Guerra por el control de la Inteligencia Artificial, manipulación social y mensajes apocalípticos.

Se está incubando un cambio de poder a escala global

Que nadie se engañe, la Inteligencia Artificial va a transformar nuestras formas de vida, economía, trabajos y relaciones. Y todo esto supone un cambio en el reparto de poder a escala planetaria. Habrá nuevos campeones y ángeles caídos, grandes corporaciones venidas a menos y otras nuevas que ocuparán su nicho, personas que pierdan sus empleos y nuevas ocupaciones.

Todas estas circunstancias están poniendo muy nerviosos a aquellos que ven peligrar su zona de confort. Por eso vamos a asistir en los próximos meses y años a una proliferación de relatos apocalípticos promovidos por los que ven amenazada su posición, intentando amedrentar e influir sobre la opinión pública para frenar el avance del progreso y poner a salvo sus fortunas.

Toda tecnología trae cosas buenas y malas. A medida que las disrupciones son más intensas, se incrementa su potencial de oportunidades y amenazas. Y así ha sido la evolución tecnológica a lo largo de la historia, una creciente de cambios que cada vez se precipita con mayor rapidez y profundidad. 

Si nuestros antepasados hubieran sido poseídos por la “filantropía sobrevenida” de personajes como Elon Musk, seguramente habrían abandonado la idea del control del fuego por sus efectos catastróficos en la provocación de incendios, la rueda por su potencial destructivo, el automóvil por sus peligros (mueren 1,4 millones de personas cada año en accidentes de tráfico y quedan gravemente heridas más de 5 millones, sin contar los millones de muertos por contaminación y efectos desastrosos en el cambio climático)… Y no digamos de la energía nuclear, la televisión y la radio como herramientas de adoctrinamiento, Internet con su capacidad para cometer delitos de todo tipo, manipulación y desinformación. Si todo esto hubiera ocurrido y se le hubiese puesto freno a las cosas potencialmente peligrosas, seguramente todavía viviríamos en las cuevas pasando mucho frío y gobernados por los descendientes de los jefes de las tribus que liquidaron el progreso para salvar su poder.

Los peligros no están en la tecnología en sí, sino en el uso que hacemos de ella.

Es innegable que el poder de la IA para hacer el mal es enorme, y que para minimizar sus riesgos sería muy recomendable establecer acuerdos globales y multilaterales, como deberíamos estar haciéndolo para amenazas mayores como la crisis climática, las pandemias, las armas de destrucción masiva o las guerras.

Es un poco sospechoso cuando las zorras,  de repente,  se preocupan de la seguridad del gallinero.

Promover una gobernanza global y sincera para salvar al planeta y a la humanidad ponderando las amenazas, comenzaría a dar credibilidad a los “filántropos de nuevo cuño” como Elon Musk que se caracterizan por decir una cosa y hacer la contraria, actuando sin el más mínimo rubor en la compra de gigantes como Twitter y despidiendo a miles de trabajadores.

La mayor contribución que podrían hacer los que ven serias amenazas (que las hay) en la Inteligencia Artificial, sería en este momento trabajar para utilizar la propia fuerza de la IA en neutralizarlas, porque a todas luces, la moratoria que solicitan, parece más una treta para parar un tsunami que pone en riesgo sus negocios, que un ataque repentino de buenismo de los lobos hacia los corderos.

Tensión en el debate en torno a la IA.

Y esto no ha hecho más que empezar. En los próximos meses y años vamos a asistir a una guerra de relatos entre defensores y contrarios a la IA, alimentada por el gran negocio y nuevo reparto de poder a escala global que hay en juego. En esta contienda se implicarán medios de comunicación que actuarán de manera sesgada sirviendo a los intereses de sus amos y se comprarán voluntades de científicos y líderes de opinión para sumarse a una u otra causa. Por otro lado, nada nuevo bajo el sol, en un mundo sustentado en la mentira y la manipulación donde el “relato bueno” es el de los poderosos, capaces de hacer verdades de la mentira y mentiras de la verdad, de crear argumentos falsos, inventar armas de destrucción masiva para invadir países y robar sus riquezas, gobernar bajo la impunidad de los secretos de estado y persiguiendo como delincuentes a quienes descubren sus crímenes (WikiLeaks)… ¿Y este mundo se escandaliza ahora del potencial de la IA para la manipulación? ¿No será más bien que temen porque la IA les arrebate el control la mentira desde donde ejercen su poder?

En todo caso, el gran debate está servido. Su trascendencia es tan grande que se va a utilizar munición gruesa, recurriéndose a todo tipo de argumentos para ganarse a la opinión pública, polarizando y tensionando los debates en medios de comunicación y parlamentos. 

