El futuro inexorable al que nos conduce la Inteligencia Artificial.

¿Qué nuevas corrientes filosóficas surgirán? ¿Cómo evolucionará el sistema capitalista? ¿Qué nuevo contrato social verá la luz para hacer frente a los nuevos desafíos?…¿Cuándo el ser humano será desplazado del centro del universo? ¿Cuándo tendremos la primera religión surgida de la Inteligencia Artificial? ¿Y el primer alcalde o presidente? ¿Cuándo veremos el primer ser inmortal o superlongevo?… Es solo cuestión de tiempo.

Preparémonos para un cambio profundo en nuestros esquemas mentales, pensamiento y creencias; crisis de identidades, formas de ser y estar en el universo; transformaciones profundas en la economía, trabajos y profesiones; alteración de las coordenadas físicas y del entendimiento de la realidad (espacio/tiempo, realidad/ficción); nuevas corrientes de pensamiento, religiones y entidades; nuevas formas de relacionarnos, dirigirnos y gobernarnos. Un cambio de paradigma en toda regla, un shock total que obligará a repensarnos, rediseñarnos, reinventarnos y resignificarnos como seres humanos a medida que nos fusionemos con la Inteligencia Artificial.

Cambios en la filosofía. Aparecerán nuevas corrientes filosóficas y de pensamiento. 

Tendremos que redefinir el universo y repensar sus entidades. Durante milenios la filosofía ha tratado de encajar las relaciones entre sujetos (humanos), objetos y divinidades (dioses). Ahora al entrar en esa ecuación una nueva categoría (Inteligencia Artificial), se nos vienen abajo los esquemas de pensamiento que nos habían ordenado el mundo. El materialismo y el idealismo deberán ser reformulados. Y todo esto nos dejará una crisis de identidad y nos obligará a convertirnos en “seres superflexibles”.

El ser humano puede dejar de ser el centro del universo.

Durante siglos, las divinidades (dioses) reinaron en el centro de nuestro universo. Después, el ser humano conquistó su espacio (humanismo). Y hoy comienza a aterrarnos que ese lugar preeminente pueda ser ocupado por la Inteligencia Artificial.

Alteración del entendimiento de la realidad y la ficción.

La filosofía, desde diferentes enfoques e interpretaciones, logró establecer una serie de bases para definir lo que es real e irreal y ayudarnos con esta preocupación existencial. Pero la Inteligencia Artificial está rompiendo esta frontera y situándonos de nuevo en la casilla de salida para llevarnos de nuevo al enigma del mito de la caverna de Platón. 

Frente a los que creen que la realidad está ahí fuera y es independiente del sujeto que la observa, otros piensan que es el sujeto (observador) el que crea esa realidad. Sin embargo, ¿qué ocurrirá cuando la IA se convierta en observador y sea fuente de creación de nuevas realidades?

Lo que está claro es que en el nuevo escenario tendremos que redefinir qué es realidad y ficción ante la entrada en escena de la Inteligencia Artificial. Frente a la corriente del materialismo y del idealismo, tras su irrupción, tendrá que aparecer una nueva explicación satisfactoria que dé un acomodo interpretativo al nuevo contexto.

Nuevos entes que serán una mezcla de humanos, máquinas e Inteligencia Artificial.

Estamos ante el nacimiento de nuevas categorías (seres humanos con capacidades expandidas por la IA, dotados de prótesis y perfeccionados por la biotecnología y la nanotecnología). ¿Qué ocurrirá cuando nos hibridemos con la IA? Sencillamente que habrá aparecido una nueva entidad a caballo entre los humanos, las máquinas y los dioses.

Como ha ocurrido a lo largo de la historia, a ojos del gran público, los humanos que se apropien de la tecnología más avanzada, tendrán superpoderes y aparecerán como seres mágicos que suscitarán fobias, filias y adhesiones perrunas. Dotados de una gran influencia, estarán llamados a ocupar un espacio de poder privilegiado similar al rol de los brujos, sacerdotes y hechiceros en nuestro pasado tribal.

Igual que las religiones exhiben su poder en torno a supuestos hechos milagrosos y una promesa inconcreta y salvífica (vida eterna y mejor en el más allá), que por la imposibilidad de  verificación apelan a la fe, ¿qué ocurrirá cuando algunos humanos apoyados en los desarrollos más vanguardistas de la IA aparezcan a nuestros ojos como verdaderos magos realizando “milagros” fascinantes? ¿Qué ocurrirá cuando la convergencia tecnológica de la biotecnología, la Inteligencia Artificial y la robótica produzcan seres superlongevos dotados de altas capacidades? ¿Qué ocurrirá cuando se comiencen a producir cosas “milagrosas” que hasta hoy considerábamos imposibles o solo al alcance de las divinidades?

Nuevas religiones. Nuevas divinidades, nuevos dioses.

Es más que plausible que aparezcan con fuerza nuevas religiones aupadas por millones de fieles en todo el mundo compitiendo con las tradicionales y ganándolas terreno. Cuando el gran público interprete que a través de la Inteligencia Artificial se puede amortiguar la tensión existencial que ha atormentado al ser humano a lo largo de la historia por el miedo a la enfermedad, la muerte y el más allá (tareas que de manera embrionaria ya comienza a ocuparse la IA); muchos adoptarán a la Inteligencia Artificial como su nueva religión, como a su nuevo dios (tecnorreligiones).

