Archivo de la categoría: Crecimiento Personal

Javi y Nuki.

La voluntad forja el carácter.

Mi hermano es Javi, un hombre que  en 1980 tenía 11 años, Nuki era su perra. Un día Javi, en una de sus cacerías furtivas por el paraje de Casita Santa, vio como Nuki seguía la carrera de un conejo con tanto ahínco, que después de adentrarse por el agujero del vivar, quedó atrapada en lo más profundo de las entrañas de la tierra.

Javi sintió un escalofrío al poner el oído en la enorme y estrecha gruta.La llamó hasta perder el aliento sin encontrar eco alguno como respuesta.

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No somos nadie.

Debemos dejar de ver al ser humano como ser individual y aprender a entenderlo como especie.

Cada día se pone más evidencia la extrema fragilidad del ser individual en el mundo y la necesidad de sortear un abismo existencial que nos reduce a la nada, una sensación que nos puede llegar a angustiar si no aprendemos a pensar y actuar como una especie que basa su fuerza en la inteligencia colectiva. El individualismo nos ha demostrado que nos conduce al más estrepitoso de los fracasos, una actitud ineficaz para enfrentar una realidad ante la que se yerguen unos desafíos descomunales (enfermedades, migraciones, guerras, crisis climática…) para el conjunto de la humanidad. 

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Visionarios y “Actuarios”.

Dicen que hay personas que ven el futuro, yo no lo creo. De lo que sí estoy convencido es de que hay personas enfocadas en descubrir posibilidades, observar tendencias, proyectar escenarios de futuro y actuar (“actuarios”). Y lo estoy porque conozco a algunas y busco pasar con ellas el máximo tiempo posible.

Los visionarios (si los hubiere), no cambian el mundo, los actuarios sí. Los que ven el futuro son como el yeti, muchos dicen que existe pero nunca ha comparecido en público. Los “actuarios” proyectan escenarios y calculan riesgos, pero sobre todo, actúan.

Visionarios-actuarios
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Un Plan B de vida para millones de jóvenes que han estudiado una carrera y no encuentran trabajo.

El desafío de ampliar el horizonte de posibilidades de los jóvenes.

Cuando finalicé mis estudios universitarios me pregunté ¿y ahora qué? La respuesta que tenía en la cabeza era solo una y además automática: trabajar para la administración o para una empresa.

Como la jugada no me salió bien, me frustré y extendí mi malestar a mi familia y entorno. Y pensé ¿esta mierda es la vida? Y busqué. Y me formulé nuevas preguntas. Y no me resigné. Y empecé a atar cabos y a encontrar algunas respuestas.

Y busqué maestros que iluminaran mi mente. Y los encontré. Y descubrí donde estaba la clave. Y me empleé a fondo durante años en adquirir y perfeccionar nuevas habilidades para conducir mi vida por otros derroteros.  Y las puse en práctica. Y me funcionó. Y lo convertí en mi trabajo. Y busqué un equipo. Y creamos un modelo para reproducirlo. Y lo replicamos. Y entrenamos a otras personas y equipos. Y tejimos redes y alianzas con muchas personas y organizaciones. Y seguimos aprendiendo y jugando cada día al divertido y productivo juego de DESCUBRIR E INVENTAR POSIBILIDADES, CONVERTIRLAS EN OPORTUNIDADES Y MATERIALIZARLAS EN PROYECTOS.

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Por qué el ser humano es capaz de negar la evidencia y creer en la mentira.

Conocer el funcionamiento de la mente para no ser manipulados.

Trumpistas, bolsonaristas, supremacistas, terraplanistas, negacionistas del cambio climático, antivacunas, negacionistas de la pandemia… Vivimos atónitos ante el comportamiento de millones de personas que son capaces de seguir a líderes que gobiernan desde la mentira, de creer en falsedades, de guiarse por los bulos a sabiendas de que son falsos, e incluso negar la evidencia de un resultado electoral sin tener ninguna prueba. Un fenómeno que crece como una metástasis en forma de partidos políticos e ideologías que amenazan nuestras democracias y convivencia. Y nos preguntamos por qué el ser humano es capaz de creer en la mentira, cómo funciona la mente humana para llegar a tal nivel de degradación y aberración, cómo la desinformación es la reina de la “sociedad de la información”, cómo el ser humano es capaz de tragar tantas falsedades y moverse en la incoherencia.

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