Para alcanzar nuestro máximo desempeño, las personas y organizaciones necesitamos convertirnos en relevantes e influyentes para otras, al menos en el campo o actividad que amamos y en el que pretendemos desarrollarnos (agricultura, medicina, literatura, música, cultura, deporte, puesto de trabajo, empresa…). La dificultad radica en que en nuestro ámbito, también hay millones de personas y organizaciones que quieren ocupar ese nicho, para lo cual necesitamos cultivar y poner en práctica un conjunto de sensibilidades, competencias y habilidades.
Ser influyente consiste en tener poder para orquestar la mente de los demás.
Y para lograrlo necesitamos desarrollar una voz propia, una sensibilidad, un estilo personal, una autenticidad, un mensaje claro, un relato seductor, una comunidad, una red, una oferta, una reputación, un medio de comunicación, un plan, un compromiso y una dedicación.
En la realidad actual, una de las tareas más complejas es hacerse oír en un universo inabarcable de ruido que se ensancha cada día más. En el mundo de hoy hay millones de personas y medios emitiendo informacion a la vez, en una disputa sin tregua por captar el interés del público, resultando una misión casi imposible que la nuestra lleguen a oírla las personas que nos interesan.
¿Tienes algo interesante que decir a la comunidad de personas que te interesan?
La sociedad de la información ha puesto al alcance de cualquier ciudadano la posibilidad de crear su propio altavoz y medio de comunicación, ofreciendo la oportunidad de poder acceder y ser escuchado por una audiencia potencial de miles de millones de personas, las cuales se pueden convertir en seguidoras, clientes, financiadoras o prescriptoras de nuestras propuestas, ofertas, productos o servicios. Pero para eso debes tener claro si tienes algo interesante que contar.
¿Tienes un medio para contarlo?
Cuando tengas claro lo que quieres contar, necesitas un medio para difundirlo, un medio que puede ser de otros (periódico, radio, televisión) o de tu propia creación (grupo de WhatsApp, página web, blog…). Sea como fuere, la dificultad viene cuando nuestro medio y mensaje tienen que competir con otros mucho más poderosos y con decenas de millones que aparecen nuevos cada día.
Como expresa Urbano García en sus conferencias, en el mundo actual, hemos pasado de los medios de masas a una masa de medios; de hecho vivimos en una época definida por “la gran mediatización” como reza el título del libro de Pérez Tornero. Aunque tenemos la posibilidad de hablar en una plaza pública a 7800 millones de personas, el ruido que hay en su interior es tan atronador que nuestra voz es devorada por otras voces mucho más poderosas y “mediáticas”.
Crear y alimentar una comunidad de personas.
El requisito imprescindible para crear una identidad personal es reunir una comunidad de personas (aliados, clientes, prescriptores) con tus mismos intereses, y para hacerlo es necesario que esas personas conozcan la oferta que eres para ellas, lo que les puedes aportar y lo que pueden ganar contigo.
Qué puedes ofrecer a los demás.
Si no puedes ofrecer algo valioso, olvídate de ser relevante, tu persona y disquisiciones mentales no le interesan a nadie. Por tanto, piensa qué cosa valiosa puedes aportar, qué historia puedes contar.
No puedes ser relevante para todo el mundo.
Si pretendes ser relevante para muchos, acabarás siendo irrelevante para todos. No pretendas levantar tu voz y que te escuchen millones de personas en esa gran plaza pública, es mucho más inteligente hacerlo a un corrillo reducido y a partir de él ir creciendo. Comienza por dirigirte a un grupo de interés pequeño y luego, aliméntalo y haz que aumente poco a poco. Hazlo desde la autenticidad, sumando valor cada día, desde el compromiso radical con el crecimiento de las personas de ese grupo para que alcancen la mejor versión de sí mismas.
Las personas seguimos voces.
Todas las personas seguimos voces(personas a las que conferimos autoridad) que por su originalidad y fuerza se abren paso en el ruido mediático. Por eso es importante que cultives una voz sutil y propia, transmitida desde un relato inspirador y auténtico, que sea claro, preciso y memorable para poder fijarse fácilmente en el imaginario del grupo de personas al que te diriges.
Para ser relevante a la comunidad de personas que estás creando es necesario que tu voz hable a sus intereses, a lo que es relevante para ellas.
Una nueva actitud y forma de mirar el mundo.
Todo ello te supondrá una dedicación para mirar permanentemente lo que ocurre, lo que está ocurriendo, el discurrir de los acontecimientos y el fluir de la obsolescencia. Puede que lo que ayer era relevante para tus clientes, hoy ya no lo sea. La práctica de conectar con lo relevante no consiste en salir al mundo y observar de vez en cuando lo que acontece, sino estar observando y escuchando permanentemente lo que está sucediendo.
