En este post vamos a compartir contigo los fundamentos y las directrices que estamos poniendo en práctica para diseñar nuevos modelos educativos aplicados a la intervención real con equipos y responsables institucionales de gobiernos y organizaciones. Te vamos a mostrar las aperturas que estamos produciendo para hacer esos cambios. ¿Te sumas a nosotros?
Para producir el cambio en la educación disponemos de innovaciones tecnológicas suficientes (software, dispositivos, aplicaciones digitales, recursos multimedia…). Pero las palancas que accionan el cambio están en las personas (visión, actitud, competencias…). Personas motivadas y dispuestas a modificar sus prácticas para la generación de valor (tecnología social).
Primera apertura. El replanteamiento de los fundamentos de la educación.
El tiempo nuevo en el que vivimos nos obliga a replantearnos las preguntas básicas acerca de la educación: ¿Qué tenemos que aprender? ¿Cómo tenemos que aprender? ¿Para qué tenemos que aprender? ¿Dónde tenemos que aprender? ¿Cómo tenemos que medir lo aprendido?…. Y claro, a variar las respuestas tradicionales y los caminos trillados que no nos llevan a ninguna parte.
Segunda apertura. El final de los estudios empaquetados.
En la Era industrial, por las necesidades del sistema, estábamos obligados a realizar tareas estándar en la cadena de producción y la administración, por tanto, debíamos estudiar las mismas cosas, de la misma manera, en los mismos tiempos y lugares; nuestros estudios estaban empaquetados. Pero este formato tiene sus días contados, nos dirigimos a un aprendizaje personalizado, pues nuestra sociedad y economía está evolucionando del consumo de productos estándar a productos y servicios personalizados.
En pocos años, las universidades ofrecerán sus estudios «a la carta», cada alumno confeccionará su carrera con su plan de estudios adaptado a su proyecto vital; es posible que en alguna universidad no haya dos alumnos estudiando la misma carrera. Se estarán adaptando para que cada futuro profesional sea un creador de oferta personalizada para los clientes del mundo. Las universidades y centros de estudios serán espacios ubicuos sin sedes físicas ni aulas, en un marco temporal flexible y una dimensión relacional interconectada y global.
Tercera apertura. La educación es un medio para realizar el proyecto vital de cada individuo.
Esto supone que el proyecto curricular estará diseñado en función del desarrollo de los proyectos vitales de los alumnos (empleado, emprendedor, líder); en función de lo que cada alumno quiera hacer con su vida.
Esta apertura exige una condición previa: que el alumno haya descubierto su vocación, un trabajo en consecuencia, en el que habrán de aplicarse los futuros profesores; después, inexorablemente, el alumno habrá de adquirir competencias genéricas con las que diseñar y proyectar su proyecto vital de manera efectiva; luego podrá adquirir las competencias específicas en las materias concretas en las que quiere formarse.
Cuarta apertura. Modelos de aprendizaje prácticos y orientados a la acción (aprender haciendo).
Esto supone el paso de los conocimientos teóricos y la memorización, al aprendizaje en torno a un proyecto (a medida que el alumno va construyendo su proyecto vital, aprende).
Esta apertura contempla la aplicación del constructivismo (Piaget), donde el profesor (guía) entrega al alumno las herramientas con las que construir sus procedimientos para resolver los problemas que enfrente en el proceso de dar forma a su proyecto, modificando sus ideas «in itinere» y aprendiendo en el camino.
La propuesta rompe la postura convencional del aprendizaje individual y estático, a otra, dinámica, activa y participativa.
Estamos hablando de un nuevo paradigma de enseñanza orientado a la acción para un mundo donde el conocimiento no es información enlatada sino acción e innovación.
Desde la base del constructivismo, los alumnos estarán creando su propio conocimiento, interconectados con compañeros y profesores de otros lugares del mundo, diseñando y creando redes de colaboración, proyectos compartidos o complementarios, ofertas globales para el mundo, divirtiéndose, aprendiendo y actuando… Toda la tecnología para hacer esto ya la tenemos, ahora estamos ocupados en alinear a los actores del proceso en el nuevo paradigma, convirtiéndolos en protagonistas del mismo.
Quinta apertura. Rediseño de la metodología de evaluación.
El cambio de sentido y propósito de la educación deja obsoleto el concepto mismo de la evaluación. No tiene sentido calificar al alumno en base a los conocimientos memorizados y repetidos, porque esa práctica no genera acción ni valor. La evaluación es parte esencial del proceso de aprendizaje, su enfoque está dirigido a que el alumno muestre lo aprendido en los avances producidos en el desarrollo de su propio proyecto.
