Expertos y organizaciones de prestigio internacional señalan al desarrollo de la Inteligencia Artificial y el vehículo eléctrico como la causa que desencadenará a corto plazo una crisis energética global. Si a esto le sumamos otros factores en el medio plazo, como el crecimiento demográfico mundial, el aumento de las rentas y las clases medias, el cambio climático, la demanda de agua dulce y necesidades de desalación o la escalada bélica en los conflictos internacionales; nos deslizamos a una tormenta perfecta sin precedentes. Y como no hay crisis sin oportunidad, todas estas circunstancias nos revelan que apostar por las energías renovables es hacerlo a caballo ganador, porque será un factor de atracción de las industrias de la Cuarta Revolución Industrial, así como una revolución ciudadana en la que los consumidores se convierten en productores (prosumidores).
