentar llegar a la calle de al lado como máxima aspiración.

Necesitamos, desde una actitud ética, la habilidad de Ofrecerse a los Demás (OD) para ser parte de la solución a los desafíos globales en torno al diseño de ofertas seductoras. Este ofrecimiento parte de los conceptos de servicio, servicio público y servicio al público, que parecen lo mismo, pero no lo son.

La transformación permanente lo convierte todo en fungible, obligándonos a convertirnos en seres súper flexibles y con habilidades para Surfear el Cambio (SC) desde la adaptación continua. Vienen constantes olas gigantes, no solo una, en el tsunami del cambio. Nosotros decidimos: o las esperamos en la playa (y la duda será hasta dónde nos arrastrarán, pero sin vida) o creamos tablas de surf adaptadas para cabalgarlas.

En este panorama de complejidad, el mito del llanero solitario y la persona heroica que se hace a sí misma se rompe en pedazos. La única manera de prosperar en el nuevo ecosistema es desarrollar capacidades desde la confianza y la colaboración para Crear Comunidad (CC). La democratización de la tecnología y la mayor facilidad de acceso a ella nos convierte a todos en comunicadores. Más allá de informar, o desinformar, busquemos generar comunidades de intereses donde haya un fuerte “engagement” entre sus miembros.

En un mundo con tantos estímulos y reclamos, solo podremos mantener unida a una comunidad si somos capaces de Invitar a vivir Aventuras (IA). Se dice que, ahora, los viajeros no buscan sensaciones, sino experiencias. Salgamos del sillón orejero y de la vertiginosa polarización a la que nos someten políticos y medios de comunicación. Vivimos solo una vez… ¿Acaso no te apetece embarcarte en un sueño?

Para ello, necesitaremos desarrollar la sensibilidad para Orquestar Personas (OP). El cambio no es una presentación en PowerPoint ni un pódcast generado con IA. El cambio son las personas. Y orquestarlas, que no teledirigirlas, es un superpoder que allanará el camino, las resistencias a los cambios y los muros que nos impiden ir más allá de nuestras propias limitaciones.

El futuro que viene es apasionante, pero nos obliga a convertirnos en nuevos seres para habitar los nuevos mundos emergentes. No hay futuro sin cambios ni cambios sin resistencias. Seamos disruptores de nosotros mismos y de nuestras creencias limitantes. Esa es la competencia 12+1.

A continuación puedes escuchar un podcast que desarrolla y amplía el contenido comentado del artículo generado por Inteligencia Artificial (NotebookLM):

https://notebooklm.google.com/notebook/ceaf8161-ff59-4d23-b385-a2910a6e843c/audio

Adelante!!!

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