Un catalejo es un instrumento óptico que se inventó para ver de cerca objetos lejanos. El invento nos ayudó a adentrarnos en los detalles de las cosas no perceptibles a la vista, a la vez que secuestró nuestro interés al revelarnos una realidad multifocal donde estaban ocurriendo múltiples acontecimientos que atrapaban nuestra curiosidad.
Cuando era niño y viví por primera vez la experiencia de mirar el horizonte con unos prismáticos, quedé absorto y sentí el deseo de no separar mis ojos de aquel instrumento mágico que me permitía entrar en los detalles de las cosas y husmear sin control. Pero en pocos minutos terminé cansado y acabé mirando por el otro extremo, descubriendo el efecto contrario por el cual todos los escenarios se esfumaban y solo aparecía una perspectiva general de la realidad.
Instalar el catalejo en la mente
El descubrimiento me fascinó y todavía sigo fantaseando con la idea de disponer de una herramienta auxiliar en la mente que nos pudiera producir ese efecto zoom al que recurrir permanentemente para aprender, trabajar, tomar decisiones y aplicarlo a todas las facetas de nuestra vida.
Como el deseado artefacto no se inventaba, lo más que pude hacer (de manera rudimentaria) fue desarrollar prácticas y hábitos para mirar y relacionarme con el mundo conjugando ambas perspectivas: pongo el foco en varios escenarios y me alejo de ellos para obtener una imagen general que me permita ver si tiene sentido lo que estoy haciendo.
La realidad (mi realidad) es donde detengo el catalejo, donde pongo mi atención
Siempre nos hemos preguntado, e incluso todavía los filósofos no se han puesto de acuerdo, qué es la realidad, cuál es nuestra realidad. Sin darnos cuenta que tiene que ver con el uso que hacemos de nuestro “catalejo mental”. Cuando el sujeto que mira por el visor no tiene un sentido y criterio de lo que hace, cae en el riesgo de poner su atención en uno o varios focos que le pueden atrapar física y emocionalmente.
El riesgo de mirar todo el rato con el catalejo por el lado que nos expande la realidad
Nos es más cómodo vivir como espectadores, contemplando tiras ampliadas de la misma, husmeando y saltando de escena en escena, mirando videos en TikTok. Internet, las redes sociales y los medios de comunicación están teledirigiendo con éxito nuestros catalejos a sus focos ante nuestra falta de sentido, criterio, discernimiento y perspectiva.
Cuando la realidad y el transcurrir de los acontecimientos sucedía de manera lenta, nos era mucho más fácil ubicarnos, mirar el panorama, conferir sentido a nuestras acciones, tomar decisiones y actuar en consecuencia. Ahora, cada día se precipitan a nuestro alrededor millones de acontecimientos que reclaman nuestro interés, nuestra mente salta de unas a otras de forma atropellada pars acabar atrapando nuestra atención.
El reto ante un mundo que nos desborda es conferir sentido a nuestra vida y desarrollar habilidades para conjugar la mirada en perspectiva con la visión ampliada de la realidad que decidamos extraer en cada momento.
La esencia de la vida es hacer cosas, pero más importante es el tino para hacerlas con sentido y criterio, para lo cual necesitamos acoplar un catalejo en nuestra mente que nos permita en modo automático obtener imágenes instantáneas de la realidad contraída y expandida.
De manera general, puedes decidir donde quieres poner tu foco, y a la vez tener a mano una visión en perspectiva para elaborar tus propios planos desde donde conducirte. Y todo ello hacerlo compatible con mirar lo emergente y las tendencias, porque es ahí donde se hacen presentes las posibilidades.
Adelante!!!