El jueves 30 de marzo de 2023 llevamos al Senado una propuesta para cambiar las reglas de juego en la relación entre el mundo rural y el urbano, basada en una relación de lealtad entre iguales. Para eso, desde Emprendedorex lanzamos 3 grandes líneas de trabajo: un cambio en el relato y la identidad del mundo rural, un protagonismo compartido con el mundo urbano en la Cuarta Revolución Industrial y un nuevo contrato social entre el mundo rural y el urbano.
Si queremos enfrentar los grandes desafíos que tenemos por delante (sanitarios, alimentarios, climáticos, energéticos) debemos establecer un nuevo memorándum de entendimiento, renegociando las nuevas condiciones de la relación desde la búsqueda del beneficio mutuo (ganar/ganar), porque de lo contrario, ninguno de los dos mundos podrá ser viable a largo plazo.
Gracias a la figura y al carisma de Manuel Campo Vidal, el mundo rural se ha colocado en la agenda política y mediática de este país, reuniendo a actores y nuevas voces para provocar puntos de encuentro y nuevas propuestas que, por fin, llegan con nitidez a las instituciones y espacios donde reside la representación territorial y la soberanía popular. Y es menester que estas propuestas y estudios, como el presentado por Next Educación en el Senado (III Estudio sobre la España Despoblada) sean tenidas en cuenta, porque aportan nuevas miradas y enfoques para encarar una realidad extremadamente poliédrica y compleja.
Sentarse a negociar el futuro.
Partamos de la base de que cada persona es libre para vivir donde quiere. Pero al margen de eso, en este momento mas que en ningún otro en la historia, el mundo urbano y el rural se tienen que sentar a pactar su futuro y hacerlo de manera concertada, porque de ese acuerdo va a depender el porvenir de una civilización donde las tendencias demográficas globales apuntan a una espiral de concentración de la población en megalópolis y a un consumo de recursos y materias primas insostenible.
Como en toda negociación y transacción justa, las partes han de mostrar sus cartas con sus puntos fuertes y débiles, analizar las tendencias y escenarios de futuro, calcular los riesgos y proponer una hoja de ruta compartida. Y a partir de ahí tomar decisiones estratégicas para hacer atractivo el territorio desde un enfoque de sostenibilidad a largo plazo que contemple, entre otras cosas, compensación por mantener los ecosistemas naturales, nivelar la prestación de servicios, garantizar el suministro de agua y energía, incentivos para producir alimentos sanos y saludables, deslocalización industrial e inversiones estratégicas en zonas rurales, mejora de las infraestructuras y acciones de discriminación positiva para zonas demográficamente sensibles. Porque si algunos territorios pierden su masa humana crítica, podemos entrar en procesos irreversibles, con la consiguiente aceleración en el deterioro del patrimonio natural y cultural.
El papel del mundo rural ante los grandes desafíos planetarios.
Acontecimientos recientes como la pandemia, el encarecimiento de los precios de la energía y los alimentos, la crisis climática con el agotamiento de los recursos hídricos o el riesgo de megaincendios; nos sitúan ante un escenario que exige una correlación de fuerzas diferente entre ambos mundos, so pena de poner en riesgo el reservorio de recursos críticos para la vida (alimentos, energía, agua, oxígeno, fijación de carbono, naturaleza, espacio de solaz y disfrute de los sentidos, descompresión del estrés que producen las grandes ciudades…).
Además de los argumentos anteriores, la Cuarta Revolución Industrial y sus tecnologías disruptivas, la Inteligencia Artificial, la convergencia tecnológica (NBIC), la deslocalización de la producción, las nuevas tendencias de la economía (economía de la experiencia, especialización inteligente, movimiento slow, economía naranja, economía plateada, economía circular) abren nuevas realidades y posibilidades simbióticas que constituyen grandes nichos de oportunidad para un mundo rural y urbano que cada vez son más difusos y cuya tendencia es a hibridarse.
Todas las circunstancias descritas reconfiguran las relaciones entre lo urbano y rural, diluyendo las coordenadas que definían a uno y otro (centro/periferia, norte/sur, productor/consumidor) y creando un nuevo marco de posibilidades más rico y abierto para ambos, ya que las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial con la Inteligencia Artificial a la cabeza democratizan las oportunidades para producir bienes y servicios desde cualquier lugar.
La pérdida de población rural es un fenómeno mundial que exige soluciones globales.
El abandono del mundo rural es un fenómeno civilizatorio que se produce de manera asimétrica aunque con una tendencia similar en todo el mundo. La pérdida de población en los entornos rurales ponen en riesgo los ecosistemas naturales, descapitalizándose el territorio y mermando el potencial de las comunidades y países.
A día de hoy, al igual que es necesario el desarrollo de un gran pacto sobre el clima o por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se precisa un pacto entre mundo rural y urbano que se concrete en un nuevo contrato social urbano/rural. Una nueva agenda que ya se está iniciando por parte de algunos gobiernos regionales a través de leyes y normativas para frenar la despoblación, pero que hay que consolidar desde la acción de gobierno por parte de los Estados y elevarse a categoría de política pública urgente por parte de las instituciones y organismos multilaterales.
Vivimos en una realidad ultracompleja que nos exige una visión y enfoque holistico para abordar unos desafíos globales que están entrelazados entre sí (salud mental, crisis climática, contaminación…). Y uno de los problemas que tenemos que abordar como civilización es qué futuro queremos para el planeta. Y sin un gran contrato social que reordene, reformule, rediseñe y resignifique la relación rural-urbano, simplemente no hay futuro.
Nos necesitamos, nos reconocemos en nuestras diferencias y nos abrimos a un nuevo tiempo de colaboración y cooperación franca y estrecha. En un mundo multipolar que está cambiando las relaciones de poder entre bloques, es el momento de replantearlas también entre los dos grandes mundos (rural y urbano) para acordar nuevas reglas justas y duraderas que nos permitan abrir un nuevo tiempo alejado de los tópicos y de actitudes trasnochadas. Porque hoy hay más paletos en las ciudades que en los pueblos y más urbanitas que nunca en el campo.
Hemos entrado en una nueva de la humanidad (Virtuceno) y debemos habitarla y colonizarla juntos.
Adelante!!!
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