El desafío de ampliar el horizonte de posibilidades de los jóvenes.
Cuando finalicé mis estudios universitarios me pregunté ¿y ahora qué? La respuesta que tenía en la cabeza era solo una y además automática: trabajar para la administración o para una empresa.
Como la jugada no me salió bien, me frustré y extendí mi malestar a mi familia y entorno. Y pensé ¿esta mierda es la vida? Y busqué. Y me formulé nuevas preguntas. Y no me resigné. Y empecé a atar cabos y a encontrar algunas respuestas.
Y busqué maestros que iluminaran mi mente. Y los encontré. Y descubrí donde estaba la clave. Y me empleé a fondo durante años en adquirir y perfeccionar nuevas habilidades para conducir mi vida por otros derroteros. Y las puse en práctica. Y me funcionó. Y lo convertí en mi trabajo. Y busqué un equipo. Y creamos un modelo para reproducirlo. Y lo replicamos. Y entrenamos a otras personas y equipos. Y tejimos redes y alianzas con muchas personas y organizaciones. Y seguimos aprendiendo y jugando cada día al divertido y productivo juego de DESCUBRIR E INVENTAR POSIBILIDADES, CONVERTIRLAS EN OPORTUNIDADES Y MATERIALIZARLAS EN PROYECTOS.
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