Orientación profesional para los jóvenes de hoy. Un mapa con 4 pasos y 15 habilidades.

La mayor parte de los trabajos y las empresas en 2030 serán nuevos, no existen hoy, están por inventar. Por eso, resultaría pretencioso afirmar que nos estamos preparando para un trabajo con futuro, porque es posible que cuando vayamos a ejercerlo ya no exista o sea marginal. La mayor seguridad que tenemos es que todo cambia, que todo es devenir, y que la estrategia más inteligente es actuar de manera flexible analizando las tendencias y contingencias que surgen en el día a día para inventar nuestra forma de ganarnos la vida.

Hoy se necesitan médicos, por eso muchos estudian medicina, sin embargo la convergencia tecnológica (NBIC) y la emergencia de la inteligencia artificial y el big data pueden propiciar en muy pocos años que nuestros médicos de carne y hueso sean sustituidos por un software que diagnostique nuestras enfermedades y nos prescriba tratamientos con mucha mejor precisión y eficiencia. De hecho, estimo que esto va a ocurrir pronto, no como un fenómeno aislado sino como un tsunami imparable que afectará a la inmensa mayoría de nuestras actividades y profesiones. En unas décadas todas nuestras constantes vitales serán monitoreadas mediante dispositivos externos, y procesados los datos en segundos para tomar decisiones y prescribir tratamientos.

La biotecnología fabricará nuestra carne sin animales, nuestros edificios y viviendas los diseñará un software, su construcción la realizará una impresora 3D, el personal funcionarial y administrativo será sustituido por chatbots, los abogados virtuales a través de la inteligencia artificial y la gestión de datos nos defenderán en los tribunales… Y así sucesivamente se removerán los cimientos de nuestras actividades, trabajos y profesiones (incluso de aquellas que consideramos más asentadas y a salvo de la obsolescencia). Todas ellas caerán como un castillo de naipes, comenzando por las que se basan en tareas mecánicas y repetitivas y avanzando hacia el resto.  El ser humano celebrará un nuevo triunfo en la evolución, liberándose una proporción colosal del talento y actividad humana hacia funciones más creativas, productivas y llenas de valor.

Ante este terremoto la gran cuestión es: ¿Qué estrategia adoptamos para adaptarnos a los cambios? ¿Qué hoja de ruta diseñamos para dirigir nuestras vidas? ¿Qué nuevo mapa elaboramos para conducirnos por el mundo?… Porque ya no nos vale el cuento de estudiar una carrera y hacer un trabajo fijo de por vida, por eso debemos ayudar a los jóvenes, padres, profesores y orientadores a definir un nuevo plan para construir nuestros proyectos vitales y a ser significativos en el mundo del futuro.

Una nueva estrategia para conducir nuestras vidas y construir nuestros proyectos vitales. 4 pasos.

Primer paso. Cambiar la manera de pensar, tomando conciencia de los cambios en los que estamos inmersos, entendiendo que el futuro no se parecerá al pasado.

Por eso, la experiencia ha dejado de ser importante, para tomar decisiones no podemos preguntar al pasado porque el mundo que viene será distinto.

Segundo paso. Aprender a ver posibilidades como nueva tarea que sustituye al papel que jugaba la experiencia en el pasado, desarrollando tres funciones principales en torno a 3 habilidades:

  • Aprender a observar cómo se mueven los grandes mundos (oriental, occidental, latino, árabe, judío, urbano, internet…); y a explorar las posibilidades que se abren para mí en ese movimiento.
  • Aprender a analizar las fronteras del conocimiento, el mundo de la ciencia y la tecnología (convergencia tecnológica, inteligencia artificial, fabricación aditiva…); y a determinar las posibilidades nuevas que surgen para mí.
  • Aprender a prospectar las tendencias y escenarios de futuro (globalización, especialización inteligente, inmaterialidad, economía de la experiencia…); y a establecer las posibilidades nuevas que me ofrecen.

El desarrollo de estas nuevas habilidades, se convertirán en la clave para el éxito personal y profesional. Un trabajo para el que los jóvenes no están preparados y no podrán hacer solos, necesitarán ayuda, por lo que los profesores, padres, orientadores y mentores necesitaremos aprender previamente esas habilidades para acompañarlos en este proceso.

La actividad diaria de estudio entendido como memorización y repetición, será sustituida por el ejercicio de asomarnos diariamente a los cambios para descubrir posibilidades en torno a las cuales encarar nuestros proyectos vitales.

