
RESUMEN DEL ARTÍCULO
Un hombre en estado ebrio buscaba las llaves perdidas de su coche bajo la luz de una farola. Al no encontrarlas, pidió ayuda a una mujer que pasaba por allí. Tras unos minutos de búsqueda infructuosa, la mujer le preguntó: «¿Está seguro de que perdió aquí las llaves?» A lo que el hombre respondió: «No, las llaves las perdí allí», señalando un oscuro descampado cercano. Perpleja, la mujer le dijo: «Entonces, ¿por qué no buscamos allí las llaves?» A lo que el hombre respondió: «Porque allí no hay luz».
Esta historia refleja una cruda realidad, una metáfora de la existencia misma, un espacio recurrente en el que muchos permanecemos atrapados. Buscamos nuestro camino y destino donde otros nos pusieron los focos, sin cuestionarnos siquiera si es allí donde está realmente lo valioso, la hoja de ruta que queremos seguir, lo que estamos buscando, donde queremos ir. Y para movernos en la oscuridad y la incertidumbre necesitamos aprender a buscarnos la vida.
Adelante!!!
ARTÍCULO COMPLETO
Lo primero que deberíamos aprender es a buscarnos la vida
El problema está en que la vida es dinámica y los tiempos cambian. Para un ser humano del Paleolítico este ejercicio era más fácil, porque las llaves para su existencia eran saber hacer fuego, construir herramientas, cazar o pescar. En el Neolítico, las nuevas competencias tenían que ver con cultivar o manejar el ganado. En la Revolución Industrial, el desarrollo de trabajos repetitivos en la fábrica o la administración. Y en la era de la Inteligencia Artificial, ni siquiera sabemos dónde están las llaves.
Enseñar a buscarse la vida debería ser el principal objetivo de la educación
Un ámbito donde nuestro sistema educativo se ha vuelto completamente ineficiente. De hecho, se está comportando como el beodo, ofuscado en conducir a las nuevas generaciones a buscar las llaves de su futuro bajo las farolas que iluminan el camino al pasado. Y no es capaz de entender que su foco ha de apuntar hacia el oscuro horizonte donde los jóvenes tienen que encontrar las llaves para abrir su futuro.
No podemos pretender que la educación nos dé seguridad absoluta, que a cada uno de nosotros nos entregue las llaves para garantizarnos el éxito. Pero sí que nos dispense las herramientas necesarias (competencias, habilidades, actitudes, aptitudes, principios y valores) para poder encontrarlas. Esa es una obligación ineludible por su parte, por la cual debemos exigir responsabilidades.
El sistema educativo no cumple con la promesa de enseñar a las personas a buscarse la vida
Cuando finalicé mis estudios universitarios, comencé a buscarme la vida con la misma torpeza que nuestro personaje, porque nadie me enseñó a mirar al oscuro descampado, ni me proporcionó una linterna o una simple mirada para hacerlo. También intuyo que hay millones de personas jóvenes y no tan jóvenes que comparten este sentimiento de frustración. Uno puede continuar haciendo carreras, másteres y doctorados, y ser tan ciego como el borracho del cuento, quedando atrapado en el reducido espacio iluminado que proyecta la farola, sin darle más recorrido que para ser un empleado de otros.
El sistema educativo nos prepara para habitar en un ecosistema que ya ha desaparecido. Hace unos años, uno decía a sus hijos que estudiasen arquitectura o programación para ganarse la vida. Es posible que en unos años, los trabajos asociados a estas profesiones los realice la Inteligencia Artificial.
Mis hijas son gestora de carteras y analista financiera en MiraltaBank y diseñadora de moda en Massimo Dutti. Permanentemente les digo que sigan cultivando su capacidad para buscarse la vida, porque es más que plausible que en pocos años sus profesiones no existan como tales, siendo ineludible abrazar los avances de la Inteligencia Artificial, prepararse para pensar algorítmicamente y anticiparse con la creación de sus propios Agentes de IA en el desempeño de sus actuales profesiones.
El valor: lo realmente valioso está en la penumbra o en la oscuridad
Elegir el lugar donde queremos buscar y poner allí la luz, en lugar de dirigirnos por inercia hacia las luces donde todos miran, va a ser decisivo, porque lo auténticamente valioso está en la penumbra o en la oscuridad.
Las competencias para buscarse la vida en la era de la Inteligencia Artificial van a ser reformuladas
Para adentrarnos en lo desconocido, que es donde está el valor y la riqueza revolucionaria, vamos a tener que reformular nuestro listado de competencias asociadas a la necesidad de buscarnos la vida, que pronto verán la luz en un libro que estamos preparando, entre las que destacan: Verlas Venir, Descubrir lo Emergente, Crear Relatos, Pensar en Grande, Crear Comunidad, Orquestar Personas, Inventar Posibilidades, Darse Permiso, etc.
Si no reconocemos la importancia que tiene aprender a buscarnos la vida y cultivar las competencias y habilidades asociadas a este arte, acabaremos frustrados, como el borracho que años después, sigue buscando cada día las llaves, baj la luz de la misma farola.
Adelante!!!