Guía práctica y procedimientos para los ojeadores, entrenadores y mentores del talento.
A continuación vamos a mostrar las claves para trabajar el talento, así como un botón de muestra de los procedimientos que utilizamos para formar a ojeadores, entrenadores y mentores del talento y forman parte del Kit de herramientas del Modelo 6-9.
El talento se puede descubrir, encauzar y expandir pero necesita método.
1. Aspectos claves de partida que han de tener en cuenta los ojeadores, entrenadores y mentores del talento.
Descubrir la “salsa” de cada persona.
Identificar el talento individual (que la persona reconozca su propio talento y la comunidad lo valore). La mayor parte de las personas no saben que tienen un talento hasta que la sociedad o un grupo de personas se lo reconocen. Por tanto, para trabajar el talento hay que hacerlo con otros, en comunidad.
Entregar la noción de qué es el talento y su valor.
La persona también necesita tener una noción de qué es el talento, su valor, su abanico de manifestaciones y su utilidad. Y para ello, el ojeador, entrenador y mentor ha de ofrecer un conocimiento y una mirada global (holística) del mundo, descubriendo las tendencias, conociendo las fronteras del conocimiento, interesándose por la evolución de la geopolítica, etc.
Abrir la coraza que impide que el talento se manifieste.
Como el talento no se trabaja ni se aborda adecuadamente, la persona puede venir condicionada por experiencias negativas del pasado que dificultan que el talento se manifieste. El talento se mata con los juicios y evaluaciones negativas de las personas a las que otorgamos autoridad, por ejemplo, cuando alguien nos dice: “tú no sirves para esto”, en ese mismo momento puede quedar enterrado para siempre. Revisa tu vida y las puertas que te cerraste al dar crédito a una persona que te desautorizó.
Si el talento y las ideas que propone, no se formulan en el contexto y con las personas adecuadas, muchas veces no son bien entendidas por los demás y se malogran. Esto produce en la persona inseguridad, timidez y rubor a la hora de manifestar su singularidad.
Poner a cada persona en su “salsa”.
Si para hacer aflorar el talento se necesita trabajarlo con otros creando un ambiente propicio donde se identifiquen los talentos individuales y se pongan en valor, para que crezca y eclosione se precisa la conexión (poner a la persona en el contexto de una comunidad de talento), por ejemplo: a una persona talentosa para el fútbol con un equipo de fútbol, a un actor en una compañía de teatro, etc. A quien le gusta el baile hay que ponerlo a bailar, a quien ama la música a tocar, a quien le apasiona el diseño a diseñar…
Los orientadores, entrenadores y mentores del talento no solo han de identificar el talento, sino también propiciar los ambientes, las redes y relaciones para conectar y ubicar a sus pupilos con las comunidades donde se pueden desarrollar. Por eso, su trabajo es también el de creadores de redes y conectores de personas.
Cuando la persona con talento se ubica en una comunidad y entorno adecuado, desaparece la timidez, se abre la coraza interior que impidió que aflorase, comienza a fluir, crecer y ponerla en la senda de alcanzar la mejor versión de sí misma. La persona queda ya fijada en su elemento.
Con el talento solo no basta (conocimiento, habilidad y actitud).
Hay que ayudar a establecer cuál es el objetivo a alcanzar y la meta, y para ello hay que aprender (conocimientos), entrenar duro cada día (habilidades y destrezas) y mostrar una voluntad y decisión inquebrantables (actitudes). Esta es la base sobre la que los entrenadores y mentores establecen el plan de acción y la hoja de ruta de la intervención.
2. Guía para aflorar y poner en acción el talento.
Paso 1. Crear confianza e intimidad con la otra persona para acceder a las fuentes de su talento.
Para comenzar a tomar contacto con la otra persona es necesario crear un ambiente y una atmósfera de confianza, un espacio emocional propicio. Acceder a las profundidades donde se esconde el talento de la otra persona exige una apertura, que la persona se abra, revelando quién es, qué le preocupa, qué quiere hacer, cuáles son sus miedos; en definitiva que te cuente su historia personal.
La técnica para hacer esto es que tú (ojeador, entrenador, mentor) te abras primero contando tu historia. Para ello puedes proceder diseñando la conversación de esta manera:
“Te voy a contar mi historia… quien soy… de donde vengo… que hago… cuales son mis logros… cual es mi vocación…”.
A partir de ahí, comenzará a fluir la historia de la otra persona, sus fantasías, anhelos, preocupaciones, gustos, pasiones… Lo importante es que la escuches porque desde su apertura aflorará su sensibilidad y podrás acceder a su mundo interior.
Ten en cuenta que nos abrimos a las personas que se abren y que hay que hacer sentir a la otra persona, lo que realmente es, un ser especial, único e irrepetible. Aprovecha la ocasión para ofrecerte a la persona a resignificar su vida desde la puesta en valor de su talento.
La técnica se puede realizar de manera individual o grupal, adaptándola al contexto.
La siguiente etapa del paso 1 consiste en observar a la persona operando en su contexto.
Tomando distancia y actuando como un observador externo. Es más importante mirar lo que la persona hace que lo que dice, porque es ahí donde se está expresando el ser y algunas facetas de las que la propia persona no es consciente.
