“La gran moratoria”: ¿Una respuesta adecuada  para mitigar el impacto de la IA en la destrucción masiva de empleos?

RESUMEN DEL ARTÍCULO

El avance imparable de la inteligencia artificial (IA) nos sitúa ante un futuro inédito. Para 2025, los agentes de IA operarán de manera autónoma, revolucionando sectores como la medicina, donde científicos como Derya Unutmaz predicen la cura del envejecimiento y la extensión de la vida humana. Sin embargo, esta revolución tecnológica también amenaza con eliminar millones de empleos, especialmente en regiones como la Unión Europea, que, frente a la desregulación de EEUU y China, podría quedar rezagada.

Ante este escenario, es plausible “La gran moratoria”, una medida de emergencia para prohibir temporalmente los despidos masivos causados por el impacto de

La IA para ganar tiempo y evitar el colapso social. Como advierte Yuval Noah Harari, “la IA podría crear una clase masiva de personas ‘inútiles’ ”, exigiendo un nuevo contrato social.

En este panorama, los partidos políticos del liberalismo y la socialdemocracia tienen una responsabilidad histórica: trabajar juntos para anticiparse a esta crisis profunda. No pueden permitirse el lujo de quedarse paralizados mientras la IA redefine el mundo. Deben proponer políticas audaces que integren la IA en la economía, protejan a los trabajadores y garanticen un futuro equitativo. Si no actúan ahora, el descontento social y el auge del populismo podrían ser inevitables. El tiempo para liderar con visión y coraje es hoy. 

Aún estamos a tiempo.

Adelante!!!

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2025 será el año de los agentes de Inteligencia Artificial (IA), lo que supone una evolución de las herramientas de IA generativa como ChatGPT y DeepSeek, que, al recombinarse, ampliarán sus funciones y tendrán la capacidad de realizar tareas de manera autónoma.

Los agentes de IA tenderán a unir sus funciones y colaborar en torno a “agencias de IA”. A partir de aquí, se abrirá paso la Inteligencia Artificial General (IAG), que, según científicos como Derya Unutmaz, inmunólogo experto en IA y uno de los diez elegidos por OpenAI para probar sus modelos, revolucionará la medicina, permitiendo revertir el envejecimiento y extender la vida humana. “Si logras vivir los próximos diez años, vivirás otros cincuenta”, afirma. Herramientas como GPT-4 Pro y “gemelos digitales” acelerarán el descubrimiento de medicamentos y personalizarán tratamientos, transformando la sociedad y la economía. “No mueras en los próximos diez años”, advierte, destacando la inminencia de avances históricos en salud y longevidad. Unutmaz sitúa a la vuelta de la esquina la emergencia de la IAG (antes de 2030) y predice la cura de todas las enfermedades en un horizonte de 10-15 años, cuando habremos alcanzado la “bio singularidad” (momento en que los avances biotecnológicos y de inteligencia artificial convergen para transformar la biología humana), una conclusión que converge con el anuncio de la “velocidad de escape de la longevidad”, popularizado por Ray Kurzweil, futurista y director de ingeniería de Google, quien afirma: “Para 2029, la IA alcanzará niveles de inteligencia humana, y para 2045, habremos alcanzado la singularidad tecnológica, donde la IA superará ampliamente la inteligencia humana”.

Fusión de tecnologías recombinantes

La convergencia tecnológica NBIC (nanotecnología, biotecnología, infotecnología, cognotecnología), a la que se añade la fusión de la robótica con la IA, nos traslada a un escenario radical que pondrá fin a nuestro mundo conocido. Eric Drexler, pionero en nanotecnología, señala que “la convergencia de estas tecnologías permitirá diseñar sistemas a nivel molecular, revolucionando la medicina, la energía y la manufactura”.

Regulación y ventajas competitivas

La desregulación de la IA en Estados Unidos y China ha permitido una rápida innovación. En contraste, la Unión Europea (UE) ha optado por un enfoque más cauteloso, con regulaciones estrictas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) y la propuesta de Ley de IA. Mientras que esto protege los derechos individuales, ralentizará la innovación y colocará a la UE en desventaja competitiva frente a las superpotencias tecnológicas. Así, nos encontramos ante un mundo a tres velocidades, donde EEUU innova, China desarrolla y la UE regula, entrando esta última en riesgo de quedar rezagada como un actor secundario en el nuevo concierto internacional. Stuart Russell, profesor de la Universidad de California en Berkeley y autor de Artificial Intelligence: A Modern Approach, advierte que la falta de regulación global coherente podría llevar a una carrera descontrolada por la supremacía en IA, con consecuencias impredecibles para la estabilidad económica y social.