El rol educativo y de orientación dejará de estar enfocado en la provisión de datos e información para su memorización, para hacerlo en la exploración de posibilidades; y como padres, profesores u orientadores nos transformemos en “embajadores de posibilidades” para nuestros hijos, alumnos, trabajadores… Ayudando a recrear y tantear sus propios cursos de acción y escenarios vitales.

Tercer paso. Aprender a articular y construir posibilidades con otros (nuestro proyecto sólo podremos hacerlo realidad cooperando con otros).

Del análisis surgido en el paso anterior afloran trillones de cursos de acción y posibilidades, su materialización en función de los intereses de cada persona dependerá de la capacidad de interactuar con otros. Y para explotar las posibilidades surgidas necesitamos aprender nuevas habilidades que hemos reunido en el Modelo 6-9. Un trabajo que se materializa en el conversar/actuar.

Cuarto paso. Dirigirnos en torno a la construcción de una visión propia, el propósito y el legado.

Cometemos frecuentemente el error de pensar que el sentido de la visión y el enfoque lo podemos construir desde un paso inicial preguntando a la persona qué quiere ser en el futuro, cuál es su propósito final en la vida o cuál es su proyecto. Obviando por completo que ese planteamiento está fuera de lugar cuando la mayoría de nosotros asistimos atónitos a lo que acontece, intentando encauzar diariamente nuestras vidas en un torrente frenético de acontecimientos que nos desborda.

De hecho, muchas personas llegan al fin de sus días sin haberse planteado siquiera cuál es su sueño, su propósito, su meta o su legado.  Pocas han hecho coincidir su trabajo con su vocación. Y la inmensa mayoría vive el día a día con la preocupación de ganarse la vida y seguir adelante a duras penas.

Vivimos en la época del devenir permanente y las personas necesitan una nueva guía para moverse y aprender a surfear en lo contingente. Aprender a ver el futuro como un horizonte abierto de trillones de posibilidades, cuya concreción en oportunidades se materializa a partir de nuestra capacidad de análisis de lo que ocurre en el mundo y sus tendencias (aquí veo posibilidades para mí / aquí no veo posibilidades para mí); y después, a través de nuestras habilidades para hacer cosas con otras personas (declaraciones, promesas, pedidos, ofertas, gestión emocional, trabajo en equipo, impecabilidad, coinvención, cooperación, codiseño, confianza…).

Las dianas del futuro hacia donde decidimos dirigirnos, en otros tiempos fijas, se están moviendo. Por eso nos deslizamos hacia el futuro reorientando el tiro permanentemente, desde la flexibilidad como principio. Así será posible que quien soñó con llegar a ser médico, acabe desarrollando su profesión en un equipo de diseño de inteligencia artificial y aplicación de big data para fabricar un médico virtual. Y así sucesivamente para las carreras y profesiones que habíamos conocido en una ola desigual (no ocurrirá en todos los lugares por igual) pero imparable.

15 habilidades que serán la base del éxito personal y profesional.

No podremos conducir nuestras vidas ni crear proyectos vitales satisfactorios sin aprender nuevas habilidades en las que apoyarnos. Para ello creamos el Modelo 6-9. Se trata del entrenamiento en 6 Dominios para alcanzar 9 Niveles de excelencia y configurar 15 habilidades que permiten explotar todo su potencial a cualquier persona u organización: escuchar, declarar, afirmar, enjuiciar, pedir, prometer, dirección, relaciones internas, relaciones externas, trabajo, aprendizaje, renovación, emocionalidad, planificación y evaluación.

No tiene sentido trabajar con una persona para que defina su proyecto vital, meta o propósito en la vida, sin un trabajo previo de asomarse a lo que ocurre en el mundo (exploración), para a partir de ahí visualizar el horizonte de posibilidades y lanzarse a la acción interactuando con otros desde el desarrollo de nuevas habilidades que lo hagan posible.

Y esto que te presento aquí va a ser la hoja de ruta de las políticas públicas en materia de educación, servicios al empleo, emprendimiento y orientación laboral del futuro. Es una pena que nuestras autoridades permanezcan ciegas ante esta evidencia.

Mientras tanto, nuestras instituciones y gobiernos van a seguir con políticas erráticas, derrochando dinero a raudales en programas absurdos; y lo que es peor, condenando a nuestra juventud a un callejón sin salida.

Pese a todo soy optimista y pienso que cuando hagamos los cambios oportunos y orientemos el sentido errático de las políticas públicas, nos espera un futuro revolucionario y disruptivo que desembocará en el periodo más próspero de la historia de la humanidad.

Adelante!!!

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7 comentarios en “Orientación profesional para los jóvenes de hoy. Un mapa con 4 pasos y 15 habilidades.

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