
Por Urbano García y Juan Carlos Casco
RESUMEN DEL ARTÍCULO
La Revolución de la Inteligencia Artificial transforma el liderazgo y la dirección. Es el momento de evolucionar hacia la inteligencia colectiva y de dejar atrás la mente individual. Atrévete a Crea una mente maestra, reuniendo a dos o tres personas de máximo nivel para pensar en grande y unir esfuerzos en un propósito común. Luego, Pon en marcha un grupo motor para ampliar tu red de colaboración y atraer el talento necesario para alcanzar nuevas metas. Establece el camino a seguir: Fija el rumbo con una dirección clara y comprometida. Actúa con Pensamiento recursivo, aprovechando magistralmente los recursos a tu alcance. Es hora de Convoca a un equipo y haz una promesa que impulse la confianza y la determinación colectiva. Fusiona capacidades y pasiones con Armonización y enfoque en la acciónpara transformar cada reto en oportunidad. Reconoce el potencial de cada integrante: Declara a cada persona una reputación que sostener y empodérala para crecer. Transforma el pasado en inspiración a través de Enfócate en la destrucción creativa, y utiliza el Estrés creativo para forjar diamantes en momentos de adversidad. Por último, participa activamente en la Coinvención del futuro, porque el mañana se construye hoy.
Adelante!!!
ARTÍCULO COMPLETO
La Revolución de la Inteligencia Artificial es tan radical y profunda que está transformando las competencias asociadas a la dirección, la gerencia (management) y el liderazgo. Para lidiar con este cambio, nuestra mente individual se queda corta. Tenemos que aprender a pensar, conectarnos y actuar con otras mentes (inteligencia colectiva), a la vez que interactuamos e incorporamos a la ecuación a la IA (hibridación de funciones entre el ser humano y la máquina). De esta manera, planteamos 10 habilidades prácticas relacionadas con la dirección en el marco del Sistema de Competencias 13+12.
- Crea una mente maestra (Ley de la mente conectada)
Convoca dos o tres personas de máximo nivel en torno a un propósito pensando en grande. Para enfrentar un futuro ultracomplejo, ya no basta con actuar individualmente; necesitamos unir personas para pensar juntas, dar un paso de la mente individual a la inteligencia colectiva. Las mentes aisladas levantan muros; las conectadas generan imperios de conocimiento. - Pon en marcha un grupo motor (Ley de la atracción de talento)
Amplía el número de personas de la mente maestra. Las personas de máximo nivel atraen a otras de igual categoría. Cuando completes este paso, tendrás una red de colaboración para materializar las iniciativas surgidas de la mente maestra. El talento es un imán: si reúnes a los mejores, atraerás lo excepcional, de modo que lo bueno será mejor y lo mejor, óptimo. - Fija el rumbo (Ley de la navegación)
Determina una dirección clara y alineada con el propósito establecido. Un equipo sin rumbo es como un barco a la deriva, y el viento (propósito) no impulsa un barco sin velas (equipos). - Pensamiento recursivo (Ley de la recursividad)
Identifica, organiza y convoca los elementos y recursos necesarios que tienes a tu alcance para lograr el propósito. El genio no reside en tenerlo todo, sino en aprovechar lo que ya tienes de forma magistral y única. - Convoca a un equipo y haz una promesa (Ley de la confianza)
Ha llegado la hora de materializar el propósito. Crea un equipo de trabajo flexible y haz una promesa significativa que puedas cumplir, en la que todos ganen. Un equipo sin confianza es como un castillo de arena: impresionante por fuera, pero frágil ante el envite de la primera ola. - Armonización y enfoque en la acción (Ley de la motivación)
Sintoniza las capacidades del equipo conectando sus actividades con su pasión. Convoca a cada persona a hacer algo práctico a partir de la visualización del propósito y su contribución en el ámbito de sus tareas diarias. El trabajo sin pasión es esclavitud y dependencia; cuando la motivación y la acción se alinean, nace la grandeza. Inspírate en otros, pero motívate tú solo. Como decía Esquilo: «Cuando un hombre está afanoso, Dios se le une». - Declara a cada persona una reputación que sostener (Ley del crecimiento)
Dota a cada persona de una elevada reputación, aunque aún no la haya alcanzado y esté por encima de su nivel de desempeño actual. Y, lo más importante, dale feedback y proporciónale entrenamiento y herramientas para que lo alcance. La mejor forma de hacer que alguien crezca es tratarlo como la versión más brillante de sí mismo. Tú crecerás si haces crecer a las personas de tu equipo. No basta con delegar; hay que empoderar. - Enfócate en la destrucción creativa (Ley de la renovación)
Todo lo antiguo será sustituido; de lo viejo saldrá lo nuevo. Enfoca al equipo para que sea protagonista de un cambio revolucionario generador de valor. A quien se aferra al pasado con ambas manos, no le queda ninguna para abrazar el futuro. - Estrés creativo (Ley del momento wow!)
Lo hacemos aquí y ahora. Genera una metodología de trabajo rápido para sacar al equipo de sus inercias lineales. El estrés bien canalizado es el buque insignia de un equipo de alto desempeño. Los nuevos campeones son los más veloces y audaces, los que se sitúan a la vanguardia. No se trata de sacar a nadie de su zona de confort, sino de ampliarla. En la comodidad solo se genera arena; es la presión la que forja diamantes. - Coinvención del futuro (Ley del crecimiento exponencial)
El equipo ya está preparado y la maquinaria engrasada para crear una riqueza revolucionaria y formar parte de una mente maestra y un grupo motor. El encuentro con el futuro es como el encuentro con la verdad: de él no se salva nadie. Y ese futuro no se predice, se construye. Si el equipo no lo construye, alguien lo hará por él.
El mundo que conocíamos ha desaparecido. Si queremos ser viables y protagonistas en el nuevo que está naciendo, debemos aprender nuevas habilidades para dirigirnos a nosotros mismos y a los demás. Para ello, seguimos completando el Sistema de Competencias 13+12 en torno a sus cuatro dominios (Dirección, Tecnología, Trabajo y Educación).
Adelante!!!