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Sembrar árboles y comprometer en su cuidado a toda la tribu.

Tenemos que tomarnos en serio la tarea de desarrollar personas emprendedoras.

Un proverbio  africano dice que los europeos plantan un árbol y quieren recoger los frutos a la semana siguiente. ¡Qué bien conocen nuestra impaciencia  y caricaturizan nuestra soberbia! 

Y con esto no estoy haciendo un canto a la lentitud ni a la procrastinación, tampoco una concesión a pusilánimes, místicos y contemplativos. Lo único que tenemos que entender de una puñetera vez es que ciertas cosas en la vida requieren una inversión de tiempo y dedicación, cuya consecución implica paciencia activa, tesón, acompañamiento y entrega.

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7800 millones de perros verdes.

Desarrollar tus propias ideas, trazar tu camino y construir tu destino.

Procurar que cada persona desarrolle sus propias ideas, trace su camino y construya su destino para dejar un legado, debería ser la base del nuevo contrato social global (New Deal). Un ideario que rompa un statu quo actual que se empeña en justo lo contrario: producir individuos sumisos que obedecen órdenes, siguen el camino marcado por el stablishment y trabajan para construir los sueños de otros. Necesitamos una nueva educación sobre la que edificar un nuevo orden que convierta a las personas en creadoras de riqueza revolucionaria.

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Planta un olivo.

Hace años cuando mi padre araba el olivar con su yunta de mulas, me dijo que su abuelo había plantado aquellos olivos para que sus nietos y bisnietos tuvieran aceitunas. Yo era pequeño y no lo entendía. ¡Ufff! Le dije a mi padre, qué pérdida de tiempo, sembrar y trabajar tan duro durante años para que otros recojan los frutos. Mi padre me replicó: la vida tendrá sentido para ti cuando hagas cosas con un propósito superior, cuando seas mayor lo entenderás.

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Podcast del artículo «planta un olivo.»

Hace años cuando mi padre araba el olivar con su yunta de mulas, me dijo que su abuelo había plantado aquellos olivos para que sus nietos y bisnietos tuvieran aceitunas. Yo era pequeño y no lo entendía. ¡Ufff! Le dije a mi padre, qué pérdida de tiempo, sembrar y trabajar tan duro durante años para que otros recojan los frutos. Mi padre me replicó: la vida tendrá sentido para ti cuando hagas cosas con un propósito superior, cuando seas mayor lo entenderás.