Un nuevo paradigma para reinventar el diseño profesional y ayudar a responsables educativos, padres, educadores y jóvenes a entender el futuro y los retos que enfrentamos como sociedad.
Millones de jóvenes se encuentran en la encrucijada para diseñar su proyecto vital en un tiempo caracterizado por la incertidumbre. Asaltados por un mar de dudas: qué carrera debo hacer, cuáles serán las profesiones con más tirón, qué demandará la sociedad del futuro… Su forma de ver el mundo, influenciada por los mensajes de sus familias, profesores y entorno cultural, les remite a un plan agotado y obsoleto que se resume en las siguientes consignas: elige una buena carrera, estudia mucho, obtén buenos resultados académicos y haz oposiciones para ser funcionario o empleado de una empresa.
Sin darnos cuenta estamos enviando a toda una generación a la frustración total porque el futuro no va por esos derroteros, el mundo no va a volver a funcionar en la lógica del siglo XX.
Para recrear esto os voy a contar una historia real que me está ocurriendo en este momento.
Victoria: Papá ¿qué puedo estudiar que tenga futuro? No lo sé hija, ten en cuenta que las actividades y profesiones más exitosas no existían hace 10 años. Y puede que algunas de ellas no existan dentro de 10 años. Podemos intuir las tendencias del futuro pero no podemos adivinarlo. La clave está en que diseñes tu proyecto de vida en el paradigma del legado, es decir, que te plantees tu futuro en función de la diferencia que vas a hacer en el mundo, en la obra que vas a construir, en cómo serás recordada cuando ya no estés, en enfocar toda tu energía en una vida plena, valiosa y con sentido. Esto es mucho más emocionante y auténtico que proyectar el futuro en función de la elección de una carrera porque supuestamente va a tener más salida. Si te dejas guiar por este planteamiento la vida perderá gran parte de su encanto.
Juan Carlos: Hija, creo que la cuestión principal es que descubras aquello que te apasiona y te hace feliz, y cuando lo sepas te entregues de lleno a esa causa. El sentido último de la vida es ser feliz, y una persona es feliz cuando descubre su elemento, ese espacio donde la actividad se convierte en magia y el tiempo se diluye y pasa volando. Te voy a regalar el libro de Ken Robinson (El elemento) léelo y te ayudará a entender lo que te digo.
Victoria: Sí papá, pero el problema es que yo aún no he descubierto mi verdadera pasión, mi vocación, no sé cuál es mi elemento. No te preocupes, no te puedes agobiar con ello, muchas personas mueren sin descubrirlo y otras lo hacen cuando son muy mayores. Para ayudarte en la tarea entra todos los días dentro de ti, en tu diálogo interior, y medita en torno a estas preguntas: qué me hace feliz, a qué me dedicaría toda mi vida, que estoy dispuesta hacer aunque no me paguen, qué me gustaba hacer de pequeña, qué me emociona, qué legado me gustaría dejar al mundo, por qué me gustaría ser recordada. La respuesta a éstas preguntas es más importante que saber qué profesiones van a tener más futuro.
Juan Carlos: El principal secreto que tienen las personas felices y exitosas es que tienen presente todos los días la visión de su legado, trabajan en eso y su trabajo se convierte en su diversión. En torno a esto generan un campo emocional de alta energía que altera el sentido de lo posible, y de ahí surge una fuerza imparable que produce iniciativa, impulso, empuje, voluntad, perseverancia, acción. Yo lo llamo ímpetu, el ímpetu es la fuerza interna que hace grande a un ejército pequeño, que David salga victorioso de Goliat, que una persona materialice su proyecto en un entorno hostil; es el autocombustible que mueve nuestras vidas.
Victoria: Mira papá, una cosa que me gusta es ayudar a otras personas, me gusta la sicología porque me sirve también para ayudarme a mejorar y crecer. Por eso estoy pensando en empezar este año la carrera de sicología, aunque no estoy segura del todo.
