Todos los seres humanos nacemos con un talento especial que permanece dormido en la mayoría de nosotros, de hecho, la mayor parte de las personas morimos sin conocerlo. La tarea más excelsa del educador es descubrirlo en cada uno de sus pupilos, despertarlo y cultivarlo. Aunque el talento suele estar muy oculto, hay un elemento que lo delata y a través del cual se manifiesta, se trata de la sensibilidad. Cuando una persona es sensible a una realidad (música, poesía, ciencia, arte, deporte…), muy cerca está la llave para acceder a su talento.
Sigue leyendoLa sensibilidad del maestro. La habilidad clave para resignificar la labor docente en el siglo XXI.
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