Una sociedad sin liderazgo es como una nave sin rumbo. 2024 es un año electoral clave plagado de elecciones de magnitud continental (Estados Unidos, Unión Europea, India) y nacionales (México, Corea del Sur, Sudáfrica…) en las que el mundo se juega su futuro. Y también concurren muchos de procesos electorales para elegir líderes de partidos políticos y organizaciones donde nos estamos jugando el futuro de nuestras ciudades y comunidades.
Y todo esto en un panorama complejo con grandes desafíos, transformaciones y cambios que están provocando una tensión sin precedentes en nuestras sociedades. Con una ultraderecha en alza que encuentra un campo abonado para capitalizar la desesperación y el descontento, una derecha que cae en su campo de gravedad y pierde su centralidad, y una izquierda desinflada que no ha sabido renovar su oferta política para seducir a la ciudadanía.
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