Mientras los entusiastas de la IA irán exhibiendo sus logros, los refractarios estarán expectantes a los fracasos para saltar a la escena y reforzar encendidamente sus postulados. 

Predicciones apocalípticas para generar miedo en la sociedad

El temor a la pérdida del control se esconderá bajo el argumento del interés general. Se agitarán las emociones y se provocarán estados de ánimo contradictorios. Habrá batallas ganadas por unos y otros y cambios de opinión repentinos a medida que se vayan precipitando los acontecimientos. Pero los mecanismos más poderosos serán los que activen las palancas del miedo, porque el miedo es la emoción más paralizante, contagiosa y efectiva para manipular a la población a través de distopías e imágenes apocalípticas, que serán utilizadas sin ningún rubor por quienes vean amenazada su posición.

Cuando hay cambios de época motivados por una disrupción tecnológica siempre hay resistencia.

Así ocurrió cuando la máquina de vapor hizo su irrupción en las fábricas y se creó un movimiento de oposición (ludita) impulsado por los trabajadores y artesanos que veían amenazada su forma de vida. Y acontecerá de manera similar con la IA, en forma de movimientos mucho más potentes aún, alentados por quienes viendo peligrar su poder, intentarán convencer a la sociedad de que pare el progreso por su “propio bien”.

¿Se imaginan el estado de ánimo de los fabricantes de bicicletas y coches de caballos cuando se comenzó a popularizar el automóvil? ¿Se paró la  revolución del automóvil por la amenaza de millones de accidentes y muertes cada año? La diferencia está en que las compañías que ven peligrar su supremacía, son enormemente más ricas y poderosas que los antiguos fabricantes de bicicletas y carruajes.

A la expectativa de poder identificar y documentar los primeros errores para desacreditar la nueva tecnología. 

Por ejemplo, aunque la Inteligencia Artificial aplicada al vehículo eléctrico y autónomo haga a todas luces mucho más segura la conducción, los lobbies e industrias relacionadas con el vehículo tradicional estarán expectantes a que se produzcan los primeros accidentes y víctimas mortales para desacreditar el nuevo invento con la intención de frenar su avance y proteger su negocio. La manipulación informativa hará que la opinión pública se olvide del millón y medio de muertos año provocadnos por los vehículos convencionales y se fije en el desgraciado ciudadano que perdió la vida víctima del fallo de la Inteligencia Artificial. Y así ocurrirá en todos los ámbitos de aplicación de la IA. Decía Stalin que “la muerte de una persona es una tragedia; un millón de muertos es una estadística”.

¡Bienvenidos al club del humanismo!

Es de agradecer la preocupación repentina por el futuro de la humanidad de ciertos personajes que han venido haciendo lo contrario de lo que predican ahora. Bienvenidos a la tarea de las causas nobles. Lo lógico ahora, sería ponderar las amenazas que se ciñen sobre la especie, comenzando por las más urgentes para evitar la destrucción de la humanidad, como el cambio climático, las guerras, el peligro nuclear o las pandemias. Y también, por supuesto, minimizar los efectos nocivos de la IA. Pero empezando por las amenazas de mayor a menor calado (por eso de ganar un poco de credibilidad).

Cuando se desarrolla una tecnología es imprevisible conocer sus derroteros.

Lo que podemos hacer es reforzar los mecanismos para minimizar sus riesgos, y eso implica reglas de juego globales y justas en el marco de un nuevo contrato social con su memorándum de entendimiento entre las partes.

A día de hoy, se hace difícil conocer los  desarrollos futuros de la IA, como difícil era predecir el impacto de la electricidad, la telefonía o Internet. La clave para utilizar sus ventajas en favor del ser humano es crear instituciones y modelos de gobernanza globales, democráticos, transparentes, solidarios y éticos, donde descanse su supervisión y regulación; es decir, sobre la base de instituciones sólidas.

En todo caso, el futuro no podemos crearlo desde una actitud reactiva y gobernada por el miedo de quienes ven amenazado su poder, ni desde el albur de las grandes compañías que solo actúan en clave de beneficio y negocio. Igual que cuando se desarrolló el automóvil, la civilización tendrá que ir lidiando con las realidades imprevisibles que la tecnología va planteando con sus problemas y oportunidades. Las instituciones, siguiendo las directrices que emanan de la soberanía popular, deberán permanecer atentas a los avances para encauzar las realidades emergentes en pro del bien común.

Nuevo orden mundial y alianza de civilizaciones.