Para ser relevante hay que vivir en los gerundios.
No podemos habitar la realidad con la neutralidad de los infinitivos, sino vivir en los gerundios velando por los intereses de la comunidad de personas a la que te diriges (no observar sino estar permanentemente observando, no conversar sino estar permanentemente conversando, no descubrir sino estar permanentemente descubriendo, no actuar sino estar permanentemente actuando…). Porque un mundo que cambia a velocidad de vértigo es un continuo de acción e innovación mareante.
Observar lo que está ocurriendo y descubrir lo que es relevante.
En la vorágine del cambio es muy importante desarrollar olfato (sensibilidad) para detectar los cambios, porque cada cambio que ocurre altera el horizonte de posibilidades para tus clientes, seguidores o aliados.
Crea mundos nuevos y posibilidades para tu comunidad.
La mayoría de las personas vivimos inmersas en los problemas del día a día y dedicamos poco tiempo a mirar el mundo en perspectiva. Si quieres ser influyente con ellas, ocupa ese rol, explora posibilidades para ellas, muestra lo relevante, lo emergente, muestra las nuevas posibilidades que aparecen, ofrécelas una reinterpretación sugerente de la realidad y crea nuevas ofertas para ellas.
Dedicación a tu comunidad y compromiso con su crecimiento.
Si has elegido el camino de la relevancia y la influencia, piensa que es muy esforzado, ya que tienes que alimentar permanentemente a tu comunidad centrándote en la temática de interés que constituye el vínculo entre sus miembros, si no quieres que la fuerza de tu voz se apague. Y para ello debes dedicar tiempo cada día a mirar las tendencias que surgen, explorar las fronteras de la ciencia, la tecnología y el conocimiento, plantear escenarios posibles de futuro, proponer cursos de acción nuevos, mirar más allá y con las luces largas de la mente, desarrollar un estilo propio de hacer las cosas, hablar permanentemente a los intereses de tu comunidad, crear relatos originales y historias sugerentes y movilizadoras.
Crea tu medio de comunicación.
Cuando tengas todo esto meridianamente claro, traza un plan y crea un medio de comunicación (web, blog, radio por Internet, canal de vídeo, perfil en redes sociales…) y conviértelo en un espacio compartido con el grupo de personas de tu comunidad, alimentándolo permanentemente.
Cuando te conviertes en relevante para los demás, estarás en condiciones de orquestar sus mentes. Cuando lo logres, podrás convertir lo que es relevante para ti en relevante para ellos, a medida que los demás tomarán tu voz y la convertirán en la suya propia, pudiendo dar a luz una nueva tendencia, desde donde tu voz comienza a ser reconocible dentro del inmenso océano del ruido, a medida que te conviertes en un creador de nuevos mundos y realidades desde un estilo propio y reconocible.
Un nuevo camino para el desarrollo personal y profesional.
Y el trasfondo de todo esto no es un juego superficial para ganar una cuota de poder, es un nuevo camino para inventar nuestros empleos, profesiones, proyectos vitales y emprendimientos; una nueva manera de co-habitar y co-inventar el mundo con los demás, a medida que co-construimos desde la creatividad y la innovación mientras desarrollamos nuestro potencial de liderazgo, centrándonos en el talento de las personas para lograr alcanzar la mejor versión de cada una de ellas en torno a lo que nos importa de verdad y apasiona.
El mundo no lo podemos construir solos, necesitamos edificarlo creando redes de colaboración, para lo que es necesario que nuestras mentes se alineen y orquesten en torno a un propósito. Cuando esto se logra en torno a una transacción justa y recíproca donde todos ganan (ganar-ganar), los deseos se convierten en cosas y las ideas en realidades.
Hacer proyectos es co-inventar el mundo con una comunidad de personas sintonizadas en torno a un propósito.
Creando confianza, cultivando conversaciones desafiantes, soñando juntos y dándonos permiso para lograr lo difícil mientras intentamos lo imposible.
Si quieres perfeccionar tus habilidades para hacer crecer tu influencia, puedes hacerlo en torno a los 6 dominios y 9 Niveles de excelencia del Modelo 6-9 (escuchar, declarar, afirmar, enjuiciar, prometer, pedir, dirección, relaciones internas, relaciones externas, trabajo, aprendizaje, renovación, gestión emocional, planificación y evaluación).
No hay tiempo que perder.
Adelante!!!
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