
RESUMEN DEL ARTÍCULO
Sigue leyendoLa inteligencia artificial generativa —ChatGPT, Gemini, Grok— nos ofrece un poder creativo sin precedentes. Sin embargo, detrás de esta aparente magia se esconde una paradoja: funciona como una caja negra. Alimentados por ingentes volúmenes de datos y sofisticados algoritmos, estos modelos devuelven respuestas sin que ni siquiera sus creadores comprendan del todo cómo llegan a ellas.
Ante esta opacidad, la clave no está en desvelar sus secretos técnicos, sino en redescubrir dos disciplinas milenarias: la mayéutica y la hermenéutica.
La mayéutica, el método socrático, nos enseña que el conocimiento nace de buenas preguntas. Hoy, aplicada a la ingeniería de prompts, convierte al usuario en una “partera digital”: guiar al algoritmo con preguntas claras, progresivas y contrastadas para alcanzar respuestas más profundas y reveladoras. La calidad de la respuesta dependerá siempre de la calidad de la pregunta.
La hermenéutica, por su parte, nos prepara para interpretar. Igual que antes se descifraban textos sagrados o legales, ahora debemos leer críticamente las respuestas de la IA: contextualizar el input, analizar los matices y verificar los resultados. Solo así podremos iluminar lo que ocurre en la caja negra y evitar los riesgos de sesgos, inconsistencias o “alucinaciones”.
La Filosofía del Lenguaje nos recuerda que el lenguaje no solo describe el mundo: lo crea. Cada prompt es un acto de habla que puede abrir nuevas realidades. El día en que la IA pueda prometer, afirmar o declarar con veracidad y propósito, estaremos ante la herramienta más poderosa jamás creada, capaz de transformar la economía, el trabajo, la educación, la ciencia y la vida humana.
Dominar la IA no es cuestión solo de algoritmos, sino de recuperar estas dos artes olvidadas: saber preguntar y saber comprender. Con ellas construiremos el futuro.
Adelante!!!