¿Para qué vivir en la ciudad del cuarto de hora si puedes hacerlo en un pueblo de menos de 5 minutos?

¿Para qué vivir en la ciudad del cuarto de hora si puedes hacerlo en un pueblo de menos de 5 minutos?
España es energía, Extremadura es energía.
La especialización inteligente implica realizar el ejercicio de descubrir en qué somos buenos y podemos llegar a ser excelentes. Y España y Extremadura tienen una oportunidad histórica para ser líderes mundiales en energías renovables (fabricación de componentes, instalación,mantenimiento, producción, almacenamiento, distribución, transferencia de tecnología, vehículo eléctrico, rehabilitación de edificios …).
La tendencia de la economía mundial avanza sin tregua hacia la especialización productiva. El mundo se está superespecializando y cada país y cada región han de buscar su nicho para convertirse en campeones mundiales de algo. Esto no supone que dejen de hacer otras cosas en otros sectores y actividades. Pero si queremos ser significativos y tener poder económico e influencia a escala global, debemos ser relevantes en algún sector o actividad emergente.
Al igual que el coronavirus aceleró la transición digital, la guerra de Ucrania lo está haciendo con la energética. La reconfiguración del mercado mundial de la energía es la última disrupción de un mundo acelerado y lleno de sobresaltos que nos impone cambios forzados en tiempo récord. Quien no esté dispuesto a vivir en esta vorágine y abierto a mirar los problemas en clave de oportunidades, mejor que se baje del tren ahora.
Sabían ustedes que la España de los años 50 y 60 del siglo pasado era un país atrasado, comido por la miseria, sujeto a una represión brutal y aislado del mundo. La imagen que Europa tenía de España se podría resumir en el sambenito “África comienza en los Pirineos”, incluso muchos europeos pensaban que en aquella España se podían cazar leones.
Los primeros intentos de una dictadura corrupta para lavar la imagen del país y abrirse al exterior se concretó en el eslogan “Visit Spain” (visita España), un mensaje con el que se pretendía vender un producto difícil de colocar, apelando a exotismos como los toros, las procesiones o el flamenco.
Hasta ahora las capitales del mundo estaban en grandes ciudades, ¿y si ahora construyéramos un nuevo concepto de capital basado en los pueblos más pequeños?
Justo eso es lo que hemos hecho desde Less Than Hundred (Red de Lugares Especiales de menos de 100 Habitantes).
Adelante!!!