Para conseguir un cargo y mantenerse en él, muchas veces se pone el foco en cuestiones como la gestión, obviándose aspectos que son mucho más importantes para los electores. Cada ciudadano tiene en su cabeza estas preguntas: ¿Yo soy importante para ti? ¿Tú me quieres? ¿Tú me puedes ayudar? Y todo esto parece obviarse.
Todos tenemos en nuestro interior un niño, un adolescente y un padre (o una niña, una adolescente y una madre). Sin ser conscientes, cuando hablamos o actuamos lo estamos haciendo desde uno de estos tres registros, cuya gestión determina nuestro equilibro personal, relaciones,resultados, talento, identidad, reputación, influencia, creatividad, innovación, emprendimiento y liderazgo. Vamos a descubrir las funciones del Yo y aprender a manejarlas para alcanzar nuestro máximo desempeño.
La figura de padre / madre, adolescente, niño / niña, no son uniformes, sino que adquieren diferentes categorías, pero para resumirlo, podemos hablar de un padre gentil o severo, un adolescente responsable o rebelde, y un niño extrovertido o retraído.