La Cumbre del Futuro 2024 de Naciones Unidas, ¿una oportunidad para un nuevo orden mundial y un nuevo contrato social?

La precipitación de acontecimientos trascendentales a los que estamos asistiendo, hacen que la idea de futuro comience a preocupar a la ciudadanía y pase al centro del debate público. La amenaza de la ultraderecha, la crisis climática, la extensión de los conflictos, las migraciones, la polarización social o la emergencia de la Inteligencia Artificial; están evidenciando una crisis de gobernanza global (tenemos problemas nuevos y nuestros gobiernos e instituciones no están preparados para abordarlos).

Aunque la ONU no deja de ser un espantajo que ha perdido su poder de influencia y credibilidad por su incapacidad para tomar decisiones y hacerlas cumplir, es el único clavo ardiendo al que agarrarnos para trazar una agenda desde donde abordar los retos globales. Por ese motivo es muy importante movilizar a la sociedad y a las organizaciones sociales a favor de la Cumbre del Futuro, al objeto de presionar a los gobiernos para que el Pacto para el Futuro resultante garantice una nueva gobernanza y compromisos acordes a los desafíos presentes que salvaguarden el futuro del planeta y el bienestar de las actuales y futuras generaciones.

El mundo en la encrucijada, ante una deriva peligrosa.

La Cumbre del Futuro 2024 es una oportunidad única para avanzar sobre los compromisos ya adquiridos (Objetivos de Desarrollo Sostenible, Carta de las Naciones Unidas), hacia un sistema multilateral que además de abordar la triple crisis planetaria (alteración del clima, pérdida de naturaleza y biodiversidad, contaminación y residuos), pueda lidiar con un conjunto de amenazas latentes:

La ultraderecha ganará poder y se extenderá peligrosamente por el mundo, erosionando las democracias y estirando las diferencias sociales.

Avance en la reconfiguración de un nuevo orden multipolar en el que a los conflictos ya abiertos (Guerra de Ucrania, Taiwán) se irán sumando otros nuevos. En este escenario, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) ampliarán sus miembros y se convertirán en un bloque de contrapeso a Occidente, contando ya con una unidad de acción y medidas de impacto, como la creación de una moneda propia.

El recrudecimiento de la guerra de Israel con Palestina, amenaza con provocar un genocidio y convertirse en un conflicto entre civilizaciones, extendiéndose primero a la región y luego al resto del mundo desde la amenaza global del terrorismo, la inseguridad y el miedo.

Y en torno a este panorama, se produce la emergencia de la Cuarta Revolución Industrial y la aparición de disrupciones como la Inteligencia Artificial y su poder descomunal para transformar nuestras economías, trabajos, identidades y formas de vida.

Contenidos que abordará el documento “Un Pacto para el Futuro”.

  • El desarrollo sostenible y la financiación para el desarrollo;
  • La paz y la seguridad internacionales.
  • La ciencia, la tecnología y la innovación y la cooperación digital.
  • La juventud y las generaciones futuras.
  • La transformación de la gobernanza global.

La posibilidad de construir un orden mundial más justo refrendado en el Pacto para el Futuro.

Está por ver si la magnitud de las amenazas que se ciernen sobre la humanidad, puede influir sobre los países más poderosos como para iniciar un cambio de timón. Evidencias que auguran el desastre hay más que suficientes. Pero todo ello implica una nueva moral y actitud ética por parte de los poderosos, como el abandono del “monopolio de la verdad” de los vencedores, aceptando que la historia sea contada por boca de las víctimas.

Una nueva agenda que neutralice la exacerbación de las emociones, la polarización y las identidades, como factores desestabilizadores que están siendo utilizados sin pudor por gobiernos y grupos de poder para conseguir sus fines a costa de provocar conflictos de gran calado.

Aunque vivimos en un mundo globalizado que debería llevarnos por una senda basada en la aceptación de valores universales y la verdad, estamos caminando en sentido contrario hacia un relativismo moral interesado. A través de Internet y las redes sociales, se nos fragmenta el mundo en pequeños grupos para provocar fobias y filias, se nos manipula y ata a fidelidades perrunas (identidades) y se nos manipula sin pudor tratando de evitar cualquier disidencia con el plan que han diseñado para nosotros.

El desarrollo de la tecnología nos ha llevado al fin de la realidad, la realidad como antes la conocíamos no existe, fruto de la convergencia de tecnologías como la Inteligencia Artificial y el metaverso. Hemos entrado en una nueva época de la humanidad (Virtuceno) caracterizada por la inmaterialidad y la alteración de las leyes físicas del espacio y el tiempo. Construir un Pacto para el Futuro desde Cumbre del Futuro 2024 sin tener en cuenta estas realidades será papel mojado, tiempo perdido.

Es evidente que para crear un nuevo futuro superador del presente, es necesaria la acción ciudadana. Porque es la presión de las personas la que puede hacer variar las decisiones de los gobernantes. Si queremos que el mundo cambie, tenemos que ser nosotros, los ciudadanos, el motor del cambio.

Adelante!!!

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