Cuando los líderes hacen su trabajo la vida florece. Me impresiona la capacidad y la altura de miras de algunas personas para desencallar problemas históricos que parecen insalvables, para cambiar la resignación por la esperanza. Sobre todo porque estas acciones constituyen un valor de referencia y aprendizaje para toda la sociedad. Todo se levanta y destruye con el liderazgo, y en este caso, la altura de éstos tres líderes puede dejar un legado de incalculable valor simbólico y transformador para la humanidad y para ti.
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¿Quién cuida de ti?
Vivimos en la ficción de que estamos siendo cuidados por nuestras instituciones, como alivio a la presión existencial de preocupación constante por nuestro futuro que percute incesantemente nuestra mente. ¿Pero qué pasaría si llegaras a descubrir que esto no es así?
Cómo acudir a un debate electoral con los deberes bien hechos.
Nuestros líderes políticos no han entendido el nuevo tiempo histórico que estamos viviendo y la ciudadanía asiste atónita a la falta de liderazgo y respuestas ante los nuevos retos. La sensación es que no entienden nada de lo que está pasando y sus discursos remiten a las viejas consignas como si nada hubiera cambiado.
La madre de todas la innovaciones es crear una cultura organizacional innovadora.
La innovación está de moda, todos aspiramos a desarrollar nuevas ideas, productos y servicios; pero nos centramos demasiado en las cosas en lugar de hacerlo en nuestros esquemas mentales, cultura del trabajo y en la forma de gestionarnos y relacionarnos.
El mantra de la organización actual es la innovación, desarrollar cosas nuevas que se diferencien y generen valor. Se tiende a pensar que la innovación ocurre a golpe de inspiración, cuando se trata de una cultura y un conjunto de prácticas que se entrenan. Las cosas innovadoras surgen de las organizaciones innovadoras o de los ambientes de innovación.
El espíritu del picador de piedra.
Estaban construyendo una catedral y un hombre preguntó a uno de los canteros que tallaban piedra ¿y tú qué haces? A lo que éste respondió: aquí en este trabajo infernal pasando calor y tragando polvo. Luego preguntó a otro cantero que estaba haciendo lo mismo y le respondió: construyendo una catedral, una gran obra para la cristiandad que verá el paso de los siglos y será fuente de inspiración y admiración de las futuras generaciones.