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El encanto rural de las cosas elementales. El otoño

RESUMEN DEL ARTÍCULO 

El otoño es un regalo de la naturaleza, una invitación a redescubrir lo esencial que a menudo ignoramos en la burbuja de las ciudades. En el mundo rural, las estaciones nos revelan su esencia más pura, ofreciendo un capital de experiencias y vivencias que nos conectan con la autenticidad de la vida. Los aromas de la tierra mojada, los colores que transforman el horizonte y los sabores de los frutos recién cosechados forman un mosaico de sensaciones que despiertan nuestros sentidos y nos resintonizan con los ciclos naturales.

Las estaciones, con su danza eterna, son el pulso del universo, un lazo invisible que nos vincula al todo. En el entorno urbano, ese vínculo se desdibuja en la monotonía de lo artificial, donde el paso del tiempo queda reducido a la alternancia del aire acondicionado y la calefacción. Allí, los matices y la profundidad de las estaciones se desvanecen, privándonos de una experiencia vital imprescindible.

El mundo rural, en cambio, es un refugio para lo elemental: un espacio donde las estaciones nos devuelven nuestra humanidad. Volvamos la mirada hacia esos paisajes, tradiciones y sabores que nos recuerdan que lo esencial sigue allí, esperándonos, como un poema eterno que resuena en nuestro interior. Es el momento de reivindicar y resignificar su belleza.

Este artículo ha sido elaborado por María Martos y Juan Carlos Casco.

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Soy de pueblo y aquí me quedo

RESUMEN DEL ARTÍCULO 

Detrás de las palabras hay un metalenguaje que nos atraviesa. De manera inconsciente, todo lo que asociamos mentalmente a lo rural tiene acepciones peyorativas. ¿Quién pondría en su currículum: “Soy de pueblo”? ¡Qué jodido y traicionero es el lenguaje!

Los que somos más viejos, en nuestros constructos mentales, cuando escuchamos palabras como «rural» o «pueblo», automáticamente pensamos en las películas en blanco y negro de Paco Martínez Soria. Nuestros padres nos repitieron hasta la saciedad que “para ser alguien en la vida hay que irse del pueblo”. Ese mensaje está escrito a sangre y fuego en nuestro subconsciente.

La visión que tenemos de lo rural es cultural y negativa. Para romperla, tenemos que crear un nuevo espíritu rural que conecte con los deseos de la gente. Las personas que amamos lo rural debemos encarnar un estilo rompedor capaz de seducir e inspirar al mundo. Para lograrlo, tenemos que cultivar nuevos saberes, destrezas y prácticas, con el fin de crear tendencias y convertir el medio rural en un espacio vanguardista.

Muchos ya estamos creando los programas y los espacios que traigan la modernidad a lo rural y provoquen el cambio, como los Centros de Innovación Territorial, la Red Circular Fab de la provincia de Cáceres, los Madrid Rural Lab, el Fab Lab de Ponferrada, las Escuelas del Talento de las Diputaciones de Cáceres y Badajoz, el Grupo Motor para la Transición Energética en España, los Pueblos de los 5 Minutos, el Laboratorio de Artesanía y Alto Diseño de Moda en 3D o el Ecosistema de Impulso al Emprendimiento en Sierra Suroeste.

Ahora toca hacer lo más importante: eliminar los prejuicios, los complejos y los pensamientos limitantes que nos atenazan. ¡Guerra a la vulgaridad!

Adelante!!!

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Los valores de la Marca de los PUEBLOS DE LOS 5 MINUTOS.

Una nueva forma de concebir el hábitat humano.

El mundo rural nos provee de las materias primas y bienes más necesarios para vivir: agua, alimentos, energía, naturaleza. También de los elementos que agregan calidad a la vida: tranquilidad, seguridad, salud, equilibrio emocional, espacios naturales cuidados. Nos ofrece fuentes de capital para crear actividad económica y riqueza acorde a las nuevas tendencias de los consumidores (capital natural, capital cultural, destinos slow, economía de la experiencia). Sus diferentes esferas y dominios (estético, intelectual, emocional) tienen el poder de crear atmósferas cálidas y experiencias sin límite que involucran los cinco sentidos. Y lo más importante, nos devuelve el control sobre el espacio y el dominio del tiempo para decidir qué hacer con él. 

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