Lo que no se cuenta no existe.

Cuenta lo que haces, si no, el mundo no sabrá de ti, no conocerá tu obra, ni tu potencial, ni tus intenciones, ni las cosas que puedes hacer para los demás. Si no lo cuentas estás perdiendo la posibilidad de conseguir aliados para tu causa y que otras personas te hagan promesas, peticiones y ofertas valiosas.

Piensa que detrás de ti hay un ser humano con un potencial transformador descomunal. Tú eres un ser único, una rareza singular que cultivar, un individuo llamado a hacer algo grande si eres capaz de enfocarte en tu elemento y capacidad creadora. Detrás de ti hay un ser invencible.

Pero párate y elabora bien tu historia, tiene que decir quién eres (de donde vienes), qué puedes ofrecer y en quién te vas a convertir. No pienses que vas a acertar a la primera: haz un primer borrador, cuéntasela primero a las personas más cercanas, recaba su opinión, mejórala y vuélvela a contar las veces que haga falta hasta que sea inspiradora.

Luego date permiso, busca altavoces y tribunas para que tu relato se expanda, y sobre todo que no te tiemblen las piernas al hacerlo.Cuéntalo, porque al contarlo se revelará tu sentido e iluminarás el camino de muchas personas. No des por hecho que los demás lo conocen, no caigas en la trampa recurrente de la obviedad porque te puede jugar una mala pasada.

No te dejes arrastrar por la mediocridad reinante, que no te gobierne el miedo al “qué dirán”, no caigas en la falsa modestia que castiga el talento.

No concibas sueños pequeños, pensar en grande lo cambia todo siempre que tu actuar sea consecuente.

Recuerda que las historias inspiradoras que contamos construyen nuestra identidad, el relato antecede a la acción y crea la realidad (primero fue el verbo). Las cosas se crean en tres momentos: primero en un cuento, después el cuento pasa a las conversaciones de los demás, y finalmente se materializa.

La realidad toma carta de naturaleza cuando se transforma en una historia significativa capaz de fijarse en la mente de los demás.

El futuro surge de la brutal competición de los mejores cuentos que elaboramos en el presente, si no tienes un buen cuento que contar, no eres nadie.  Al final, tu mayor activo es tu identidad, el cuento que los demás cuentan de ti y  tu capacidad para hacerte presente en las conversaciones sociales.

Lo que no cuentas es candidato a cadáver, una obra concebida con grandeza puede diluirse en la nada sin un observador sutil que dé fe de ella.

Una empresa, una nación, una marca, una obra, un artista, una relación, un deporte, una moda, un estilo… Tienen en común que son realidades porque alguien inventó el cuento que las constituye y lo contó a mucha gente. Las palabras hacen que las intenciones se conviertan en cosas, traen el futuro al presente.

Al final, si tu historia es buena, los demás la comprarán y la harán realidad. La clave es la seducción.

El éxito lo alcanzas cuando elaboras una historia significativa para la vida de los demás, cuando eres capaz de construir un relato poderoso del futuro, cuando desde la poética iluminas el porvenir, cuando confieres sentido a la vida de la gente.

Tú vives en los demás (eres), en el cuento de lo que fuiste y la esperanza de lo que serás. Las palabras crean realidad, construye tu deseo y cuéntalo, la magia del relato hará el resto, su materialización está a la vuelta de la esquina.

¿Quieres que te ayudemos a diseñar tu identidad y marca personal? ¿Empezamos a construir tu relato y se lo contamos al mundo?

Adelante!!!

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