Vivimos en la ficción de que estamos siendo cuidados por nuestras instituciones, como alivio a la presión existencial de preocupación constante por nuestro futuro que percute incesantemente nuestra mente. ¿Pero qué pasaría si llegaras a descubrir que esto no es así?
¿Quién cuida de ti?
Deja un comentario