Cambio en las relaciones humanas y con la Inteligencia Artificial.

Estamos en el umbral de nuevas formas de relación a medida que la IA se vaya sofisticando y creándonos mundos y experiencias más “reales” e inmersivas. Aparecerán asistentes personales y robots dotados de IA con los que entablaremos relaciones personales, laborales, afectivas y sexuales, que se irán profundizando a medida que la tecnología vaya perfeccionándose.

Nuestros lazos con la Inteligencia Artificial se irán estrechando, hasta el punto que se integrará con nuestros cuerpos, primero a través de prótesis y después desde dispositivos remotos, en un proceso de desmaterialización creciente. Cuanto más sotisficada vaya siendo, más dependencia nos irá creando.

La IA irá subiendo escalones de responsabilidad hasta ocupar funciones de dirección y gobierno.

Comenzaremos por aplicar la IA a la mejora del trabajo y la coordinación. A medida que vayamos comprobando sus bondades, por puro sentido común, irá sustituyendo los modelos y procesos de gestión en nuestras empresas y organizaciones. Y de ahí, comenzará a plantearse seriamente como una alternativa a los modelos de gobierno de nuestras ciudades y países.

La propia Democracia desde su invento en el siglo VI a. C., no será ajena al shock general y la revisión de sus postulados que nos llevará a repensar también la política. Muchos comenzarán a plantear la posibilidad de confiar el gobierno de las ciudades y países a la IA.  Habrá propuestas ciudadanas para que la IA pueda concurrir a unas elecciones, a la vez que muchos nuevos tecnocreyentes se postularán para que sus nuevos dioses tomen un papel activo en la gestión del “más acá”, siguiendo la larga tradición de aquellos países y culturas que se rigen históricamente por preceptos y normas religiosas. 

La economía y el sistema capitalista también tendrá que ser repensado.

Está por ver si esta vez el capitalismo y el liberalismo como único modelo global hegemónico (en lo económico China ya es un país capitalista), aguantarán la embestida de la IA y serán capaces de adaptarse a esta nueva realidad, como lo han hecho ante otras revoluciones pasadas. Una vez más, el modelo capitalista tendrá que exhibir su cintura, actuando de la mano de la socialdemocracia para dar respuesta al cataclismo que va a ocurrir en el mundo de la producción, las relaciones laborales, el empleo y el trabajo.

Hay que dar esperanza fundada a la sociedad ante un horizonte de tanta incertidumbre. Es posible que a medida que avance la IA y vaya ocupándose de las tareas y sustituyendo los trabajos, tendrán que establecerse mecanismos que garanticen la redistribución social de la riqueza que genere. Todo ello nos conducirá inexorablemente a un NUEVO CONTRATO SOCIAL o, por el contrario, situarnos al borde de estallidos sociales y crisis virulentas de consecuencias catastróficas.

Todo cambio en la infraestructura requiere un ajuste en la superestructura.

Toda gran revolución tecnológica, y esta es la más grande jamás ocurrida en la historia de la humanidad, necesita de cambios profundos en las instituciones, sistemas educativos y formas de gobierno. El viejo postulado de la filosofía marxista de que todo cambio en la infraestructura exige de un ajuste en la superestructura, volverá a ser inapelable y pondrá a prueba la inteligencia de nuestros gobernantes. Y para esto deberíamos ir preparándonos ya si queremos salir al encuentro de la nueva tecnología y su uso a favor del bien común, estando dispuestos a cambiar con el cambio, convertirnos en seres superflexibles desde el diseño de un modelo social para que nadie se quede atrás y para que todos tengamos los medios para vivir dignamente y poder dedicarnos a cultivar nuestras funciones superiores (creatividad, emprendimiento, liderazgo…) para ser más libres, solidarios y felices.

Transformación de la educación.

La educación diseñada para dar respuesta a las necesidades de la Tercera Revolución Industrial, habrá de acomodarse a las realidades de la Cuarta y Quinta Revolución Industrial. Una educación en cuyo ecosistema habrá que dar acomodo a la

IA y donde las competencias centrales serán las soft skills.

Los postulados de la filosofía del lenguaje aplicados a la educación, y en especial el legado de Fernando Flores, serán esenciales en este nuevo tiempo para fortalecer el compromiso, la coordinación, la innovación y la fortaleza emocional.

¿Cuándo una Inteligencia Artificial tendrá capacidad para hacer promesas, pedidos y ofertas a los seres humanos? Ese es el quid de la cuestión que marcará su poder transformador, porque en ese momento se pondrá en marcha la capacidad de la IA para actuar con los humanos y crear futuros inéditos y riqueza revolucionaria. El momento en el que la IA no solo responda a las preguntas de los humanos, sino que además tenga capacidad para formularse nuevas preguntas y generar alternativas nuevas que no están en el contexto.

No hay marcha atrás, nuestro mundo no volverá a ser el mismo, la IA nos convertirá en nuevos seres y alterará la esencia del conjunto de entidades y realidades que pensábamos ya definidas y establecidas. 

Adelante!!!

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2 comentarios en “El futuro inexorable al que nos conduce la Inteligencia Artificial.

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