Archivo de la categoría: Trabajar las nuevas competencias para el siglo XXI.

Una visión crítica de la LOMLOE y las leyes educativas en general.

VERSIÓN RESUMIDA DEL ARTÍCULO 

Una visión crítica de la LOMLOE y las leyes educativas en general 

Las leyes educativas, como la LOMLOE, están llenas de buenas intenciones y planteamientos loables. Sin embargo, al aplicarlas, se revela la brecha entre una educación del siglo XIX, profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI. La LOMLOE, aunque ambiciosa, define un marco coherente que ofrece esperanza para enfrentar los desafíos actuales.

La LOMLOE establece que los alumnos, al finalizar su etapa educativa, deben adquirir competencias clave para enfrentar los retos del siglo XXI y construir su proyecto vital. Este currículo incluye objetivos, competencias, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación. Las competencias clave (comunicación, digital, personal, social, etc.) siguen las recomendaciones internacionales y son esenciales para el éxito formativo, aunque su logro es ambicioso. Las competencias específicas conectan las competencias clave con los saberes básicos y criterios de evaluación, asegurando coherencia en la enseñanza.

Los objetivos y las situaciones de aprendizaje permiten a los alumnos aplicar sus conocimientos a la vida real, desarrollando habilidades prácticas y relevantes. El perfil de salida concreta los principios del sistema educativo, preparando a los alumnos para enfrentar la vida real y participar activamente en la sociedad.

Existe una gran brecha entre el mundo académico y la realidad que se plasma en las leyes educativas y evidencia una ceguera en tor a las competencias que son realmente valiosas. Las leyes no cambian las realidades ni los contextos, y la LOMLOE no es una excepción.

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Qué tendremos que aprender para desarrollar nuestro talento y ser campeones y líderes en la era de la Inteligencia Artificial.

Aunque algunos estén pensando que el mundo de la Inteligencia Artificial será cosa de analistas, programadores, físicos o matemáticos. Nada más lejos de la realidad, pese a que todos ellos serán obreros implicados en la fabricación de una tecnología que todos podremos usar para desarrollar nuestro talento en el marco de nuestras  actividades, trabajos y profesiones. Saber escuchar, preguntar, conversar, interpretar, inspirar o cooperar; serán algunas de las habilidades más importantes para trabajar con la Inteligencia Artificial y sacarle el máximo partido en lo que hacemos diariamente, como poner en marcha una empresa próspera o desempeñar una profesión exitosa.

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El legado

El galardón más preciado de la existencia es la satisfacción de haber dejado un valor a los demás, la confortante sensación de que nuestra vida ha merecido la pena, y que cada una de nuestras acciones ha perseguido un propósito elevado.

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El poder que nos da la declaración.

Una declaración es el anuncio de que algo nuevo va a ocurrir, la anticipación de un futuro inédito a través de la palabra, la promesa de que una cosa importante se materializará. Todas las cosas relevantes que ocurren en la vida surgen de una declaración (una nación, la guerra, la paz, la creación de una familia, una empresa…). Cuando una persona salta a la palestra y hace una declaración (se propone para un cargo, crea una organización, manifiesta el amor a otra persona…), el mundo se para en ella un instante y un foco potente la ilumina. Aunque todos podemos utilizar la llave de la declaración para llevar a cabo nuestros proyectos, son muy pocas las personas que manejan este arte esencial para emprender, liderar y expandir su talento.

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Cinco competencias clave para el alto desempeño que no logré enseñar a mis hijas.

Cuando uno mira las competencias en las que se enfoca el sistema educativo (memorizar y repetir información, seguir reglas y patrones, aprender respuestas enlatadas…) y lo contrapone con las habilidades esenciales para desenvolverse de manera plena en la vida, corre el riesgo de entrar en pánico. Lo peor de todo es que estas prácticas inútiles acaban instalándose como hábitos intelectuales difíciles de desmontar, entrando en conflicto con la apropiación de otras competencias clave como darse permiso, pensar en grande, inventar posibilidades, hacer promesas valiosas y pedir de manera efectiva.

Ante esto, alguien podría decirme eso de que en casa del herrero cuchillo de palo, y no le faltaría razón. Pero la inercia de la escuela y el entorno es tan grande, que puede causar estragos y dejar secuelas de por vida en las personas. Pese a ello no podemos renunciar a intentarlo una y otra vez, ya que tarde o temprano descubriremos que lo que está frenando nuestro potencial para el desarrollo de la creatividad, la innovación, el emprendimiento, el liderazgo, el talento o el desempeño profesional son ciertos hábitos automáticos e incompetencias que nos enseñaron en la escuela. 

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