Vivimos en una sociedad acomplejada donde abunda la falsa creencia de la superioridad de las formas sobre el fondo, de la imagen sobre el carácter, de lo urgente sobre lo importante, de lo fenoménico frente a lo nouménico… Y en este jardín hacen su agosto los reyes del regate corto, los mercenarios sin escrúpulos, los filibusteros sin patria dispuestos a venderse al mejor postor, los discípulos alicortos de Maquiavelo.
Potestas versus Auctoritas. Todos aspiramos a tener autoridad en alguna faceta de nuestra vida, reconocemos que nos otorga capacidad de influir, sin embargo tomamos caminos equivocados y aplicamos recetas erróneas para adquirirla. ¿Cómo se logra la autoridad? Te propongo una mirada diferente y unas herramientas para cultivarla.
Nuestros líderes políticos no han entendido el nuevo tiempo histórico que estamos viviendo y la ciudadanía asiste atónita a la falta de liderazgo y respuestas ante los nuevos retos. La sensación es que no entienden nada de lo que está pasando y sus discursos remiten a las viejas consignas como si nada hubiera cambiado.
Nuestra vida se estanca por no saber o no atrevernos a hablar y conversar abiertamente acerca de lo que nos preocupa y desazona para encarar directamente los problemas, todo esto limita nuestras posibilidades de desempeño y crecimiento. Las conversaciones prohibidas anidan en lo más profundo de nuestro ser, en el seno de nuestras familias, en nuestras empresas y organizaciones, y en los gobiernos de nuestros países.
A través de una serie de post voy a trabajar contigo los 6 Dominios básicos del liderazgo, el primero es la capacidad de escucha. La destreza de escuchar con maestría es mucho más influyente y productiva que la del habla (aunque habla y escucha son actos indisociables), por ese motivo vamos a conocer los fundamentos de la escucha y aprender unas sencillas prácticas para que desarrolles maestría en este difícil arte.