Desde el paso 1 ya se puede haber obtenido una información básica sobre el talento de la persona, aunque el ejercicio de indagación se mantendrá a lo largo de la intervención.
El paso 1 ha de ayudar a la persona a responder a la pregunta: ¿Quién soy?
Paso 2. Conocer “lo que quiere ser la persona” en el futuro y si en esa visión entra en juego su talento.
Se trata de averiguar si la persona está teniendo en cuenta su talento a la hora de proyectar su futuro para poder abrir su horizonte de posibilidades. Es posible que la persona desconozca su talento o conociéndolo no le otorgue valor alguno.
La conversación puede girar en torno a las siguientes preguntas: ¿En quién te quieres convertir? ¿Qué quieres ser en el futuro?
El paso 2 ha de ayudar a la persona a responder a la pregunta: ¿En quién puedo llegar a convertirme?
Paso 3. Abrir su horizonte de posibilidades mostrando a la persona las tendencias del mundo y las actividades de valor donde puede poner en juego su talento.
Esto lo puede hacer desde el diseño de las siguientes conversaciones:
“Te voy a mostrar cómo se está moviendo el mundo (la geopolítica, los países, las modas, las economías, el consumo, las tendencias…) y cómo se podría proyectar tu talento en esos escenarios…”
“Te voy a mostrar las fronteras del conocimiento y los avances científicos y tecnológicos en la biología, la comunicación, la informática, la inteligencia artificial… y cómo se podría proyectar tu talento en esos ámbitos …”
“Ahora vamos a idear nuevas posibilidades de futuro donde se pone en juego tu talento…”
Para que las conversaciones sean fructíferas, el ojeador, entrenador o mentor del talento necesita tener una preparación a fondo, una visión en perspectiva (holística) y conocimientos relacionados con el funcionamiento del todo, desde un trabajo previo de “porteador” que trae nuevos mundos a la persona, ayudando con ello a casar posibilidades, intereses y talento.
El paso 3 ha de ayudar a la persona a responder a la pregunta ¿Qué papel puedo jugar en el futuro al desplegar mi talento?
Paso 4. Ofrecer una reinterpretación y resignificación del futuro de la persona desde la puesta en juego de su talento.
Se trata de ofrecer una nueva interpretación y significado de la vida de la persona en torno a un nuevo relato que le ayude a reinventarse y trazar nuevos cursos de acción poniendo su talento en el centro de la escena en torno a la siguiente conversación:
“Ahora, después de haber descubierto el mundo en perspectiva y tu talento… te voy a mostrar las posibilidades de futuro que veo para ti y lo que podrías lograr… Pero eso no es lo importante, cuéntame cómo te ves tú en el futuro…”
El paso 4 ha de ayudar a la persona a responder a la pregunta: ¿Qué cosas valiosas puedo ofrecer a los demás poniendo en juego mi talento?
Paso 5. Trazar un plan y una hoja de ruta con actividades prácticas para poner el talento en acción.
El ojeador, entrenador o mentor, no solo centra su trabajo en conseguir que la persona enfoque su vida en torno al desarrollo de su talento, también es un creador de redes y relaciones. Su siguiente tarea será ubicar a la persona en una comunidad donde su talento se pueda expresar y crecer, esta comunidad ya la puede tener localizada o bien trabajar con la persona los pasos a seguir para hacerlo. A partir de aquí tendrá que diseñar un plan de trabajo con compromisos y acciones concretas en torno a la conversación:
“Ahora que ya sabes qué quieres hacer poniendo en juego tu talento, estas son las relaciones que vamos a crear… y esta es la comunidad con la que vas a comenzar a colaborar… Ahora vamos a definir el plan de trabajo, los compromisos y actividades…”
De este paso podemos inferir que los ojeadores, entrenadores y mentores se mueven en tupidas redes de colaboración e influencia, una faceta esencial para que su trabajo sea efectivo.
El paso 5 ha de ayudar a la persona a responder a la pregunta: ¿Con quién voy a colaborar y cuál es mi plan para poner en juego mi talento?
3. Otras Guías para completar el trabajo de los ojeadores, entrenadores y mentores del talento.
Con la misma estructura de la Guía anterior se desarrollan el conjunto de Guías para entrenar el talento en torno al Modelo 6-9: Guía para el desarrollo de la fortaleza emocional, Guía para el desarrollo de la oferta, Guía para la ejecución de los flujos y ciclo de trabajo, Guía para el desarrollo de la recursividad, Guía para el desarrollo de la escucha, Guía para aprender a pensar en grande, Guía para aprender a darse permiso, Guía para crear redes de relaciones, Guía para aprender a ver las tendencias y lo relevante, Guía para desarrollar la sensibilidad y aprender a ser sensible a los demás, Guía para aprender a crear posibilidades, Guía para crear nuevas identidades y realidades (innovación), Guía para la creación de
visiones poderosas que den sentido a la vida de los demás, etc.
El talento no se puede trabajar y desarrollar sin la existencia de un método y un conjunto de herramientas al servicio de los ojeadores, entrenadores y mentores del talento, un trabajo que se ha de extender a todo el sistema educativo, haciendo partícipes al profesorado, alumnado y las familias para crear una nueva sociedad en la que su principal capital, materia prima y motor es el talento.
No hay tiempo que perder.
Adelante!!!