Juan Carlos: A mí me parece bien la carrera que estudies, como si no quieres estudiar una carrera. Lo importante es la pasión y el ímpetu. La pasión produce ímpetu y el ímpetu destruye barreras y remueve obstáculos en cualquier desempeño de la vida. Si tienes claro tu elemento, buscarás los conocimientos donde estén y los pondrás al servicio de la acción para hacer lo que deseas.
Victoria: El problema es que en la carrera hay muchas asignaturas que no me interesan.
Juan Carlos: Hija, el peaje que debe pagar todo universitario es que su plan de estudios fue diseñado hace tiempo por personas desconectadas de la realidad, desde un paradigma antiguo. Si tomas este camino tendrás que estudiar muchas cosas obsoletas y sin efectos prácticos, y tendrás que buscar y aprender otras cosas que son centrales fuera de la universidad.
Victoria: ¿Y cómo hago esto papá?
Juan Carlos: Actualmente el conocimiento es un bien abundante y ubicuo (está en muchos sitios a la vez). Tendrás que buscar esos saberes prácticos fuera de la universidad. Y lo más importante, deberás aprender ciertos saberes que son genéricos y centrales para el éxito que la universidad no enseña.
Victoria: Papá, explícame un poco eso.
Juan Carlos: Si estudias sicología, por ejemplo, será porque tienes una idea clara de que con la sicología vas a hacer una diferencia y construir tu proyecto vital: montar tu clínica, crear herramientas de autoayuda, prestar servicios a las empresas y organizaciones, trabajar en la solución de conflictos… No puedes estudiar con la mentalidad antigua de memorizar todos los temas de la carrera y «escupirlos» en una oposición para que te aprueben. Si tienes clara tu pasión, deberás crear tu propio plan de estudios para tu plan de vida, complementando las asignaturas de la carrera con el ámbito concreto en el que vas a desarrollar tu proyecto vital.
Pero ahí no queda la cosa, para materializar tu proyecto vital deberás desarrollar toda una batería de saberes genéricos y habilidades prácticas, que son más importantes que el conjunto de conocimientos teóricos que te proporcionará la carrera, además te servirán para aplicarlos a cualquier faceta de la vida.
Victoria: Papá dime exactamente cuáles son esas cosas tan importantes.
Juan Carlos: Te lo digo y te propongo que comencemos a trabajarlas desde hoy, empezando por los 6 Dominios transversales (escuchar, declarar, afirmar, enjuiciar, pedir, prometer). A partir de aquí vamos a poner en práctica los 9 Niveles de excelencia en torno a tu proyecto vital: dirección, relaciones internas, relaciones externas, trabajo, aprendizaje, renovación, emocionalidad, planificación y evaluación.
Desde estos saberes podrás crear una comunidad de personas en torno a tu proyecto, producir confianza, crear una red de clientes, proveedores, prescriptores, impecabilidad, producir ofertas para el mundo, identidad y marca. Desde ahora necesitas crear tu propia marca, sí, debes ser una marca como Coca Cola, Apple, Nike. Diseña ya la marca Victoria.
Si partiendo de tu pasión, eliges los estudios que quieres realizar y te apoyas en los 6 Dominios y 9 Niveles de excelencia, tu sueño está de camino.
Victoria: Pero papá, este no es el camino que yo he aprendido en el instituto, es un camino diferente y que supone un esfuerzo mayor.
Juan Carlos: Claro hija, esto supone mayor esfuerzo y responsabilidad, pero el camino es mucho más emocionante y gratificante pues desde la libertad sentirás la emoción indescriptible de tener el control y conducir tu existencia. ¡Se puede pedir más a la vida!
Victoria es mi hija, este año quiere comenzar sus estudios universitarios, y al igual que su generación miran al futuro con cierto temor e incertidumbre, huérfanos de una guía con la que moverse, pero con todo a su favor para construir un mundo nuevo que es acción/innovación/emprendimiento/liderazgo.
Adelante!!!
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