Una nueva forma de trabajar, producir resultados y crear riqueza revolucionaria.
Para enfrentar los grandes desafíos del futuro vamos a tener que poner en práctica nuevos métodos de colaboración y trabajo en equipo, nuevas formas de organización para crear valor.
Crea un grupo y conecta a personas de máximo nivel capaz de configurar una “mente maestra” (el laboratorio de operaciones).
Cuando dos o más personas conectan sus mentes e interaccionan, aparece una tercera mente a la que todas tienen acceso. Este fenómeno que describió Napoleón Hill hace un siglo funciona a la perfección. Y si las mentes son de máximo nivel, la mente maestra se convierte en una fuente descomunal de poder.
Para poner en marcha una mente maestra necesitas tener poder de convocatoria, pues las personas de primer nivel generalmente están muy ocupadas, para lo cual debes cultivar una fuerte reputación. El resto de ingredientes son: definir un propósito claro, entusiasmo e iniciativa.
Pasos para crear la mente maestra y el espacio de colaboración para diseñar acciones y futuros con personas líderes de alto nivel.
- Selecciona a 2 o 3 personas de máximo nivel (nivel 10) en torno a un propósito e invítalas a hacer algo grande, a vivir una gran aventura, a construir un legado (piensa en que las personas de máximo nivel solo se moverán por algo realmente inspirador). Pronto crecerá el grupo porque las personas de máximo nivel atraen personas de máximo nivel. Cada vez que sumas a una persona de máximo nivel tienes la posibilidad de poder acceder a la rica red de relaciones de esa persona, generando las condiciones para un crecimiento de progresión geométrica.
- Crea el ambiente y el espacio emocional para que la mente maestra actúe: pensar y actuar en grande, hacerse cargo de algo retador que otros no se dan permiso o atreven a abordar, confianza, complicidad, sintonía, cultivar el hábito de mirar más allá e ir más lejos.
- Fija encuentros periódicos y crea una conversación fluida. La mente maestra se convertirá en una fuente inagotable de la que surgirán oportunidades y propuestas de valor incalculable. Habrás puesto en marcha un laboratorio para pensar y diseñar el futuro. Habrás logrado un mecanismo para pensar en grande junto a otros grandes y una red reputacional a la que más grandes desearán sumarse.
Enfoque en la acción.
Las semillas surgidas de la mente maestra no producirán fruto sin proyectar acciones prácticas y significativas en torno al propósito.
En este momento, la acción toma el relevo a la reflexión, con la ventaja de que las personas de máximo nivel tienen automandato, están autorizadas, no necesitan pedir permiso a otras para actuar.
Creación de un “grupo motor” para materializar en la práctica las iniciativas surgidas de la mente maestra.
El grupo motor surge como una célula operativa a partir de la mente maestra para llevar a cabo un proyecto concreto.
El grupo motor puede estar dirigido o mentorizado por los miembros de la mente maestra y conformado por un segundo nivel de técnicos y profesionales que ejecuten la hoja de ruta.
El modelo que te muestro se puede acomodar a la acción en diferentes niveles (instituciones multilaterales, gobiernos, ciudades, organizaciones políticas, sociales, empresariales…) para abordar todo tipo de desafíos (crisis climática, alimentación, salud, agua, energía, inteligencia artificial, reto demográfico, educación). De su configuración pueden formar parte diferentes perfiles (líderes, filósofos, economistas, futurólogos, científicos…).
Las estructuras de gobierno y organización actuales fueron diseñadas siglos atrás para dar respuesta a necesidades del pasado. En un tiempo líquido que por momentos se torna en volátil, necesitamos nuevos modelos de trabajo para enfrentar los desafíos actuales. Un presidente o dirigente que pretenda llevar a cabo un proyecto de futuro de gran calado para dejar un legado, no puede hacerlo solo desde las instituciones y órganos de gobierno tradicionales enfocados en la gestión del día a día (ministros, funcionarios), necesita poner en marcha otro tipo de estructuras (mente maestra, grupos motores) para construir el futuro. Y lo dicho sirve para su aplicación a cualquier ámbito de acción.
Necesitamos nuevas formas de organizarnos para trabajar colaborativamente y poder lograr nuestros objetivos desde la acción colectiva, poniendo en juego nuevas habilidades. Nuestras formas de colaborar y cooperar están obsoletas y hay que dar a luz nuevos modelos.
Nuevos conceptos como inteligencia colectiva, cooperación masiva, pensar como especie… quedan muy bien en los discursos, pero necesitan modelos prácticos para aterrizarlos.
Adelante!!!