Para cultivar tu liderazgo necesitas permanecer atento a una serie de enfermedades que se instalan en tu cuerpo y mente. Si te mueve el resentimiento, el miedo, la arrogancia o la resignación tus pies son de arena.
Patología 1. Síndrome del prisionero.
Se manifiesta cuando quedas atrapado por las ansias de venganza o revancha, te priva de la libertad, te puede llegar a cegar y permanecer amarrado a la persona que te produjo el quebranto. Eres un preso y como tal no estás disponible para levantar una causa. La permanencia de esta emoción te puede sumir en el resentimiento y somatización de dolencias (úlceras, tumores, infecciones…). Otros síntomas son: agitación, dificultad de conciliar el sueño, agresividad…
Cura de urgencia: movilízate a favor de tu causa, no contra alguien.
Patología 2. Síndrome del tirano.
Se manifiesta cuando de pronto te ves dos palmos por encima de los demás, más importante, claramente superior aunque no tienes evidencias de ello. La permanencia de esta emoción te puede convertir en un imbécil, petulante, vanidoso, chulo y fanfarrón; en un arrogante. Los síntomas suelen ser la pérdida de relaciones y la soledad.
Cura de urgencia: pon en valor a los demás y haz que se sientan importantes.
Patología 3. Síndrome del perseguido.
Algo me puede ocurrir y no puede ser bueno, si me expongo perderé, busco un espacio para permanecer oculto y esquivar el riesgo, el peligro me acecha. Es la emoción del miedo cuya permanencia te puede someter a un estado de ánimo paralizante. El miedo se manifiesta en diversas dolencias físicas y sicológicas, siendo éstas últimas la enfermedad más contagiosa jamás conocida. Decía Emerson que el miedo es el elemento que más batallas ha ganado al ser humano a lo largo de la historia.
Cura de urgencia: exponte a tus miedos y sube la dosis gradualmente.
Patología 4. Síndrome del vencido.
Todo intento por mejorar es inútil, da igual lo que haga, la causa está perdida. Es la emoción de la resignación. Sus síntomas son la inacción, la melancolía y la languidez.
Cura de urgencia: escribe tres cosas que aún no has intentado.
Todos somos poseídos puntualmente por estas emociones, nos ocurren involuntariamente, como la fiebre. En sí mismas no son nocivas, en su justa medida pueden activarnos y potenciarnos. La alerta surge cuando permanecen en el tiempo, convirtiéndose en estados de ánimo incapacitantes para el ejercicio del liderazgo, y finalmente en patologías destructivas.
Palpa periódicamente tu alma en busca de estas dolencias, analiza si tienes síntomas físicos o síquicos de su presencia. Su observación es más efectiva desde fuera, podemos padecerlas y no ser conscientes de ello.
Y ahora las recetas prometidas:
- Receta 1. Toma como referencia a una persona de tu entera confianza, explícala los síntomas de estas enfermedades y pídela que cuando los observe en ti, te lo haga saber.
- Receta 2. Haz tus propios análisis de forma periódica para detectar los síntomas.
- Receta 3. Cuando por alguno de los medios anteriores hayas detectado los síntomas, prescribe un remedio (toma como referencia las curas de urgencia) y toma la medicina las veces que sean necesarias.
- Receta 4. Repite la dosis hasta que los síntomas desaparezcan y hayas producido un hábito.
Salud! 😉
Solo queria darle las gracias puesto que me identifico 100 x 100 con las dos primeras , y me acuerdo que antes no era asi y en verdad no me siento bien siendo lo que soy ahora , espero por mi bien y sobre todo por los que me rodean que pueda cambiar . saludos.
Hola Raúl, lo importante es que puedes cambiar y que igual que se instalaron en tu mente esas emociones, también se las puede bloquear y neutralizar, hacerlo es importante para tu vida, te ayudará a crecer y a ser más feliz. Un abrazo!!!
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