La identidad y el impacto personal que caracteriza a los líderes se basa en la formulación de una serie de preguntas y el sentido de las respuestas que dan a las mismas.

Pregunta 1: ¿El Universo es amigable u hostil?
Si interpreto el Universo como territorio enemigo, mi vida será fuente de hostilidades, mi actitud será defensiva y ofensiva, emplearé mi energía en levantar murallas y baluartes, y mi inteligencia en urdir ardides, manejar señuelos y tejer estratagemas. La concepción de un mundo hostil acabará por determinar una actitud idéntica en mi actuar, generando un campo emocional de desapego y aislamiento. La sola visualización de un Universo amigo condicionará en sentido contrario mi ser y mi actuar.
Tú decides cómo es el Universo para ti, tienes motivos y argumentos para pensar una cosa y la contraria, pero el sentido de la decisión determinará tu vida por completo. Tú eliges, no seas tonto y elige bien.

Pregunta 2: ¿El Universo es fuente de abundancia o escasez?
Los dones a los que aspiras (salud, dinero, amor, reconocimiento…) ¿son bienes escasos o por el contrario abundan en  el Universo? Si decides etiquetarlos como escasos te aferrarás a pequeñas dosis de miseria, a mantener el estatus de los mediocres, a  unirte a personas tóxicas y de escasa calidad humana… Estás a tiempo de decidir en qué Universo quieres vivir.

Pregunta 3: ¿El Universo es contractivo o expansivo?
Y no se trata de saber si después de la Gran explosión, se está contrayendo o expandiendo, sino si es posible romper las fronteras y los moldes que nos han impuesto o autoimpuesto, si es posible trabajar para ensanchar los espacios de juego, si me tengo que ceñir a las dimensiones conocidas o puedo romperlas, si es posible ampliar los horizontes. Si la respuesta es sí, automáticamente entro en una espiral de crecimiento, de lo contrario estoy abocado a la irrelevancia. Tu universo puede tener un radio de 50 kilómetros o de 5 años luz, depende de tu decisión.

Pregunta 4:  ¿El Universo es mutable o inmutable?

¿Puedo modificar el curso de las cosas? ¿La realidad es inmutable? ¿Puedo cambiar? ¿El futuro está escrito? Si me apunto al determinismo mi suerte está echada, acabo de dimitir de mis obligaciones vitales, la puerta al nihilismo está abierta, mi dignidad mancillada. ¡Cuidado con esta decisión! Puede robarte el sentido de la existencia y convertirte en un espectador de tu propia deriva.

Pregunta 5: ¿El Universo me legitima para actuar sobre él?
¿Estoy legitimado para actuar? ¿Necesito el permiso de otros para moverme? ¿Lo que hago depende de mi imperativo ético ó tengo que esperar la licencia de otras personas? ¿Necesito ampararme en las costumbres y convenciones  morales, religiosas o culturales? La respuesta clave está en dónde decides poner el control, el cuadro de mandos de tu vida: dentro o fuera de ti. Hay personas que deciden conducir su vida y otras ser conducidas. Es sólo cuestión de decisión.

Pregunta 6: ¿El Universo es justo o injusto?
¿Asumo la responsabilidad sobre mis actos? ¿Tengo que responder de lo que hago?

Y así, dependiendo de las respuestas a las preguntas anteriores terminará siendo tu vida, en cualquier caso podrás cometer errores y crecer con ellos. Puedes optar por asumir tus responsabilidades y actuar en consecuencia reparando los daños de tus fallos ó culpar al Universo y a otras personas de tus cagadas. Tú decides, pero piensa bien que esto te definirá como persona y condicionará tu potencial.

En esencia, dependiendo del sentido de las respuestas que decidas dar a estas preguntas, será la huella que tu vida dejará marcada en el Universo, para ello dispones del don más maravilloso de la existencia: la LIBERTAD.

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