Nuestra vida no solo discurre por un tiempo lineal (Cronos) regido por el reloj y el calendario, como una secuencia aburrida de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. El tiempo, afortunadamente, tiene otras dimensiones que nos abren a conectarnos con otros mundos y realidades. El Kairós nos abre a la inspiración y la creatividad, mientras que el Aión es el tiempo del espíritu, la interioridad y la conexión con lo divino. Nuestra existencia depende por completo de la manera que habitamos y permanecemos en esas tres esferas del tiempo, definiendo que cada uno de nosotros se convierta en un ser vulgar, creador o espiritual; tres categorías que forman parte de cada uno de nosotros variando únicamente su proporción.
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Cinco competencias clave para el alto desempeño que no logré enseñar a mis hijas.
Cuando uno mira las competencias en las que se enfoca el sistema educativo (memorizar y repetir información, seguir reglas y patrones, aprender respuestas enlatadas…) y lo contrapone con las habilidades esenciales para desenvolverse de manera plena en la vida, corre el riesgo de entrar en pánico. Lo peor de todo es que estas prácticas inútiles acaban instalándose como hábitos intelectuales difíciles de desmontar, entrando en conflicto con la apropiación de otras competencias clave como darse permiso, pensar en grande, inventar posibilidades, hacer promesas valiosas y pedir de manera efectiva.
Ante esto, alguien podría decirme eso de que en casa del herrero cuchillo de palo, y no le faltaría razón. Pero la inercia de la escuela y el entorno es tan grande, que puede causar estragos y dejar secuelas de por vida en las personas. Pese a ello no podemos renunciar a intentarlo una y otra vez, ya que tarde o temprano descubriremos que lo que está frenando nuestro potencial para el desarrollo de la creatividad, la innovación, el emprendimiento, el liderazgo, el talento o el desempeño profesional son ciertos hábitos automáticos e incompetencias que nos enseñaron en la escuela.
Sigue leyendoEducar el sentido. Una competencia clave para el siglo XXI.
Desde que era pequeño siempre busqué conferir sentido y criterio a mis acciones, me llevó muchos años definir el rumbo y encontrar un porqué a mi existencia. Miraba la vida de mis padres y las personas de su generación y, aunque humilde y esforzada, no tenía esa presión existencial. Ahora observo la vida de mis hijas y las generaciones más jóvenes y veo que la tarea de significar la vida se ha convertido en uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.
Sigue leyendoHacer historia. Una competencia clave para el siglo XXI.
Hacer historia dando forma al presente con las piezas del futuro.
Cuando era pequeño quedaba absorto observando a mi padre haciendo paredes de piedra seca. A partir de una hilera informe de piedras de todo tipo (grandes, pequeñas, angulosas, redondeadas, de pizarra, granito, cuarcita…), sin argamasa alguna, iba levantando una pared perfecta. Las piedras volaban de sus manos y se acoplaban unas con otras como por arte de magia, cual piezas irregulares de lego que encajaban dentro de un puzzle perfecto.
Mirando el avance de la construcción me parecía una obra de arte sublime, de una solidez, armonía y belleza indescriptibles. Tratando de imitarle tomaba piedras del montón y probaba a construir mi propia pared que, a duras penas, lograba levantar algunas decenas de centímetros en un equilibrio inestable y efímero.
Sigue leyendoLa ley universal e irrefutable para convertirte en un creador de riqueza infinita.
Todos nos hemos preguntado alguna vez dónde reside la capacidad para crear riqueza (material e inmaterial), por qué hay comunidades que en igualdad de condiciones generan prosperidad mientras que otras producen miseria, por qué hay personas que son fuente de abundancia frente a otras que lo son de escasez, por qué unos individuos crean mundos sutiles y los expanden mientras que otros los contraen y empobrecen, por qué hay personas que arruinan las relaciones allí donde se hacen presentes mientras que otras las dinamizan, por qué hay personas que todo florece a su alrededor mientras que otras lo marchitan… Todo el secreto reside en saber manejar dos habilidades muy básicas: hacer buenas promesas y pedir cosas a cambio de manera ponderada.
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