La Inteligencia Artificial ha puesto fin a la Realidad.

La Inteligencia Artificial va a modificar la naturaleza humana y crear nuevos mundos, entidades y categorías.

A lo largo de la historia ha habido una serie de acontecimientos que han alterado el curso de los tiempos. Por ejemplo, cuando Copérnico quitó la Tierra del centro del universo (modelo geocéntrico ptolemaico) y puso al Sol en su lugar. Siglos después, Darwin con sus hallazgos sobre el origen de las especies, puso patas arriba todas las bases que sustentaban el origen y evolución de la vida. Y ahora, la Inteligencia Artificial nos está sacudiendo con una nueva convulsión que hará repensarnos muchos fundamentos que dábamos por seguros, como la propia naturaleza del ser humano o el sentido de la realidad, un giro copernicano y un cambio de paradigma en nuestro entendimiento del mundo y esquemas cognitivos y mentales.

Inteligencia Artificial y cambio de paradigma.

Liberarnos de los relatos disparatados y delirantes de la religión para situar al ser humano y la ciencia en el centro de la existencia (humanismo) nos costó demasiados sufrimientos, por eso nos aterra que las disrupciones que trae la Inteligencia Artificial desplacen al ser humano de esa posición y pongan en su lugar una nueva entidad creada por él con potencial para escapar a su propio control.

En los próximos semanas y años vamos a oír hablar mucho de Inteligencia Artificial, y no es para menos, porque va a trastocar nuestras economías, trabajos, educación, formas de vida y, sobre todo, nuestros esquemas mentales y formas de ser y estar en el mundo. A tal punto va a llegar, que afectará a  nuestro entendimiento tradicional de conceptos como realidad, ficción, espacio o tiempo. El mundo que conocimos y en el que nos criamos está desapareciendo. Habitaremos nuevos mundos y nos convertiremos en nuevos seres.

Inteligencia Artificial y alteración de la realidad.

Un rasgo distintivo que trae la Inteligencia Artificial es la confusión entre realidad y ficción, una frontera que se hace cada vez más difusa. Estamos entrando de lleno en un proceso de hiperrealidad caracterizado por la incapacidad de la conciencia a la hora de distinguir la realidad de la ficción, algo que ya está presente entre millones de personas de todo el mundo que habitan buena parte de tiempo de sus vidas en mundos virtuales (trabajando, jugando, estudiando, entablando relaciones…).

Si esto es así ahora, cabe preguntarse qué ocurrirá cuando hagamos todavía más atractivos esos mundos virtuales, cuando podamos obtener secuencias de imágenes de nuestros propios sueños, leer el pensamiento, comunicarnos por telepatía, crear avatares de nuestros seres queridos ya desaparecidos y llevarlos a réplicas físicas dotadas de recuerdos con sus sesgos emocionales y la reproducción de su voz; qué ocurrirá cuando la tecnología pueda capturar los recuerdos y transferirlos a esos avatares gobernados por la Inteligencia Artificial generativa. 

Para algunas personas lo que cuento ya está ocurriendo en su fase inicial, para muchas es ciencia ficción, y para otras un campo donde ya se están invirtiendo miles de millones de dólares y empleando a millones de personas para crear mundos inmersivos y lugares sin espacio ni tiempo.

La hibridación del Metaverso con la Inteligencia Artificial.

La convergencia tecnológica NBIC, y sobre todo en la hibridación del Metaverso con la Inteligencia Artificial, se están creando nuevos mundos que cada vez atrapan a más migrantes de la “realidad” a la “virtualidad”.  Porque, ¿qué es la realidad para quien vive más horas al día en el mundo virtual? La pregunta tendríamos que hacérsela a esas personas y las respuestas nos podrían sorprender.

Quizá es justo el momento para evocar el mito de la caverna de Platón y preguntarse si lo que está dentro de la cueva es lo real o lo real son los mundos que estamos construyendo fuera de ella. En todo caso, nuestros cimientos filosóficos que tienen su base en la relación entre sujeto y objeto se desmoronan, sobre todo cuando los objetos desaparecen y empezamos a construir nuestros mundos con realidades no físicas. Me gustaría que la Inteligencia Artificial pudiera resucitar pronto a Platón para ponerle ante tamaña diatriba.  