Impacto sobre la economía, el mundo del trabajo y el empleo

Partiendo de la situación actual de ventaja clarísima de EEUU, que ha puesto el pie en el acelerador para liderar la Inteligencia Artificial, encumbrando en la administración Trump a los magnates de las grandes compañías tecnológicas, como contrapunto a la UE, que avanza lenta y con el freno de mano echado, el panorama que podemos avizorar es sombrío.

Solamente con el nivel de desarrollo actual de la Inteligencia Artificial, buena parte de los empleos se podrían sustituir con la tecnología. En los próximos 3 o 4 años, con el avance de los agentes de IA, la fusión de la robótica con la IA y la Inteligencia Artificial General (IAG), podemos decir que la práctica totalidad del trabajo humano estará en condiciones de ser reemplazado. Erik Brynjolfsson, director del MIT Initiative on the Digital Economy, afirma que la automatización no solo reemplazará tareas rutinarias, sino también trabajos cognitivos, lo que podría llevar a una disrupción masiva en el mercado laboral.

“La gran moratoria”

Hemos acuñado este concepto para anticipar un escenario más que plausible antes de 2030. De continuar la situación actual, con un avance frenético de la IA en EEUU y China, que se concretará en un crecimiento exponencial de la productividad fruto de la concentración financiera, inversiones y sustitución de trabajadores por la IA, es más que probable que la Unión Europea pierda competitividad (más regulación, menos tecnología, más costes…).

Cuando las empresas en EEUU y China produzcan con menores costes, a las de la UE no les quedará más remedio que seguir su estela para sobrevivir, cuestión que se traducirá en el despido masivo de trabajadores. Ante esta circunstancia, que puede resultar catastrófica desde el punto de vista social y laboral, a los gobiernos y partidos políticos que no están sabiendo ver este tsunami para anticiparse al problema, no les quedará otra solución que recurrir a medidas de emergencia, como dictar normas y legislar ad hoc para impedir temporalmente el despido de trabajadores (“gran moratoria”), tratando de paliar con ello una situación de caos.

Estas situaciones, y otras parecidas que las ve hasta un ciego, están fuera del foco de nuestras instituciones, gobiernos y partidos políticos.

Un nuevo contrato social

El concepto de “gran moratoria”, entendido como un conjunto de reacciones precipitadas de carácter normativo para hacer frente a una situación de crisis por la aceleración en la pérdida de empleos (prohibición transitoria del despido, impuestos a la IA y los robots, nuevas figuras de recaudación para paliar el déficit público, etc.), podría desembocar en la necesidad de realizar ajustes estructurales en los países, con millones de personas incompetentes e inempleables, cuestión que nos abocará a un nuevo pacto social. Yuval Noah Harari, historiador y autor de Homo Deus, advierte: “La IA podría crear una clase masiva de personas ‘inútiles’ desde el punto de vista económico, lo que exigirá una reinvención radical de los sistemas de bienestar y educación”.

Acción política y nueva agenda

En la coctelera actual de la Inteligencia Artificial caben muchas distopías y utopías, pero lo que de verdad echamos de menos es la capacidad de respuesta de las fuerzas políticas y, en especial, de la socialdemocracia y el liberalismo ante esta situación. ¿Qué políticas propondrán para que la IA sea aplicada y absorbida con rapidez por las empresas? ¿Qué medidas llevarán a cabo para aplicar la IA a la educación, el empleo y la sanidad? ¿Qué hoja de ruta plantearán para la protección social de las personas desfavorecidas? ¿Qué propuestas elaborarán los partidos políticos ante el alargamiento de la vida humana? ¿Cómo afrontarán los desafíos demográficos? ¿Cómo se redistribuirá la renta y riqueza generada? ¿Cómo se potenciarán las funciones genuinamente humanas? ¿Cómo se canalizará la creatividad y el talento humano al servicio del bien común?…

En 2022, un equipo de profesionales ya estábamos trabajando con gobiernos e instituciones para canalizar el tsunami que se veía venir. Colaborando para desarrollar un marco legislativo, no para limitar el uso de la IA e intentar poner puertas al campo, sino para llevar sus posibilidades a la economía, las empresas y la sociedad en general. Fruto de este trabajo surgió una de las primeras iniciativas legales en la Unión Europea aprobadas en un parlamento que se concretó en el Decreto-ley 2/2023, de 8 de marzo, de medidas urgentes de impulso a la inteligencia artificial en Extremadura (https://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2023-8795).

En estos momentos, buena parte de la sociedad comienza a sentir la inseguridad e incertidumbre de una revolución que hace que se tambaleen los cimientos de nuestro mundo conocido, un campo abonado para las proclamas populistas de la ultraderecha y el fascismo, en el que las fuerzas del liberalismo y la socialdemocracia asisten atónitas y sin respuestas para lidiar con este desafío monumental. ¿Nos tendremos que enfrentar a “la gran moratoria” y otras medidas improvisadas por no haber hecho los deberes?

El tiempo para actuar se agota.

Adelante!!!

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