La profundidad de las revoluciones tecnológicas que se van precipitando en un margen de tiempo cada vez más corto, exigen una gobernanza global y eso precisa de un nuevo orden multipolar y un respeto entre grandes potencias y civilizaciones, pero sin parar el avance de la tecnología, porque en la nueva tecnología está el potencial para hacer frente a los desafíos que retan a la humanidad y las posibles soluciones para la próxima pandemia o el freno al calentamiento global.

En estos momentos, la guerra por el control de la IA no es ajena al resto de conflictos entre las grandes potencias (guerra comercial, guerra de Ucrania, conflicto en Taiwán, implantación del 5G…), de hecho es su epicentro, algo que no nos puede pasar desapercibido en este momento.

Toda tecnología disruptiva proporciona los mecanismos para producir efectos destructivos y neutralizarlos a la vez.

Igual que con internet y las TIC surgió la amenaza de los virus informáticos, con las mismas tecnologías se crearon los antivirus y se avanzó en los mecanismos de seguridad. De la misma manera la IA proporciona  marco para generar destrucción y controlar sus riesgos a la vez. La propia Inteligencia Artificial tiene el potencial de crear desarrollos para evitar los efectos perversos de la propia IA.

Un nuevo contrato social para hacer frente al impacto sobre la economía, el trabajo y el empleo.

Los efectos que la Inteligencia Artificial van a producir en la producción y el empleo van a ser muy profundos. Es posible que a medida que se vayan experimentando, sea necesario un replanteamiento de las reglas de juego en las que se sustenta nuestra sociedad, ya que cuando se producen cambios de gran calado en la infraestructura (tecnología, relaciones laborales) hay que producir ajustes en la superestructura (instituciones, gobernanza) para evitar crisis y estallidos sociales violentos cuando muchas personas vean en riesgo su modo de ganarse la vida. Es plausible que el propio sistema capitalista tenga que ser reformado. Y todo esto va a precisar de un nuevo contrato social en los Estados y entre Estados.

Otras preguntas razonables acerca de la moratoria en torno a la IA.

¿Qué les preocupa a los poderosos sobre el avance de la IA? ¿No será su pérdida de influencia y poder lo que ven peligrar?

¿De qué serviría parar en una parte del mundo la IA, si otra parte del mundo sigue con su desarrollo?

¿Es posible acuerdos en materia de IA en un mundo sin gobernanza global?

¿Personajes como Elon Musk que basan sus actividades, productos y servicios en la Inteligencia Artificial, también están dispuestos a parar el avance de la IA también en sus industrias?

¿Quienes están ganando la carrera de la IA e invirtiendo miles de millones de dólares, estarían dispuestos a malograr sus conquistas en nombre del altruismo global?

¿Se puede parar la IA cuando lleva ya años conviviendo con nosotros en nuestro trabajo, teléfonos y todo tipo de aplicaciones y dispositivos?

La rueda del progreso está en marcha y se llevará por delante a quien intente frenarla, otra cosa es hacia dónde queremos moverla. No nos engañemos, lo que está ocurriendo con la IA y su control es una lucha de poder y dominación.

Entusiastas 1 – Detractores 1

Aunque el primer tanto de la IA se lo anotaron los entusiastas de su desarrollo, el segundo lo sumarán  sus detractores a través de sus relatos apocalípticos agitados en los medios de comunicación. El partido es largo y no ha hecho más que empezar, habrá muchas alternativas y remontadas.

Los detractores dijeron primero que la IA no funciona y está plagada de errores. Más tarde piden treguas con la esperanza de frenarla y hacerse con su control. Y finalmente cuando tengan buena parte del negocio dirán que sus amenazas son manejables gracias a ellos y sus desvelos. Así de cínicos somos los humanos.

La guerra por el poder a la que estamos asistiendo precisa de una ciudadanía bien informada y asentada en valores, con sentido crítico, criterio, visión del cambio histórico, capaz de auto organizarse y ser libre para decidir su futuro.

Adelante!!!

Artículos relacionados.  

https://juancarloscasco.emprendedorex.com/wp-content/uploads/2019/06/Extremadura_2050_final_redux.pdf

2 comentarios en “Guerra por el control de la Inteligencia Artificial, manipulación social y mensajes apocalípticos.

  1. Pingback: Una guía básica para ayudar a nuestras empresas y organizaciones a incorporarse a la revolución de la Inteligencia Artificial. | El blog de Juan Carlos Casco

  2. Pingback: Guía para ayudar a nuestras empresas y organizaciones a incorporarse a la revolución de la Inteligencia Artificial. | El blog de Juan Carlos Casco

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.