Los fundamentos de las principales corrientes de la filosofía de las que somos herederos se han debatido entre el materialismo y el idealismo. Y  el ganador claro en este momento es el idealismo, siendo el individuo (la mente) el que se erige en demiurgo y creador de la realidad y sus categorías.

Si los sujetos que están edificando el Metaverso y la Inteligencia Artificial y sus pobladores deciden que sus creaciones inmateriales son la nueva realidad para ellos, no se hable más, el enigma de Platón está resuelto. Por ejemplo, la realidad para una comunidad de jugadores en el Metaverso que pasa la mayor parte del día inmersa en él, será su realidad. Y les importará un bledo lo que diga Aristóteles o el presidente de su país al respecto, solo volverán a lo que otros llaman “mundo real” a comer, beber y pocas cosas más. Además siempre ha habido personas que han vivido “en su mundo” y no nos hemos escandalizado con ello.

La prueba de que nos deslizamos al idealismo se refuerza en que la mente humana no distingue entre realidad y ficción si la experiencia en la que está inmersa está bien construida e involucra a todos los sentidos, cosa que hace cada día mejor la tecnología aplicada a viajes virtuales, videoconferencias, simuladores de vuelo, videojuegos, etc.

La hibridación de la Inteligencia Artificial y el Metaverso nos traslada a una nueva era de la humanidad (Virtuceno).

Y sus rasgos son los siguientes: las nuevas materias primas son los datos; deslocalización; producción personalizada; digitalización y robotización total de la producción; figura del prosumidor (productor + consumidor); creación de espacios sin lugares; trabajo sin presencia física; aprendizaje sin espacios; experiencias sensoriales inmersivas en todos los dominios; relaciones  humanas no físicas; conectividad total entre humanos, humanos y máquinas, humanos y objetos, y en el futuro entre humanos y mundo animal; ubicuidad total; identidad virtual de los individuos y los objetos; propensión al consumo de experiencias antes que productos o servicios; especialización inteligente de la producción; avance de la economía circular; hibridación de la Inteligencia Artificial con todas las funciones del ser humano, los objetos físicos y las máquinas.

El Virtuceno marca un hito en la deriva imparable iniciada por Sapiens, un salto en el proceso evolutivo de la especie con implicaciones planetarias  y la suficiente jerarquía para definir una nueva era. Un tiempo en el que además de cambiar la fisonomía de las cosas, también estamos evolucionando nuestra forma física hacia la hibridación ser humano/máquina, donde cada día agregamos nuevas prótesis a nuestros cuerpos; en una ascendente que nos ha llevado a embarcarnos en aventuras como la de trasladar nuestra mente a un software y a buscar excusas para abandonar nuestra identidad corporal de primates y convertirnos en seres inmortales.

Las amenazas de la Inteligencia Artificial.

Lo que más nos disgusta de la Inteligencia Artificial es que altera nuestros presupuestos mentales y nos obliga a repensarnos, a sacarnos de nuestras zonas de confort, a ver alterado nuestro estatus y posición, a perder el control, a bajarnos de la poltrona, a abandonar nuestras rutinas, a volver a la casilla de salida, a resignificarnos y reinventarnos permanentemente.

Y además de esto también nos preocupa que los delincuentes utilicen tan potente tecnología para cometer sus fechorías, amenazas que se materializarán a diario, porque allí donde está presente el ser humano, también está el mal y la destrucción.  (robos, violaciones, suplantación de identidades, estafas bancarias, desestabilización de la democracia, etc.).

Cambio en la identidad y naturaleza humana.

Es posible que en unos años tengamos que revisar el conjunto de postulados de la filosofía y replantearnos las propias bases del humanismo, pues como afirman expertos como Eudald Carbonell, a finales de este siglo seremos cuatro especies de humanos (homo editus, homo prótesis, homo sapiens estrictus  y  mecatrónicos),  aparecerán nuevos seres y categorías, mundos, identidades, religiones (tecno religiones). En definitiva, nos convertiremos en nuevos seres para habitar los nuevos mundos que estamos creando. Habremos entrado de lleno en el Virtuceno.

Adelante!!!

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Un comentario en “La Inteligencia Artificial ha puesto fin a la Realidad.

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