El futuro no se adivina, se inventa. Si no somos capaces de imaginar el futuro y plantear sus escenarios, estaremos condenados a vivir en el horizonte de posibilidades que otros diseñen para nosotros. Una puerta para abrir el futuro es conocer las fronteras del conocimiento y formularnos buenas preguntas. A continuación recrear mundos y realidades posibles en las que podamos ser parte y tomar protagonismo, a partir de ahí se genera la emoción para aprender y atreverse a hacerlo.
El futuro no se adivina, se inventa. En 30 años no te conocerá ni la madre que te parió.
9 respuestas