Este principio está en la base de la sabiduría de las civilizaciones más antiguas, sin profundizar en las cábalas del hermetismo y de otras corrientes que buscan los fundamentos esenciales que rigen el Universo. Es importante detenernos en él por su valor para el fenómeno del liderazgo y la organización.
Mira un átomo y compáralo con la arquitectura del sistema solar.
Si pretendes guiar tu organización bajo unos principios y sobre un estándar, la parte de arriba (direccción, gerencia) ha de encarnarlo. Como hagan los de arriba terminarán haciendo los de abajo (empleados, colaboradores), como sean los de arriba serán los de abajo. Si quieres un cambio sé tú el cambio, la guía, el ejemplo. Y esto no sólo rige en los principios, también en el estilo, la visión, las relaciones, el aprendizaje, la renovación, los sentimientos, la producción… El etos (identidad de una persona u organización) se crea de arriba abajo, aunque también puede producirse de manera inversa aunque es más lento y difícil.
Si por un capricho, el Universo nos cambia las leyes de la física, reconfigurará automáticamente la estructura de las galaxias y con ella la de los átomos.
Esto también rige para ti. Ahora mírate ¿cómo eres en tus principios? ¿Cómo te guías? ¿Qué ejemplo te das a ti mismo? ¿Cómo es tu automandato? En definitiva, cómo eres arriba, cuáles son tus funciones superiores, qué promesas te haces y cómo las cumples. Sé tú la encarnación del cambio. Cuando ordenes tus funciones superiores (disciplina, constancia, orientación al logro y al legado…), el resto de tus funciones vitales se ordenarán y te seguirán hacia un equilibrio corporal y espiritual. La confianza sustituirá al miedo y la zozobra. Serás un ejemplo para ti mismo cuando vengan momentos difíciles y la oscuridad oculte la luz.
Como es adentro es afuera.
Mira la estructura de una partícula y compárala con la masa del Universo. Experimenta tu energía interior y compárala con la energía del Universo. ¡Son la misma cosa!
Dependiendo de la naturaleza de las personas que constituyen tu organización es el alma de la misma y la energía que proyecta, la organización tiene un único pulso y un único latido, una identidad y un estilo que responde a su etos. Ese etos se transmite al Universo como una carga energética que acaba atrayendo a las personas y organizaciones que se encuentran en la misma sintonía y longitud de onda. El éxito organizacional es la identidad que el mundo de tus clientes (seguidores, aliados, acólitos …) te quiere pagar, compartir e imitar.
Ahora mírate a ti ¿a quién atraes? ¿Qué atraes a tu vida? Atraes lo que eres (atraerás de fuera lo que eres dentro). ¡Cuidado! Si no te gusta esto, siempre estás a tiempo para cambiar. Si cambias tu vida, cambiarás las cosas que traes a tu vida. La cuestión es: ¿sabes qué personas y cosas quieres traer a tu vida? Pues es fácil, comienza a comportarte como esas personas y haz esas cosas que quieres que te sucedan. Los demás te tomarán como modelo si eres coherente y consecuente con tu propio etos (autenticidad).
Ocurrirá. Y no es magia, ni ley de atracción universal, ni oscuros Arcanos ni leyes herméticas. Es el sentido común del Universo que ya observaron en las primeras civilizaciones y parece que por momentos hemos olvidado.
Mírate y verás en ti una expresión genuina de la forma espiritual y material del universo, una preciosa fracción del mismo. Una realidad inacabada en el espacio tiempo que se dirige a la perfección, el equilibrio y la felicidad.
Adelante!!!
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Que gran articulo, las persona siempre creemos que el exterior debe cambiar para darnos lo que deseamos, pero no nos damos cuenta que somos nosotros los que debemos cambiar para poder influir en los demás un cambio y así tener lo que deseamos. Sinceramente dejas mucho que pensar y mucha auto critica que hacernos de ahora en adelante. Gracias por compartir esta fantástica informacion
Hola Juan Carlos, Me encantó el artículo, muy claro y puntual, coincido contigo en los puntos que te enfocas; definitivamente somos por fuera, lo que llevamos por dentro y esto tiene que ver con nuestra actitud y nuestros comportamientos diarios. El compromiso es mirarnos hacia dentro y poder trabajar procesos de mejora en nosotros mismos. Felicitaciones.
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Gracias por recordarnos esta gran sabiduría, efectivamente así es, pero por alguna razón olvidamos y permitimos que nos gobiernen las influencias externas.