Extremadura tuvo un papel relevante en la sociedad de la información y el conocimiento. Y ahora se sitúa en una posición inmejorable para poder hacerlo en una revolución mucho más grande, en la revolución de la Inteligencia Artificial.
A través del DECRETO-LEY 2/2023, de 8 de marzo, de medidas urgentes de impulso a la inteligencia artificial en Extremadura, aprobado por el Consejo de gobierno de la Junta de Extremadura y validado por la Asamblea de Extremadura, la región plantea un gran salto adelante en torno a la mayor disrupción tecnológica de la historia de la humanidad que va a transformar nuestra economía, trabajos y profesiones.
Sin pretender poner puertas al campo, el referido Decreto-ley, abre el camino para el desarrollo de la Inteligencia Artificial en la región, generando las condiciones necesarias para su apropiación colectiva por parte de las empresas, las instituciones y la sociedad en su conjunto. Todo lo cual resulta una invitación para embarcarnos en un gran proyecto colectivo y una gran aventura compartida. Un reto apasionante para que los ciudadanos de a pie nos sintamos protagonistas de este tiempo histórico a la vez que aumenta nuestra autoestima y orgullo de pertenecer a esta tierra
La tecnología no es cosa de tecnólogos.
Y para ello, tenemos que salir a su al encuentro y mirar al futuro sin miedo. Porque nuestro porvenir dependerá por completo de nuestra actitud ante el cambio en este momento.
El mayor error de una sociedad es pensar que las ventajas que ofrece la tecnología están reservadas a los expertos y tecnólogos. Igual que el automóvil no es cosa de mecánicos o internet de programadores, acceder a las oportunidades de la Inteligencia Artificial pasa por aprender su
uso para aplicarla a la resolución de problemas diarios asociados al trabajo y crear productos y servicios con los que ganarnos la vida.
Algunas consideraciones sobre el Decreto-ley y su impacto para el futuro de la región:
En cuanto al crecimiento de la productividad y creación de riqueza.
“Más allá de los distintos sectores sociales y económico-productivos en los que la IA va a tener una aplicación inminente, debe ponerse de relieve que la aportación económica de la IA en la década de 2020-30 será de 15,7 billones de euros (6,6 billones en aumento de la productividad y 9,1 en efectos sobre el consumo). En el caso de España, se estima que podría duplicar la actual tasa de crecimiento del PIB y generaría hasta un millón de nuevos empleos cada año, siempre que se cumpliesen las condiciones adecuadas”.
En cuanto a su filosofía para proyectar la IA en todas las políticas públicas.
“La decisión de impulsar de forma decidida la IA no es caprichosa ni casual, sino que, por el contrario, supone un hito más en la voluntad firme y clara de avanzar en esta nueva revolución a todos los niveles, tanto en el ámbito de la actuación de la propia administración, como en el firme propósito de la Junta de Extremadura de imbuir de la misma a todas las políticas públicas”.
En cuanto al aprovechamiento del capital intelectual de las lecciones aprendidas en la Estrategia de la sociedad de la información.
“Para ello partimos de un ecosistema previo, siendo su antecedente más relevante a estos efectos la denominada “Sociedad de la Información”, que allá por los últimos años del siglo pasado supuso una auténtica revolución a todos los niveles y en todos los sectores socioeconómicos a través del Plan Estratégico Regional para el Desarrollo de la Sociedad de la Información”.
En cuanto a la anticipación de futuro.
“La extraordinaria y urgente necesidad que aboca a la aprobación del presente Decreto-Ley obedece, principalmente, a la necesidad de responder perentoriamente a las necesidades y oportunidades que la inteligencia artificial (IA) está suponiendo, la necesidad de adaptar a nuestra región a esa denominada 4a revolución industrial”.
En cuanto a su apropiación por parte del tejido productivo y social de la nueva tecnología.
“Las medidas previstas en el presente Decreto-ley, no solo garantizan la creación de las necesarias oportunidades de inversión empresarial en nuestra región, sino también garantizan que la sociedad extremeña en un futuro próximo pueda incorporarse al mundo de la IA con la formación y las habilidades necesarias para ello. Asimismo, de manera íntimamente ligada con lo anterior, resulta necesaria la adopción urgente de medidas encaminadas a formar especialmente a la población activa extremeña con el fin de poder subvenir a las situaciones a que eventualmente puede dar lugar la implantación generalizada de sistemas de IA, garantizando así el mantenimiento o incluso el crecimiento de los niveles de ocupación laboral. En este sentido, urge la adopción de medidas que permitan aprovechar el nicho de empleo que la implantación de la IA va a traer consigo. Este nicho de empleo abre una oferta de posibilidades laborales y profesionales a jóvenes extremeños y extremeñas con perfiles cualificados y nuevos perfiles que, a día de hoy, y de no adoptarse de manera inminente estas medidas, resulta difícil de encontrar”.
Una Estrategia para impulsar su desarrollo.
“La Junta de Extremadura elaborará y aprobará una Estrategia Extremeña de Inteligencia Artificial (EEIA) para atender los objetivos, fines y prioridades establecidos en el presente Decreto-ley. Tendrá naturaleza de instrumento de planificación, con valor de norma reglamentaria, y será aprobada por el Consejo de Gobierno”.
La legislación es necesaria pero ha de venir acompañada de medidas concretas.
Las leyes por sí mismas no obran milagros, ni transforman la realidad, pero sí preparan el terreno para abrir el horizonte a los cambios necesarios.
Sería ilusorio y pretencioso que una Comunidad autónoma se autoarrogase la función de legislar sobre cuestiones centrales que corresponden a los Estados y organismos multilaterales en materia de Inteligencia Artificial, incógnita que queda despejada desde una primera lectura en el tenor literal y espíritu del Decreto-ley. Tal es la complejidad que, incluso su desarrollo legal, resulta una tarea harto difícil para un país, en un tema tema tan global y complejo que exige de una coordinación a nivel internacional para regular su aplicación y minimizar sus riesgos. Un acto que resultaría tan bisoño como pretender poner puertas al campo, pues estamos ante una disrupción que trasvasa realidades y permea fronteras .
La fuerza del Decreto-Ley está en que, sin pretender legislar sobre cuestiones generales, sí sienta las bases y establece una hoja de ruta para que las administraciones, las empresas, los trabajadores, los jóvenes, los emprendedores, desempleados y la sociedad en su conjunto avancemos de manera decidida en esta revolución de futuro que ya es presente.
Si juntos fuimos capaces de superar grandes dificultades que nos opuso la historia y estamos a la altura de este reto, seremos imparables, podremos hacer lo que nos propongamos en el futuro.
¡No paramos!
¡Es nuestro momento!
¡Es el momento de Extremadura!
Adelante!!!
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