Seguro que estás pensando que me voy a referir al manejo de las tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial (big data, inteligencia artificial, robótica, fabricación aditiva, realidad aumentada, blockchain…), pues no. Te voy a mostrar, a mi entender, cuales son los saberes para vivir en este mundo convulso de la disrupción tecnológica, y ninguno de ellos tiene que ver con la tecnología.
1. Aprender cómo funciona el ser humano y la lógica de su pensamiento, manifestaciones y comportamiento.
Cómo funcionan nuestras emociones (inteligencia emocional), cómo funciona nuestra biología, cómo interaccionamos con la realidad y los objetos.
A partir del conocimiento de nuestro desempeño individual podemos adentrarnos en el funcionamiento de la organización, como conjunto de seres individuales sujetos a reglas y protocolos sociales.
Todo esto nos ayuda a reconocer nuestro potencial y el gran abanico de opciones que tenemos en la vida para crear valor con otros.
2. Aprender a tener una perspectiva global del mundo y del discurrir de la historia.
Una visión y una interpretación holística del todo, pues nuestro mundo y sus realidades no son compartimentos estanco como nos lo mostró la escuela; desarrollando el hábito de mirar permanentemente el discurrir de los acontecimientos, las fronteras del conocimiento, la irrupción tecnológica, descubrir lo relevante y la emergencia de nuevas realidades, necesidades, preocupaciones y oportunidades.
Todo esto nos ofrece pistas para, a partir del descubrimiento de quién soy, poder hacer ofertas valiosas a los demás desde la creatividad, la innovación, el emprendimiento, el liderazgo y el desarrollo del talento personal.
3. Aprender a crear valor con el lenguaje (escuchar, prometer, hacer ofertas valiosas.
Desarrollando nuevas habilidades desde la filosofía del lenguaje, un conjunto de prácticas basadas en 6 Dominios y 9 Niveles de excelencia que podemos aprender poniendo en práctica el MODELO 6-9 (escuchar, declarar, afirmar, enjuiciar, pedir, prometer, dirección, relaciones internas, relaciones externas, trabajo, aprendizaje, renovación, emocionalidad, planificación y evaluación).
A partir de aquí podemos cultivar la voluntad, la iniciativa personal, la ambición positiva, el atrevimiento y la osadía para pasar de espectadores de la realidad a constructores de nuestro destino.
Entonces, ¿dónde queda la tecnología?, en un mundo digital que se dirige al paradigma cuántico y vive en una época de concentración e inflación tecnológica sin precedentes, tanto que no podemos abarcar su uso por su complejidad y grado de obsolescencia. Lo más práctico será tener una visión en perspectiva de la tecnología existente y reconocer los problemas que puede resolver y las oportunidades que abre en función de nuestros intereses, para luego familiarizarnos con ella y utilizarla.
A través de estos 3 saberes centrales podemos realizarnos personal y profesionalmente en cualquier campo. La sociedad de la información es sociedad antes que información. En la sociedad del conocimiento, más importante que los conocimientos teóricos memorizados, es el saber hacer cosas bellas y buenas con esos conocimientos. El desafío en la era digital es el humanismo, poner a las personas en el foco desde el desarrollo de la justicia social, la libertad y la solidaridad.
En la Cuarta Revolución Industrial, la tecnología es muy importante pero subsidiaria del desarrollo humano, si no construimos el futuro desde los ideales del humanismo, la tecnología puede servir para mejorar nuestro nivel de bienestar, pero también para destruirnos. Para construir una sociedad mejor necesitaremos filósofos, sociólogos del cambio, psicólogos del transhumanismo… y también tecnólogos.
Adelante!!!