En nuestro modelo práctico, la evaluación consiste en que el alumno presenta y defiende el proyecto que está realizando (o los avances parciales en una fase de su proyecto), poniendo a su alcance todos los medios e información necesaria para completarla (apuntes, materiales, conexión a Internet…), se permite y aconseja el uso de todos los recursos que el alumno considere.
La imagen de los exámenes con el profesor vigilante echando el aliento en el cogote de sus alumnos es una anacronía sin sentido.
Sexta apertura. Cambio de paradigma en el concepto mismo del conocimiento.
El sentido tradicional del conocimiento que acuñamos en la Ilustración y la Era industrial, entendido como información destinada a ser almacenada y memorizada (conocimiento académico); ya no sirve en la nueva educación. El nuevo conocimiento es acción e innovación.
Séptima apertura. Cambios de rol del profesor.
Si el rol del alumno cambia por las exigencias del nuevo guión, esto trae consigo cambios en el papel del profesor. De hecho, la transformación es tan grande que incluso necesitamos cambiar los conceptos que han quedado obsoletos: participante en el proceso de transformación (en caso del alumno), guía, entrenador, facilitador (en caso del profesor).
Pasaremos del profesor de las clases magistrales como proveedor de conocimientos teóricos, al entrenador que guía e inspira a los participantes en el proceso de transformación en su tareas de diseño y desarrollo de su proyecto vital.
Para avanzar en el modelo es necesario: que los profesores adquieran técnicas para ayudar a cada alumno a descubrir su pasión y vocación, y que alineen sus trabajos y aprendizaje en este enfoque; que promuevan en cada alumno el sentido del legado y trascendencia de sus vidas, estimulándoles para hacer una diferencia y crear valor para ellos mismos y la sociedad; que adquieran técnicas para ayudar a sus alumnos a desarrollar autonomía, emprendimiento e innovación.
Y que los alumnos adquieran hábitos proactivos; que desde edades tempranas asuman su papel como responsables y protagonistas de sus propias vidas; que se comprometan a descubrir y poner en marcha su proyecto vital; que adquieran visión de legado y generación de valor para la comunidad.
Que no teman los profesores que se sienten amenazados por la pérdida de su puesto de trabajo, rol profesional o autoridad; el profesor será más necesario que nunca, su papel será más importante aún, aunque también deberá adaptarse al nuevo modelo, aprender nuevas prácticas y desaprender otras (aprender – desaprender – reaprender). Aprender a crear sentido y criterio en sus alumnos, a escuchar, a declarar, a emitir juicios y a afirmar de manera correcta, a pedir y prometer de forma efectiva, a hacer ofertas transformadoras, a dirigirse, a crear visión, a construir una misión, a crear equipos, relaciones y confianza..
Se trata de diseñar un modelo que responde a las necesidades y retos globales de la sociedad (cambio climático, alimentación, salud…); para que la comunidad educativa pueda incorporar estos desafíos a su agenda, impulsando los proyectos e iniciativas de los estudiantes para ayudarles a construirlos a medida que aprenden.
Octava apertura. Una nueva forma de relacionarse alumnos y profesores.
Y claro, esto trae consigo una nueva forma de crear confianza y hablar, acompañada de un nuevo patrón conversacional que tienen que aprender profesores y alumnos.
Declaración fundacional del profesor al alumno: “declaro que estoy aquí para ayudarte a descubrir tu pasión y apoyarte en la tarea de definir tu proyecto vital, adaptando la materia que te imparto a ese fin ….”
Declaración fundacional del alumno al profesor: “te declaro lo que quiero hacer en la vida, o te pido que me ayudes a descubrir lo que quiero ser, y me declaro responsable para llevar a cabo este propósito, por lo que también me ofrezco para ayudarte en lo que me solicites ….
Novena apertura. El cambio de rol y propuesta de las instituciones educativas y sus responsables.
Del patrón conversacional tradicional de las viejas instituciones educativas: “estudia mucho, esfuérzate y produce buenas notas… Con esto conseguirás un título y luego un buen trabajo por cuenta ajena”.
Al nuevo patrón conversacional: “aquí estás para producir tu propio proyecto vital, es importante que lo construyas a partir de tu pasión o vocación… La vida se ha vuelto compleja y tendrás que adquirir destrezas para inventarte tu trabajo… Nosotros podemos ayudarte pero necesitamos tu compromiso para hacerlo … Tú eres responsable de tu vida”.
En un próximo post te expondremos la décima apertura educativa: FASES DE IMPLANTACIÓN DE LA PROPUESTA EDUCATIVA.
Definitivamente, estamos convocados a aprender cosas nuevas, de forma diferente y con otro propósito. Obligados a rediseñar nuestros viejos modelos y sistemas educativos. ¿Te sumas?
No hay tiempo que perder. Adelante!!!
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